Bebidas vegetales, una alternativa para los consumidores que revitaliza el campo
En 2023, el consumo de bebidas a base de soja, avena o almendra creció un 5,8% en España. Cada vez son más las personas que las combinan con la leche y también cada vez son más los agricultores que incrementan el número de hectáreas para su cultivo al ser una alternativa real para impulsar la economía local y el empleo
Matilde Vallejo (Laguna de Negrillos, León, 57 años) es una agricultora a la vanguardia en un mundo cambiante. En su momento dejó de usar las manos y las palas para el riego, y también tomó la decisión de cultivar soja. “Desde que empezamos hace 14 años no hemos dejado de sembrarla. Tiene bastante salida para los yogures y bebidas”, reconoce. El producto le salió rentable: el año pasado, en España se vendió un 5,8% más de bebidas vegetales que en 2022, un total de 288.703 millones de litros, según la Radiografía del ‘plant-based’ en España 2023, de Nielsen IQ para la Asociación Española de Productores de Alimentos y Bebidas Vegetales, con datos anuales a junio de 2023.
Vallejo comenzó con un par de hectáreas y ahora esta planta ocupa 14 de las 70 que posee. Al inicio, “no había nadie a mi alrededor que la hubiera sembrado, para nosotros era un producto muy desconocido”, reconoce esta agricultora que vive y trabaja en Pobladura de Pelayo García (León, 354 habitantes). No obstante, admite que fue más sencillo al descubrir que la soja se riega igual que cultivos más tradicionales como las alubias y gracias a la ayuda de los ingenieros agrónomos que la asesoraron: “Son trabajadores de Pascual y son muy eficientes. Los tratamos ya como de la familia”. Pablo Redondo, responsable de Compras Agro de Pascual, ratifica que desde la compañía tienen una comunicación directa con los agricultores: “Tenemos una relación bidireccional y no solo es laboral, también es personal”, comenta sobre la empresa, que cuenta con unos 250 agricultores repartidos entre Extremadura, Castilla y León, Navarra, País Vasco, Aragón y Cataluña, que cosechan centeno, soja y avena.
La razón de esta cercanía, como explica Redondo, es que “obtener una garantía de origen local es darnos la oportunidad de tener una respuesta a la creciente demanda de los consumidores de alimentos sostenibles y de proximidad”. Para alcanzar ese objetivo, Grupo Pascual cuenta con las marcas Vivesoy –que va a introducir el centeno como nueva materia prima– y Mimik, lanzada el pasado noviembre, y que refleja el auge de tanto de bebidas vegetales como de su variedad. De hecho, Mimik quiere llegar a personas que consumen tanto lácteos como bebidas vegetales pero que, en estas, buscan el mismo sabor de la leche tradicional.
De este modo, como señala Redondo, el consumidor también ayuda a agricultores como Matilde Vallejo: “Les dan rentabilidad, están valorando sus explotaciones y sus productos y también reducen la huella de carbono”, explica. Este ingeniero agrónomo de Pascual defiende que la alianza con trabajadores como Vallejo aporta “proyecciones a nivel laboral” en la España vaciada: “Es un problema que nos preocupa” reconoce, y continúa con que el Grupo ha lanzado un programa de becas para permitir que los hijos de los ganaderos y agricultores puedan hacer vida en sus lugares de origen.
Vallejo reflexiona también sobre lo importante que ha sido para ella que el pueblo no quede desierto: “Mucha gente se ha mudado aquí tras la pandemia, y se han recuperado la cultura y tradiciones que se habían perdido”, explica. Sus dos hijas también viven y trabajan en Pobladura de Pelayo García. “El orgullo de una madre de tener sus dos hijas en casa es de las cosas más bonitas de la vida”, confiesa.
Radiografía del consumidor de bebidas vegetales
Según el Barómetro del clima de confianza del sector agroalimentario (2023), del Institut Cerdà, fundación que asesora a empresas en ámbitos como la logística y la distribución comercial, un 12,9% de los consumidores en España reconoce que toma bebidas vegetales entre una y dos veces al mes o menos, pero un significativo 35,1% lo hace como mínimo una vez por semana. En este grupo se encuentra María Muñiz (29 años, Madrid). Las probó cuando era niña, pero las fue introduciendo más en su vida cuando descubrieron que su madre y su hermano eran intolerantes a la lactosa. Hace dos años empezó a consumirlas más y ha notado que le sientan mejor, aunque las combina con la leche de origen animal. Le gusta tomarlas con té o simplemente solas, frías y en un vaso. “Noto que tienen un efecto tranquilizador. Para mí es más confortable y me da una sensación muy agradable”, describe.
Además de su sabor y del efecto que provoca, las bebidas vegetales contienen cualidades beneficiosas para la salud. Cristina León, subdirectora de Investigación y Tecnología del Instituto Tecnológico Agrario de Castilla y León, explica que la soja puede “regular el balance hormonal de la mujer, prevenir la osteoporosis o actuar como antioxidante que protege frente al cáncer”. En definitiva, asegura que la alimentación “no cura”, pero “puede prevenir”.
León considera que la soja también es positiva de cara a la agricultura, ya que ayuda a la biodiversidad y tiene una buena proyección social por su sostenibilidad: “Creemos que supone una diversificación para el agricultor y una mejora para la cadena de valor”, sostiene. Según el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, en su Encuesta sobre superficies y rendimientos de cultivos, en 2023 existían en España 1.546 hectáreas dedicadas a la soja. Por su parte, el Informe 2023 sobre la evolución de cultivos en España elaborado por Cocampo detalla que, durante la última década con datos disponibles (2011-2020), este cultivo se ha disparado un 107,4% (751 hectáreas más). No obstante, como explica León, la soja todavía ocupa poca superficie en España comparada con Francia o Italia.
De cara al futuro, Cristina León adelanta que estas bebidas aumentarán su popularidad. Lo percibe, entre otras cosas, en que también ha habido un incremento de hectáreas de frutos secos, como la almendra, porque se está consumiendo más para la elaboración de estos productos: “La tendencia es que vamos a compatibilizar los que tengan una proteína de origen vegetal con las proteínas de origen animal, sin atacarse los unos a los otros, porque cada uno va a tener su nicho”, concluye.