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Raphael: “No canto en el rellano porque dirían que estoy loco, ni en la ducha por si me ahogo”

"Si fuera youtuber, la canción que subiría hoy para darme a conocer sería Yo soy aquel". Para Raphael, llevar más de cinco décadas sobre los escenarios y saberse contemporáneo no es incompatible. Solo hay una condición: que lo que se haga sea bueno y hacerlo suyo, "porque yo no puedo parecerme a nadie, yo tengo que parecerme a mí". A pesar de todo, cuando va en el coche y suena una de sus canciones, necesita cambiar de dial "porque solo veo los defectos". Es un perfeccionista, según confiesa; alguien que se cuida con mimo para poder entregarse por entero a lo que hace. Raphael es un icono que trasciende la música y atrapa a público de tres generaciones por igual. Tras el éxito de ayer, esta noche dará su segundo concierto en el WiZink Center (Madrid), su segundo llenazo, con asistentes de los 10 a los 100 años. Eso si se lo permite la charla que mantiene con Juan Luis Cano (Gomaespuma) en un vagón. "¿Pero qué demonios hago en este tren, si yo canto esta noche?".

Durante la conversación, Raphael le habla a Cano de sus escenarios favoritos, de la necesidad que siente de una buena letra para expresar cantando –y de lo agradecido que está a Manuel Alejandro y José Luis Perales por su repertorio– o de hasta qué punto es imprescindible esforzarse por ser libre. E, incluso, de en qué extraños lugares ha llegado a ver plasmado su rostro. "Un señor se acercó una vez y me pidió permiso para quitarse ante mí la camisa. Tenía mi cara tatuada en la espalda".

Esta es la sexta entrega de un proyecto conjunto con Renfe en el que personalidades de distintas disciplinas (literatura, ciencia, cine, deportes...) irán desvelando, en distintos escenarios, su futuro cercano, su Próxima estación, en charlas con Juan Luis Cano.

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