La autopsia de Jeffrey Epstein revela que tenía varios huesos rotos en el cuello
El magnate, imputado por explotación sexual de menores, murió el sábado en un aparente suicidio en su celda. El resultado es compatible con el ahorcamiento y el estrangulamiento
La autopsia realizada al magnate Jeffrey Epstein, imputado por explotación sexual de decenas de menores y que aparentemente se suicidó en una prisión federal el sábado, ha revelado que contaba con varios huesos rotos en el cuello, según ha informado este miércoles el diario The Washington Post. Este tipo de fracturas son compatibles con la muerte por ahorcamiento y por estrangulamiento, según ha señalado el diario, citando a fuentes familiarizadas con los resultados de la autopsia.
Epstein, de 66 años, fue hallado inconsciente en torno a las seis y media de la mañana del sábado, ahorcado en su celda en el Centro Correccional Metropolitano de Manhattan. El magnate, que tenía relación con la élite política de Estados Unidos, incluidos Donald Trump y Bill Clinton, fue trasladado con un paro cardiaco a un hospital del centro de la ciudad, donde confirmaron su muerte. El multimillonario ya tuvo que ser atendido el 25 de julio tras ser hallado seminconsciente y con marcas en el cuello, también dentro de su celda. Las autoridades estaban investigando si las marcas habían sido autoinfligidas o producto de un ataque.
La investigación posterior a su muerte ha revelado graves irregularidades en la prisión. La última, que los dos guardias de seguridad que debían vigilar su celda y visitar a Epstein cada 30 minutos no lo hicieron en las tres horas previas al suceso porque se durmieron. Posteriormente, falsificaron el registro para encubrir su error, según publica este miércoles The New York Times, citando a agentes del orden y funcionarios de prisión conocedores del caso.
Además, según el estatus especial que se le impuso tras retirarle del programa de prevención del suicidio, el magnate debía estar acompañado en su celda. Pero en el momento de su muerte, el compañero de celda de Epstein tampoco estaba, ya que había sido transferido recientemente, lo que supone una infracción del protocolo del penal. La muerte del millonario está siendo investigada tanto por el FBI como por el Departamento de Justicia.
Los abogados de Epstein habían advertido al juez de que su cliente había recibido amenazas y que temía por su seguridad. El magistrado negó la libertad bajo fianza hasta la celebración del juicio, previsto para mediados del próximo año. Según argumentó, Epstein representaba un peligro para la comunidad, además de existir elevado riesgo de fuga por su fortuna. Las incógnitas alrededor de la muerte del millonario han desatado una ola de teorías conspiratorias que ponen en duda que se trate de un suicidio, en una saga, salpicada por personajes famosos, poderosos y hasta aristocráticos, como el príncipe Andrés de Inglaterra.
Red de tráfico sexual
Los fiscales acusan al inversor y a sus empleados de orquestar una red de tráfico sexual, llevando a decenas de menores de edad a su residencia en Manhattan y en Palm Beach (Florida), entre 2002 y 2005. El financiero se declaró no culpable tras su arresto. En los registros practicados tras su detención, los agentes del FBI hallaron en su mansión de siete pisos en el centro de Nueva York un CD con cientos de fotos de sus víctimas, algunas completamente desnudas.
Epstein, con una fortuna valorada en 500 millones de dólares, había sido ya detenido en 2006, acusado de haber abusado de una niña de 14 años en su casa de Florida. La Fiscalía de Nueva York sostuvo que el multimillonario explotó a menores “particularmente vulnerables”. Primero las llevaba a su casa para que le hicieran masajes, pero luego abusaba sexualmente de ellas. Pagaba cientos de dólares a las víctimas y un dinero extra a aquellas que le llevaban a otras niñas. El caso se cerró en 2008, cuando el entonces fiscal federal de Miami, Alexander Acosta, negoció con el gestor de fondos para que se declarase culpable de haber prostituido a una menor, lo que le permitió eludir los cargos federales que podían suponerle cadena perpetua.
Una investigación del periódico Miami Herald, publicada en noviembre pasado, resucitó el caso y dio a conocer ese acuerdo secreto, que provocó la dimisión, el mes pasado, de Acosta como secretario de Trabajo en el Gobierno de Trump. El pacto, muy criticado porque las víctimas no fueron informadas de los detalles, permitió a Epstein declararse culpable a cambio de una condena de 13 meses de prisión por fomentar la prostitución, que cumplió en forma de trabajos comunitarios desde su oficina.
La muerte del magnate no pone fin al caso. Los abogados de algunas de las víctimas ya han anunciado que continuarán buscando justicia para ellas. Los investigadores pueden dirigirse ahora contra otras personas acusadas de estar vinculadas a la red. Además, algunas, como Jennifer Araoz, que acusa al financiero de haberla violado cuando ella tenía 15 años, han presentado una demanda contra el patrimonio y los cómplices del difunto millonario. Araoz se ha amparado en la Ley de Víctimas de Abuso Sexual Infantil de Nueva York, que desde este miércoles y durante un año elimina el plazo de prescripción en este tipo de delitos para permitir que las víctimas puedan demandar a sus abusadores independientemente de su edad.
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