CES abre sus puertas
La feria bate récord de expositores
A las diez de la mañana en Las Vegas se abrieron las puertas del centro de convenciones de la ciudad y comenzaron las diferentes conferencias sobre el futuro de la salud, la televisión online, la automoción y tantos aspectos como se pueda imaginar en el CES. La superficie ocupada por este despliegue de cacharros es similar a 37 campos de fútbol. Según la organización esta es la feria con mayor número de expositores y periodistas de la historia.
Nada más cruzar el umbral dos gigantes muestran su poderío. A la derecha Intel, enfrente Microsoft. La primera con un despliegue de ultrabooks de diferentes marcas. La segunda con una mezcla de tabletas y ordenadores con Windows 8, teléfonos y cápsulas transparentes para poder ver cómo los visitantes prueban los juegos de Kinect.
Un poco más adelante se encuentra Motorola, de nuevo tabletas y teléfonos, pero esta vez con el sello de Google. A falta del visto bueno de las autoridades, la división de móviles de la empresa que creó el primero de estos teléfonos pasará a ser parte del buscador.
Sony cuenta con el mayor de los escaparates, pero también es cierto que juega en muchos campos. Samsung y LG, las dos coreanas que pelean en el campo de los móviles, tabletas, ordenadores y televisores andan a la par en atención, expectación y extensión.
Lenovo, que ha invitado a este medio en un viaje de prensa, cuenta con dos zonas. Una en el centro de convenciones, más seria. Otra en el Venetian donde han transformado un pub, el Aquanox, en una nave espacial. La compañía que compró la división de ordenadores de IBM, permite jugar, probar y hacer todo tipo de perrerías a sus cacharros.
Technicolor, los del cine, apuestan por las tres dimensiones en la gran pantalla. JVC, la empresa japonesa, ha desplegado un buen número de cámaras, tanto para aficionados como para profesionales, para hacer 3D, de momento, con gafas.
El año pasado fue el CES de las tabletas. Todos los fabricantes querían un mataiPads, pocas semanas después Apple los pillaba con el paso cambiado y mejoraba la versión inicial. Parecen haber aprendido la lección: la mayoría de las tabletas tienen un hardware similar al modelo de la manzana pero con precio inferior. Cambian el posicionamiento de sus aparatos y los hacen más accesible.
No todos cuentan con este poderío. En total son 3.100 expositores. Los hay grandes y pequeños. Abundan los que hacen fundas y baterías externas para móviles. Los chinos, los pequeños son caso aparte. Venden memorias USB a granel, juguetes que se mueven gracias a la energía solar o cargadores de bolsillo. Además, están dispuestos a cerrar el trato en el momento y aceptan dinero en metálico.
El Hotel Venetian, lugar de concentración el lunes, mantiene la atención con charlas y debates. Las colas para tomar un autobús, un taxi o el monorraíl siguen siendo eternas. Pero sí se nota con respecto a la edición anterior menos publicidad. HTC no ha cubierto un hotel con el último de sus Android. El año pasado Casio transformó por completo la estación del monorraíl con su Tryx, un modelo que nunca se llegó a vender en España. En 2012 la estación se encuentra como si no hubiera evento alguno.
A pesar de tanto músculo tecnológico, la conexión a Internet es la queja de todos los visitantes. La afluencia de público hace que se caíga la red con frecuencia. Poco importa en esa situación el chip del móvil, los megapíxeles o la duración de la batería.
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