Darias anuncia el fin de las mascarillas en el transporte público el 7 de febrero
El Consejo de Ministros aprobará la eliminación de la obligatoriedad, pero la mantendrá de momento en los centros sanitarios
La ministra de Sanidad, Carolina Darias, ha anunciado este jueves que el Consejo de Ministros aprobará el fin de la obligatoriedad de las mascarillas en transportes públicos el 7 de febrero. Los cubrebocas deberán seguir usándose por el momento en los centros sanitarios, incluidas clínicas de todo tipo y farmacias.
“Tenemos una situación epidemiológica muy estable. En función de la propuesta que ya ha hecho la Ponencia de Alertas, elevaré la propuesta [...] al próximo Consejo de Ministros del 7 de febrero”, ha dicho la ministra a la salida de un acto con la Gasol Foundation. La semana que viene Sanidad llevará esta medida al Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud para “tramitar toda la parte administrativa” y hacer partícipes a las comunidades autónomas, aunque al estar regulada por un real decreto es competencia del Gobierno modificarla.
Darias no ha detallado cuándo en concreto entrará en vigor la medida una vez se apruebe en el Consejo de Ministros, aunque los acuerdos del Gobierno se suelen publicar al día siguiente en el Boletín Oficial del Estado (BOE), por lo que la retirada oficial de las mascarillas podría ser el 8 de febrero.
Sanidad ha adelantado este momento con respecto a lo que estaba inicialmente previsto, que era mantenerlas hasta el fin de la temporada de infecciones agudas, en torno a marzo. Después de semanas de debates de los técnicos, la decisión llega al comprobar que pese a que no ha habido prácticamente ninguna restricción (más allá de las propias mascarillas), la situación epidemiológica lleva meses estable en España. Ni siquiera las navidades, que han sido en otros años un caldo de cultivo perfecto para la covid, se han traducido esta vez en un aumento de los ingresos hospitalarios.
Además, la convivencia con el coronavirus por parte de la ciudadanía es cada vez más natural y el cumplimiento de la norma de las mascarillas en el transporte público estaba siendo muy laxa. Desde el 7 de febrero no será obligatoria en trenes, aviones, metros, autobuses o taxis, como sí lo es ahora.
Ignacio López Goñi, doctor en Biología por la Universidad de Navarra, cree que las mascarillas obligatorias ya no tienen sentido: “Son muy eficaces en reducir la posibilidad de contagio de patógenos respiratorios que se transmiten por aerosoles. En un lugar cerrado, mal ventilado, con mucha gente, hablando, durante mucho tiempo la probabilidad de contagio es mayor. Si la mascarilla es obligatoria en el transporte público, por la misma razón debería serlo en otros lugares como cines, teatros, restaurantes, discotecas… Si en esos lugares no es obligatoria, no tiene sentido que lo sea en el transporte público. Coherencia”.
Goñi lamenta que se haya perdido la oportunidad “de oro” para explicar bien el uso de las mascarillas. “Lo que habría que haber hecho es explicar muy bien esto para que cada uno use la mascarilla cuando debe: cuando tiene síntomas, si se va a reunir con personas más vulnerables (enfermas, bebés, con otras enfermedades). Ojalá hubiese quedado como algo relativamente frecuente. No hace falta que sea obligatoria salvo casos muy excepcionales y hace tiempo que no estamos en esa situación”, señala.
En este sentido, Fernando Simón, director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias del Ministerio de Sanidad, señaló el miércoles, ante la inminencia del cambio de la norma que rige para las mascarillas, que “el mensaje no es que se vaya a retirar, sino que ahora la población tiene que ser mucho más responsable”. “Cuando tenemos síntomas deberíamos utilizarla de manera responsable y si somos grupos de riesgo o vulnerables también. Hay que entender que nuestra salud afecta de alguna forma a la de los demás, sobre todo cuando hay una enfermedad infecciosa de por medio”, agregó en declaraciones a los periodistas tras una mesa redonda en Zaragoza.
En la misma línea se ha manifestado Óscar Zurriaga, presidente de la Sociedad Española de Epidemiología, quien opina que la retirada de la obligatoriedad de las mascarillas se podría haber tomado “hace meses”. “En cualquier caso, lo que es importante recalcar es que las personas si tenemos sintomatología respiratoria o entramos en contacto con personas con otra comorbilidad, debe seguir utilizándose. No es que la mascarilla deje de ser útil; sigue y seguirá siéndolo. No se retira por su inutilidad, se retira la obligatoriedad porque la situación ya no aconseja seguir manteniéndola”.
La decisión anunciada por Darias ha venido propiciada por una situación epidemiológica internacional más favorable de la que algunos vaticinaban por los brotes de China y Estados Unidos. El país asiático levantó todas sus restricciones en diciembre y ha vivido un pico de infecciones como no habían conocido en los tres años previos, de durísimas medidas de contención. Esto supuso graves problemas en su sistema sanitario, colapsado por atender a una población que no había recibido inmunidad por el contagio y en la que las personas mayores no estaban tan vacunadas como en Occidente. Sin embargo, la ola china ya remite, las variantes que allí han circulado no eran distintas de las que ya se conocían, y su situación no se ha reproducido fuera de sus fronteras.
Estados Unidos era otro foco de preocupación internacional. En los últimos meses del año se descubrió una subvariante de ómicron más contagiosa que las anteriores, pero todo parece haberse quedado en una falsa alarma. En Nueva York, una de las ciudades por donde más circulaba la XBB.1.5 (conocida como kraken), llevan semanas cayendo los contagios y el repunte en los hospitales ha sido muy bajo, casi imperceptible entre la población vacunada.
Con este panorama internacional, la Organización Mundial de la Salud (OMS) se reúne el viernes para analizar si mantiene a la covid como emergencia sanitaria internacional, algo que decretó el 30 de enero de 2020, hace ahora justo tres años.
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