La Eurocámara recomienda cifrar el correo electrónico ante el espionaje de la red Echelon
La comisión parlamentaria concluye que la red no fue usada para el espionaje industrial
Los eurodiputados que forman la comisión han estado un año estudiando esta red, cuya existencia aún no ha sido reconocida oficialmente, para determinar si ha sido usada para el espionaje industrial. Las empresas europeas habían denunciado su uso por EE UU para situar a las empresas estadounidenses en una situación de ventaja frente a las europeas.
El estudio concluye que Echelon lee millones de correos electrónicos y faxes enviados todos los días por usuarios ordinarios, por lo que recomienda codificar los mensajes.
Echelon es un sistema de satélites y puestos de escucha que fue instalado después de la Segunda Guerra Mundial para recabar información sensible durante la Guerra Fría. En él están implicados EE UU, Canadá, Reino Unido, Australia y Nueva Zelanda.
La comisión sostiene que Echelon espía tanto a empresas como a usuarios privados, por lo que recomienda el cifrado de los correos electrónicos y faxes para que permanezcan en la privacidad. "Enviar un e-mail sin cifrar es como enviar una carta sin sobre", dice la comisión.
Además, los europarlamentarios insinúan que Reino Unido podría estar violando la Convención Europea de Derechos Humanos, que garantiza la privacidad de las comunicaciones de todo individuo.
La Comisión Europea deberá ahora estudiar el informe que ha emitido la Comisión de estudio y decidir si toma medidas contra Reino Unido.
Sin embargo, la investigación sobre Echelon no ha llegado a probar todas las acusaciones vertidas. Los eurodiputados han comprobado que el alcance de la red no es tan extenso como se denunciaba, ya que se dedica casi en exclusiva a las comunicaciones por satélite y "sólo una pequeña parte de las mismas se transmiten por esa vía", dice el informe. "Esto quiere decir que la mayoría de las comunicaciones no son interceptadas".
Tampoco ha podido probar la comisión que la red haya sido usada para el espionaje industrial, primer objetivo de la investigación. En cualquier caso, el estudio demuestra que la red existe y que su uso se centra en la intercepción de comunicaciones privadas y comerciales, aunque no en la inteligencia militar.
Los Estados Unidos han negado que la red siquiera exista, mientras que Reino Unido, a pesar de que su ministro de Exteriores reconoció al Parlamento francés que Gran Bretaña era miembro de la red, se niega a dar detalles y sólo admite que la intercepción de comunicaciones es una herramienta fundamental para la lucha contra "los peligros que amenazan a la sociedad".
La red ha permanecido en secreto hasta que un ex director de la CIA reconoció al periódico francés Le Figaro que se estaba usando para rastrear mensajes electrónicos enviados por empresas europeas. El directivo insistió en que la red se usaba para detectar casos de corrupción y no para el espionaje industrial.
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