Bronquiolitis en junio: los virus respiratorios infantiles vuelven a aflorar
El virus sincitial, principal causante de las bronquiolitis en niños, reaparece y provoca un aumento de los ingresos hospitalarios entre los menores. Los expertos sospechan que la vuelta del microorganismo puede deberse a la relajación de las medidas de control
Los virus respiratorios se esfumaron durante la pandemia. En un invierno anómalo, sin epidemia de gripe en adultos ni urgencias pediátricas colapsadas de niños con bronquiolitis a causa del virus sincitial, el coronavirus ,causante de la crisis sanitaria, ocupó consultas y camas hospitalarias. Las restricciones sociales y las medidas de control contra la covid, como la mascarilla, protegían de este patógeno, pero también del resto de microorganismos que se contagian a través de las vías respiratorias. Sin embargo, ahora que lo peor de la pandemia ya ha pasado y se relajan las medidas de control y protección individual, algunos virus estacionales han vuelto a aparecer. Especialmente, el sincitial, que inflama los bronquiolos de los más pequeños y dispara los ingresos pediátricos. Según los informes de vigilancia epidemiológica del Instituto Carlos III, a mediados de mayo (última fecha de la que se tienen datos), la positividad por este virus ascendió al 4%; la semana anterior era del 2%.
La pandemia ha puesto patas arriba el ciclo habitual de los virus respiratorios. En la cronología clásica de aparición de estos microorganismos, el virus respiratorio sincitial (VRS), causante de entre el 70% y el 80% de las bronquiolitis en niños, suele aparecer en septiembre y octubre y llega a su pico en diciembre. Tras él, se dispara el de la gripe y luego, pasados los peores meses del invierno, aumenta la presencia de los adenovirus, el metaneumovirus, el paramixovirus y otros coronavirus; en verano, surge también el enterovirus. Sin embargo, este invierno, la Red Nacional de Vigilancia Epidemiológica ha detectado poco más que infecciones por covid. Si acaso, coinciden los especialistas consultados, lo que más ha habido, aparte del virus de este coronavirus, es el rinovirus, uno de los causantes del resfriado común.
La red de vigilancia de los virus respiratorios no notifica los casos de forma individualizada, sino que funciona como un sistema centinela que detecta una muestra y, a partir de ella, calcula la incidencia real y la circulación de cada microorganismo. En la temporada 2019-2020, esa red centinela reportó 4.578 casos de VRS y el pico se concentró a finales de diciembre de 2019. Cinco semanas después, se alcanzó el techo de circulación de los virus gripales (la red centinela detectó, en toda la temporada, 2.579 casos). Esta temporada, sin embargo, los sistemas de vigilancia apenas han reportado 17 casos de gripe y 42 de VRS hasta el 23 de mayo. En esa semana, la última desde que se tienen cifras, se reportaron 10 casos de virus sincitial.
Pere Soler, jefe de Enfermedades Infecciosas Pediátricas del Hospital Vall d’Hebron de Barcelona, apunta que “durante los meses anteriores, la gripe y el VRS había desaparecido. El rinovirus y el adenovirus seguían circulando, pero como no tenían mucha repercusión clínica, nos encontramos con un pseudoverano en pleno invierno. Ahora, sin embargo, hay un ascenso importante de los cuadros de bronquiolitis por VRS e ingresos hospitalarios, aunque la pendiente no es tan pronunciada como en otros años”. En Cataluña, la Red de Vigilancia Hospitalaria del VRS, formada por 14 hospitales, ha reportado un incremento paulatino de casos desde el mes de marzo, alcanzando en la semana del 17 al 23 de mayo cerca de 150 positivos por VRS. Las cifras, no obstante, siguen lejos de los datos de 2019, cuando se alcanzaron los 400 casos semanales a finales de diciembre.
En Madrid, el último boletín epidemiológico constata un incremento en la incidencia de infecciones respiratorias agudas en población infantil que va “paralelo al nivel de casos de VRS” detectados. En la última semana de mayo, la red centinela de atención primaria detectó tres casos y, de los ingresos hospitalarios que llegaron con infección respiratoria, se confirmaron otros 13 positivos por VRS. Paula Vázquez, presidenta de la Sociedad de Urgencias Pediátricas de la Asociación Española de Pediatría, comenta: “Me ha extrañado muchísimo porque no vemos bronquiolitis en mayo, pero ahora mismo los pediatras de urgencia no estamos preocupados por un aumento significativo de VRS. No son niveles epidémicos de un diciembre. Hay casos esporádicos desde hace un mes, que si son en lactantes pequeños requieren ingreso”.
