“Estás en alerta constante como en la guerra”
Médicos residentes comprenden que el Gobierno contrate al mayor número de sanitarios, pero reclaman sus derechos
“A ver, si al final nos hemos metido en esto es para ayudar a la sociedad y tendremos que apechugar, claro”. Esteban Viciana responde así a la decisión del Gobierno de ampliar el personal sanitario con la prórroga de los contratos de los médicos residentes del último año y de aquellos licenciados no especialistas, además de estudiantes de último año y jubilados, entre otros. Esteban, de 26 años, es facultativo especialista en Medicina Familiar y Comunitaria y residente de cuarto año en un centro de salud de Lleida. “Considero lógica la medida dada la gravedad de la situación porque ya está fea la cosa y se espera peor. Las comunidades autónomas tienen que reclutar el máximo número de sanitarios. Y aquí la situación no es ni parecida a la que se está viviendo en Madrid, por ejemplo”, dice. Ahora bien, este médico almeriense considera injusto que se le siga pagando como residente si se prorroga su contrato cuando ya sería especialista y debería cobrar como médico adjunto.
Una queja común a otros residentes consultados por EL PAÍS, si bien coinciden en que la obligación implícita de ayudar se acaba por imponer. “Vamos a ver cómo se desarrolla la orden del Ministerio de Sanidad, porque si los contratos de residencia concluyen a finales de mayo, se tendría que prolongar hasta más allá de esa fecha el estado de alarma para hacer uso de ellos”, comenta Sheila Justo, representante de los residentes como secretaria técnica de Confederación Estatal de Sindicatos Médicos. Este año se presentaron 16.176 licenciados al examen del MIR (Médico Interno Residente) para ocupar 7.512 plazas.
Psicólogos
Un médico residente de cuarto año en un hospital de Madrid, epicentro en España del coronavirus, relata el “ritmo brutal de trabajo, tanto físico como mental, con la sensación de estar en alerta constante como si estuvieras en la guerra sin parar de llegar gente enferma, muchos mayores, también jóvenes”. El facultativo prefiere mantener el anonimato y se centra en subrayar la experiencia acelerada que está acumulando. “Aprendes al máximo en el menor tiempo posible. El coronavirus no te permite desconectar. Cuando llegas a casa, tienes los grupos de WhatsApp, la televisión, tienes que estudiar el último tratamiento para mejorar al enfermo. Ha venido muy bien que se hayan venido los psicólogos para ayudar a las familias, los pacientes y los médicos, porque no te lo puedes quitar de la cabeza”, explica. También destaca la formación de grupos de trabajo de médicos jóvenes y veteranos cuyas diferencias se van diluyendo conforme se van abriendo más plantas del hospital para atender solo a los enfermos de coronavirus.
Una experiencia diferente de la del especialista en Pediatría A. B., en cuarto año de residencia en Lleida. No tiene casos graves de coronavirus entre sus pacientes. Incide en la importancia de seguir el protocolo. “Los niños serán asintomáticos o con síntomas leves y, en todos esos casos, no se les hará la prueba por protocolo”, apunta. A pesar de los problemas contractuales y la injusticia del sueldo, el pediatra entiende la medida pero insiste en pedir concreción.
Al igual que Antonio Pujol de Castro, estudiante de quinto en la Complutense y presidente del Consejo Estatal de Estudiantes de Medicina. Lo entiende pero pide que se concreten muchos aspectos como, por ejemplo, a qué se dedicarán los estudiantes de último año que también han sido llamados por el ministerio para auxiliar a los médicos ante el estado de alarma provocado por el coronavirus.
Información sobre el coronavirus
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