Fever mapea ‘la marcha’ de las ciudades en tiempo real
La aplicación de Pep Gómez fue premiada por el alcalde de Nueva York
Pep Gómez Torres (Castellón, 1992) se dedicaba a hacer páginas web para empresas y amigos. Con ese dinero se compró un MacBook. Después comenzó a crear música y efectos para darles un toque más profesional. A partir de ahí entró en contacto con productores musicales y creó su primera empresa, Redondea, en 2006, con 14 años, una plataforma para que los grupos organizasen sus giras. La única condición que le pusieron en casa fue que no fallase en el colegio. “Nunca bajaba de siete”, aclara.
El ánimo emprendedor le viene de familia, inicialmente se dedicaban a los azulejos, un negocio arraigado en la zona; con el paso del tiempo se cambiaron al turismo rural. Después de crear una red de blogs, Generación Net, en el verano de 2010 decidió probar suerte en San Francisco. “Como no tenía edad para tener un contrato, compartía piso”.
Allí nació el germen de Fever, una aplicación en la que han invertido desde firmas de capital riesgo como Red One (productor de Lady Gaga o Sergio Ramos) o celebridades de Silicon Valley como Jeff Pulver, pionero de las llamadas de voz a través de Internet. Gracias a su ayuda contrató los mismos abogados que Facebook, que no cobran hasta obtener la primera ronda de capital. “Por entonces solo tenía una idea, ellos me ayudaron a que fuera una empresa”. Un año después ganó el concurso convocado por Mike Bloomberg, alcalde de Nueva York. El premio, valorado en medio millón de dólares, incluye un mentor y oficina en Manhattan. La aplicación, por ahora, funciona tanto en Madrid como en la Gran Manzana. Desde su estreno hace seis meses suma más de 45.000 usuarios activos mensuales y ha asistido a más de 30.000 eventos.
Pregunta. ¿Qué es Fever?
Nos llevamos una comisión en los eventos de pago. En los que son gratis, nos pagan por obtener asistencia
Respuesta. Es la respuesta a “¿qué debo hacer?”. No da 3.000 planes, sino lo que es mejor para ti. Ayudamos a tomar la mejor decisión. Cuando alguien quiere ir a un concierto, pongamos de Bruno Mars, tiene que seguir varios pasos. Primero lo ves en la tele o en Twitter, después buscas en Internet en el móvil y al final vas al ordenador para pagar e imprimir las entradas. En Fever no; todo está pensado para el móvil y la compra es en dos toques. Además, desde Fever se puede ver si van también los amigos o seguidores de Facebook. Estamos en la intersección entre lo social, el entretenimiento y el contenido.
P. ¿Cómo surgió la idea?
R. En San Francisco echaba de menos algo más de actividad social. Creé una utilidad para registrar de Foursquare los sitios donde iba la gente y los lugares con tuits localizados. Hice que aparecieran zonas rojas en el mapa de la ciudad, “la fiebre”.
P. ¿Cómo se va a potenciar la parte social?
R. Por ahora se integra con los amigos de Facebook. Pronto se podrán compartir los planes también en Twitter. Y estamos potenciando los prescriptores por temas para tener expertos locales. Cuando alguien se da de alta elige tres categorías de su interés. A medida que lo usa gana relevancia y acceso a planes más especiales.
P. ¿Cuál es el negocio?
R. Nos llevamos una comisión en los eventos de pago. En los que son gratis, nos pagan por obtener asistencia. Nuestra misión es que al día siguiente se diga a los amigos “lo que te perdiste”.
P. Llama la atención que solo funcione en móviles…
R. Es lo que tiene que ser. Las aplicaciones que realmente funcionan son las que resuelven un problema real, las que se usan sin pensarlo, como sucede con WhatsApp. Queremos ser el lugar para hacer planes en el móvil. El PC ya no tiene sentido.
P. ¿Por qué solo están en Madrid y Nueva York?
R. Porque somos de aquí, pero ganamos el concurso allí. Lo importante es contar con actividad y ganar masa crítica. Después añadiremos ciudades. Al igual que Airbnb, Uber u HotelTonight, hay que nacer local y después crecer tanto en Europa como en EEUU.
P. ¿Qué diferencias de uso encuentra entre las dos ciudades?
R. En Nueva York tenemos una comunidad menor, pero mucho más intensiva
P. ¿Cuántos empleados son y qué perfiles buscan?
R. Alrededor de cuarenta, pero de aquí a final de año doblaremos. Buscamos personas brillantes, lo que en inglés llaman ‘outlayers’, con pasión por el contenido y con buenas notas.
P. ¿Teme que le copien?
R. Siempre se intenta. La clave está en hacer un buen producto. La competencia es sana, pero lo importante es ser rápidos y cuidar muchísimo el diseño. Eso lo hemos aprendido de Airbnb, ellos han demostrado que no solo se paga por un servicio, también por vivirlo, por tocarlo, por hacer experiencias apetecibles. La gente entra en Airbnb para ver fotos de casas. Presentar bien el producto mejora el ratio de conversión.
P. ¿En qué se diferencia de los competidores?
R. Para empezar en que huimos del modelo Groupon. Hacemos que el usuario se sienta privilegiado. No hay que imprimir nada, solo mostrar en móvil. También sirve para estar en lista de las discotecas y saltarse la cola. Y también en el uso de los datos. Tenemos un motor de análisis al que llamamos Kermit (como la rana Gustavo de Barrio Sésamo), que detecta si te paras mucho tiempo sobre un evento, aunque no vayas o compres entradas, si te interesa el cine… Sirve para adaptar las recomendaciones a cada usuario.
P. ¿Haría otra empresa?
R. Mi foco es Fever, 100%, aunque sí animo a empezar a todo el que tenga ideas. Hay muchos inversores dispuestos a poner su dinero. Si luchas, lo consigues.
P. ¿Hace falta irse a Estados Unidos para emprender?
R. Aquí cada vez es más sencillo, pero la burocracia es más complicada.
P. ¿Qué piensa de las startups que contratan a famosos?
R. Que no sirve de nada si no hay una comunidad detrás, con crecimiento natural. Dan visibilidad, pero la prioridad es satisfacer a la gente que no es famosa.
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