La informática es más sucia que el WC
El teclado del ordenador tiene más bacterias que la taza del inodoro, según una organización de consumidores británica
Darle al teclado del ordenador puede resultar peligroso. No por lo que se escriba sino por los virus que se encuentran en las teclas. Así se constata en un estudio realizado por la organización de consumidores británica Which?, que concluye que los teclados guardan más bacterias peligrosas que la taza del váter. El estudio, realizado en enero de este año, constata que de 33 teclados de ordenadores analizados, cuatro fueron considerados como un riesgo y uno albergaba cinco veces más gérmenes que el inodoro de la oficina. La noticia fue recogida fielmente por la BBC y mal reproducida por otras tantas publicaciones, entre ellas alguna revista informática británica, que luego fue reproducida literalmente por una agencia de noticias española, y alguna web. .
En las pruebas de Which?, realizadas en enero de este año, uno de los teclados de la oficina estaba tan sucio que el microbiólogo que lo examinó ordenó que fuera removido, puesto en cuarentena y limpiado. Tenía 150 veces el límite recomendado de bacteria y era cinco veces más asqueroso que el asiento de un inodoro analizado durante la misma investigación.
Una de las causas de que los teclados estén tan sucios, dice Which?, es que la gente come en sus escritorios, dejando restos que favorecen el crecimiento de bacterias. Malos hábitos de higiene personal, como no lavarse las manos después de ir al baño, es otra causa. Aunque no lo diga el estudio, es fácil de imaginar que si el teclado es del ordenador personal del hogar y se utiliza en horas nocturnas, cuando esos en esos horarios la navegación es en un 80% páginas de sexo, el peligro pueda ser mayor. La conclusión está al alcance de cualquier usuario: en lugar de espiar a su pareja, desinfecte el teclado por la mañana.
En este sentido, la recomendación que da Which? es sacudir el teclado con frecuencia y limpiarlo con un paño humedecido en alcohol. Un estudio de la Universidad de Arizona, realizado en 2004, reveló que el equipo de oficina -especialmente los teléfonos, los teclados y los ratones- guardaba 400 veces más microbios que los baños.
El responsable de las pruebas, el microbiólogo Peter Wilson, indicó que el "teclado es el reflejo de lo que hay en tu nariz y en tus intestinos". "Si hay alguien en la oficina con un resfriado o con una gastroenteritis, es muy probable que lo pesques en un teclado". Las causas principales según Wilson son los malos hábitos de higiene personal como no lavarse las manos después de ir al baño o comer encima de los escritorios, dejando restos que favorecen el crecimiento de bacterias.
Wilson dijo a la BBC que compartir un teclado en el lugar de trabajo podría significar pasar enfermedades entre colegas. "Si hay alguien que tenga un resfriado en la oficina, o incluso gastroenteritis, es muy probable que lo pesques en un teclado", señaló el microbiólogo.
Recientemente se publicó que unas manos sucias y un teclado de ordenador en una sala común eran la explicación de un brote de 103 casos de gastroenteritis producido en una escuela de Washington. Investigadores del Centro para el Control de Enfermedades (CDC en inglés) de Atlanta han solucionado así el enigma de por qué 79 estudiantes y 24 miembros del personal del centro tenían la misma enfermedad.
Pero todas estas noticias que surgen en Internet hay que ponerlas en cuarentena. Sirven para incrementar las visitas a la web (se les llama pincha-pìncha)y dar más relevancia a la página. Pero una vez que saltan al papel cobran verosimilitud. Hace unas semanas varios periódicos nacionales publicaron que un niño de 13 años había rectificado a la agencia espacial norteamericana NASA al detectar un error en sus cálculos sobre la probabilidad de que un asteroide choque contra la Tierra. Varios diarios españoles recogieron directamente la noticia de varias web y se la atribuyeron como primicia sin citar fuentes. La noticia era completamente falsa, pero no importó. Cuando se detectó su falsedad, comunicada por la propia NASA, y difundida en España por la web Microsiervos, los mismos periódicos, también sin citar fuentes, se atribuyeron el descubrimiento de la falacia. Es decir, dos falsos triunfos periodísticos por el precio de uno.
Así que la noticia tiene doble interés. La de comprobar si efectivamente los teclados son un nido de bacterías y de que si la información se nutre en realidad de virus y bulos y no de noticias.
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