El primer semestre de 2018 registra el menor número de nacidos desde 1941
La cifra de fallecidos también marca un récord: es la mayor desde ese año, el primero en la serie de datos del INE
El declive demográfico natural de España ha alcanzado un máximo histórico, según los datos provisionales del Instituto Nacional de Estadística (INE) publicados este martes. En la primera mitad de 2018 solo hubo 179.794 nacimientos en España, la cifra más baja para un primer semestre desde que empieza el registro del INE en 1941, y un 5,8% menos que el mismo periodo del año anterior.
Además aumentan las muertes: en este tiempo fallecieron 226.384 personas, la cifra más alta desde 1941 (cuando la población de España era de 26 millones). Ha habido una mortalidad especialmente elevada en el mes de enero. El balance de nacimientos restadas las defunciones, conocido como el crecimiento vegetativo, queda en -46.590, un mínimo que supone un récord de la serie histórica.
Esta tendencia demográfica negativa comenzó en 2015 y se proyecta hacia el futuro, con una pirámide de población en la que se estrecha la base y se ensancha la punta. Los alumbramientos cayeron con respecto al año pasado en todas las comunidades autónomas, pero los descensos más fuertes se registraron en La Rioja (–13,7%), Extremadura (–10,3%) y Cantabria (–7,8%). Diego Ramiro, el jefe del Departamento de Población del Instituto de Economía, Geografía y Demografía (IEGD-CSIC), subraya que los datos del primer semestre publicados por el INE son provisionales. Los resultados definitivos serán anunciados a mediados del año siguiente.
"No es sorpresa que el número de nacimientos siga cayendo", dice Ramiro. El demógrafo apunta que ahora están en edad reproductiva las mujeres nacidas a partir de 1978, "una generación corta" que nació en un momento de baja fecundiad. Desde 1981, la natalidad en España está por debajo de 2,1 bebés por mujer, la mínima para garantizar el reemplazo generacional. En España la cifra es ahora 1,3, aproximadamente. Esta alteración del equilibrio demográfico resulta en un envejecimiento progresivo de la población que cada vez ejerce mayor presión sobre los jóvenes trabajadores.
Un factor importante es que la edad en la que las parejas tienen su primer bebé se retrasa cada año y con ella cae también la probabilidad de tener más hijos, según señala el investigador Daniel Devolder, del Centro de Estudios Demográficos de la Universidad Autónoma de Barcelona. Durante el año 2017, las madres primerizas tenían de media 32,1 años, el máximo histórico. "El aumento de la edad de la primera maternidad es el principal problema que bloquea en España la fecundidad", asegura Devolder.
La economía tiene un papel fundamental. La natalidad en España registró un máximo en tres décadas en 2008, con 519.779 nacimientos. Desde entonces, "el número de nacimientos se reduce a un ritmo de entre 3% y 5% anualmente", explica Devolder. Según Ramiro, estudios del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) han demostrado que la crisis económica redujo drásticamente la fecundidad de los trabajadores temporales y parados, aunque no tanto la de trabajadores con contratos fijos. "Para que aumente la fecundidad tienen que existir unas condiciones que permitan a las parejas tener seguridad en cuanto a sus perspectivas económicas a medio plazo", afirma.
A pesar del crecimiento vegetativo negativo, la población de España, de unos 46,6 millones, está en aumento por la inmigración. Uno de cada cinco bebés que nació en España durante la primera mitad de 2018 fue hijo de una madre extranjera. Ellas contribuyeron aproximadamente lo mismo que el año pasado a la natalidad; el descenso general de este año se debe a la caída en partos de madres españolas.
Según Joaquín Arango, catedrático de Sociología en la Universidad Complutense de Madrid, entre 2000 y 2010 hubo una entrada muy significativa de migrantes a España. El balance vegetativo mejoró con los nacimientos de madres extranjeras en ese periodo, pero ahora que se ha ralentizado la inmigración, esto no es suficiente para compensar la mortalidad.
La cifra de fallecimientos ha crecido en 12 comunidades, con los mayores incrementos en Canarias (10,2%), Andalucía (5,3%) y Cantabria (5,1%). Solo tres comunidades tuvieron un saldo vegetativo positivo en la primera mitad de 2018: Madrid (3.714 personas), Murcia (997) y Baleares (428), además de Ceuta y Melilla.
Ramiro sugiere que el pico de mortalidad registrado en enero de este año puede deberse en parte a la incidencia de la gripe, que según recuerda "se ha concentrado en la primera semana del año". Por la distribución geográfica de las áreas más afectadas, sospecha una correlación entre la propagación del virus y el fallecimiento de personas mayores.
Cohabitación sin matrimonio
El INE también adelanta datos provisionales sobre los matrimonios en España de este periodo. Se casaron un 5,7% menos de parejas que en los seis primeros meses de 2017. La cifra total fue de 69.777 matrimonios legales, la más baja en un primer semestre desde 2014. Ramiro asegura que este descenso es común a todas las "sociedades avanzadas". "Muchas parejas optan por la opción de cohabitación sin contraer matrimonio como decisión propia de la pareja. Esta tendencia no es extraña", concluye.
Las excepciones, en años anteriores, han sido las bodas entre parejas del mismo sexo y aquellas en las que uno o ambos cónyuges son extranjeros. En 2017 estas ascendieron un 7,34% y un 8,51%, respectivamente, aunque siguen siendo una minoría del total. Los datos provisionales del INE para el primer semestre de este año no incluyen información sobre estos grupos. Sí confirman que en 2017 tres de cada cuatro matrimonios fueron civiles.
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