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PRUEBA DE PRODUCTO

Estas gafas… ¡cantan!

Parecen unas gafas de sol normales, pero las Bose Frames esconden unos diminutos altavoces para disfrutar de música, llamadas y otras aplicaciones en modo manos libres. Las hemos probado

Laura Pajuelo
Los dos modelos de las Bose Frames.
Los dos modelos de las Bose Frames.

Aunque Bose es una firma reconocida por sus sistemas de sonido premium, de vez en cuando nos sorprende con algún producto curioso que se aleja de los clásicos altavoces o auriculares. El último ejemplo son las Bose Frames: unas gafas de sol que se conectan al smartphone por Bluetooth y funcionan (simplificando mucho) a modo de auriculares inalámbricos.

Más de lo que parecen

A simple vista tienen la apariencia de unas gafas normales y corrientes. Con una montura negra disponible en dos diseños diferentes (uno redondeado y otro más clásico), sus cristales protegen la vista en un 99% de los rayos UVA y UVB.

A primera vista, el único indicio de que estamos ante un modelo especial se encuentra en sus patillas, algo más gruesas de lo habitual. Y es que son el lugar elegido por la firma americana para integrar el conjunto de microaltavoces de 16 milímetros que dirigen el sonido directamente hasta los oídos. Eso no implica que se trate de un modelo pesado (pesan 45 gramos) o incómodo: las he utilizado durante periodos de varias horas sin experimentar ninguna molestia.

Su función principal es la de reproducir el audio procedente del smartphone sin cables: desde música hasta las llamadas en modo manos libres o las instrucciones de Google Maps para llegar a una dirección concreta. Y lo hace a la vez que permite escuchar el entorno o mantener conversaciones.

La experiencia el escuchar música es, al principio, extraña. Y es que el sonido es tan amplio que parece que estás empleando unos altavoces y molestando a todo aquel que haya cerca. Pero la realidad es que las personas que se encuentran alrededor no perciben nada en absoluto. De hecho, durante las pruebas se han multiplicado las expresiones de incredulidad cuando alguien descubre que estás escuchando música, y también las miradas extrañadas al verte hablando sola por la calle. El sistema está bien conseguido y sólo deja salir cierto murmullo cuando se configura un nivel de volumen alto; por encima del 50% de su capacidad. Algo que, por otro lado, no es necesario en la mayoría de los casos.

Música para los oídos

La calidad de audio es igualmente admirable para tratarse de un producto como este: sí, los bajos no igualan a los de unos auriculares similares en precio (229 euros), pero el sonido es claro y enérgico, sin distorsión hasta un volumen razonable (alrededor del 70%).

Es necesario hacer un inciso para hablar de su capacidad como dispositivo de llamadas manos libres, ya que hemos experimentado algunos errores ocasionales que dificultan las conversaciones. Por lo general, quien lleva puestas las gafas escucha a su interlocutor de forma adecuada pero es éste el que, en determinados momentos, no percibe la voz lo suficientemente alta o sufre algunos cortes.

Durante las pruebas se han multiplicado las expresiones de incredulidad cuando alguien descubre que estás escuchando música, y también las miradas extrañadas al verte hablando ‘sola’ por la calle

Algunas respuestas a preguntas que siempre suscitan estas Bose Frames: se basan en el uso de altavoces, no en la tecnología de conducción ósea; no son adecuadas para deportes (resultan resistentes a salpicaduras y el sudor podría dañarlas); se puede ver vídeo sin problemas porque no hay desincronización con la imagen; y es posible cambiar las lentes. De hecho, Bose sacará próximamente a la venta algunas opciones polarizadas y de colores que se comprarán como accesorio y podrán cambiar los propios usuarios.

Además, estas gafas son compatibles con Bose AR, una plataforma de realidad aumentada de audio: emplea información contextual para mejorar la práctica deportiva o aportar detalles adicionales durante los viajes. Por ejemplo, en una aplicación de mapas tendría en cuenta hacia dónde estás mirando (lo que detecta gracias a un sensor de 9 ejes) para utilizar referencias visuales para guiarte, o iría dando detalles sobre los monumentos que encuentras a tu paso.

Este servicio todavía tiene muchas limitaciones, aunque se prevé que vaya mejorando con el paso del tiempo: hay pocas aplicaciones disponibles (que hay que instalar por separado), están en inglés y sólo son compatibles con iPhone, no con terminales Android.

Conectar y listo

Tanto la configuración como el uso de las Bose Frames son extremadamente sencillos. Se controlan desde un único botón situado en la patilla derecha. Al pulsarlo, una voz (en español latino) informa de la carga restante de la batería y del estado de la conexión. Un toque más inicia la reproducción de música, otro la detiene, dos hacen que se pase a la siguiente canción… Del mismo modo, ayuda a descolgar una llamada entrante (y a colgar) y permite activar el asistente de voz del teléfono móvil. Luego, se apagan girándolas un par de segundos.

Aunque se trata de uno de los productos tecnológicos que más me ha sorprendido en los últimos meses, estas Frames no son perfectas. Por ejemplo, se acompañan de una funda tradicional, lo que no podemos dejar de ver como una oportunidad perdida para incorporar una batería adicional que complemente la de las gafas. En este caso, se queda en unas tres horas de uso y 12 en stand by. Hay otro aspecto relacionado con la batería que no convence: se cargan a través de un pin magnético propio (hubiera sido interesante ver un puerto microUSB o USB type C) y el cable integrado es demasiado corto.

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