Los ingresos por infecciones respiratorias agudas en Madrid crecieron un 37% en una semana entre los niños menores de cuatro años. “Los menores de tres meses son los que se ponen peor”, dice Vázquez, que es coordinadora de Urgencias Pediátricas en el Hospital Gregorio Marañón de Madrid. “Y también los niños que tienen factores de riesgo, como los prematuros o niños que tienen problemas cardiovasculares”, apunta. En el Vall d’Hebron han reiniciado la profilaxis con los niños de riesgo, a los que se les administra un anticuerpo monoclonal que inhibe la capacidad del virus sincitial de atacar al organismo.
Otros virus, como el bocavirus, el metaneumovirus o el parainfluenza, que provoca laringitis, también han vuelto, señalan los expertos consultados, aunque en menor medida. Carlos Rodrigo, director clínico de Pediatría en el hospital Germans Trias i Pujol de Badalona, afirma: “Ya nos esperábamos un incremento de VRS porque sabíamos que en Australia, donde consiguieron controlar muy bien la covid, en cuanto empezaron a relajar medidas tuvieron un brote brutal que superó, incluso, a inviernos anteriores”. En un artículo en la revista científica Clinical Infectious Diseases, investigadores australianos reportaron un aumento de los casos positivos por VRS a partir de septiembre, cuando se relajaron las medidas de control, superando incluso el pico estacional medio de 2012 a 2019. “La eventual reducción de las medidas de salud pública relacionadas con covid-19 puede presagiar un aumento significativo del VRS”, señalan los investigadores.
Sin conclusiones claras
Los expertos consultados sugieren que la caída de la transmisión del coronavirus y la relajación de las restricciones sociales pueden haber jugado un papel en el regreso de otros virus respiratorios, pero admiten que es prematuro arrojar una conclusión contundente. Juan García Costa, virólogo en el Hospital de Ourense y vocal de la Sociedad Española de Virología., aclara: “No se puede saber por qué el VRS se presenta fuera de su época normal. No tiene mucha lógica que aparezca ahora porque no es el momento, pero hay que ver el contexto. Yo solo he confirmado un caso y habrá que ver si estos casos son, finalmente, un brote real. Si esto se convierte en normal en toda España, el ciclo epidemiólogico del virus habrá mutado y se presenta fuera de su época”.
Rodrigo sostiene dos hipótesis: “Al relajar las medidas de contención, sobre todo el lavado de manos, porque en el caso de los niños pequeños ya no usaban mascarilla, puede haber una posibilidad de que aumente la transmisión. Y también es posible la competencia entre virus: que ahora que el Sars-Cov-2 va de bajada, deje sitio a otros virus. Estas dos opciones deben ser factores que influyen, pero nadie acaba de entender cómo un virus de invierno puede estar ahora circulando”. Para García Costa, la teoría del nicho ecológico —el coronavirus ocupó todo el espacio y relegó a otros virus— es “difícil” porque no está probado científicamente y el Sars-Cov-2 todavía no ha desaparecido. Rodrigo insiste en que la pandemia tiene que haber influido: “Algo tiene que ver con la covid porque, a diferencia de Australia, en países del hemisferio sur donde no se ha controlado el coronavirus, como Chile o Argentina, no hay virus sincitial. Son vasos comunicantes para el descenso, pero el motivo no está claro”.
Vázquez coincide con la exposición de Rodrigo y asume que este repunte tampoco puede durar mucho tiempo. “Es un virus que está más cómodo con el frío. Cuando empiece el calor fuerte y los niños salgan de las guarderías [donde es más fácil el contagio porque están en contacto estrecho con otros menores], disminuirá la circulación del VRS”. Soler, por su parte, apunta a la necesidad de vigilar de cerca la evolución de la curva de los virus respiratorios que vuelven a aflorar. “Si me llegan a decir hace dos años si sería posible un pico de VRS en junio, diría que era altamente improbable porque es un virus estacional. Pero la covid ha modificado el comportamiento y la circulación de los virus. Hay que monitorizarlo y ver qué pasa porque esto supone una carga adicional para un sistema sanitario que ya está tensionado”, apunta Soler. En su hospital hay siete niños ingresados, uno de ellos en cuidados intensivos, a causa del virus sincitial.
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