Miradas que suman
Óscar Pueyo es presidente de Altavoz, una de las primeras cooperativas del mundo fundada por personas con diversidad intelectual. Junto a sus socios, trabaja para hacer el mundo más comprensible para todos
Si la historia de Óscar te ha hecho pensar y tú también quieres ayudar a esta causa para cambiar el mundo
¿No os ha pasado alguna vez que os hayan dado a leer un texto legal de cualquier tipo y haya partes que no entendáis? ¿Y qué me decís de los programas electorales, que se supone que son una de las herramientas que usamos para elegir a nuestros gobernantes y resultan crípticos? Ese desconcierto lo hemos sentido todos alguna vez (aunque no lo reconozcamos por vergüenza). Pero algo que puede ser anecdótico para la mayoría supone un verdadero problema para el colectivo de personas con discapacidad intelectual.
En 2013, la Cooperativa Altavoz surgió para combatir estas barreras que no son físicas. Hoy este equipo multidisciplinar integrado por Óscar, Carlos, Arancha y Sara ofrece servicios de accesibilidad cognitiva, lectura fácil y formación como herramientas para hacer la realidad más comprensible para todos.
Nuestras capacidades
El día en el que iba a conocer a los integrantes de la Cooperativa Altavoz, mi espalda se contracturó. Habituada a vivir con un ritmo acelerado pensé que, si no podía estar presente en este encuentro, me costaría entender y transmitir la historia de estas personas.
Sin embargo, lo que creí que sería un contratiempo me ayudó a situarme en un plano distinto y con un ritmo más tranquilo desde el que he podido conocer a estos cuatro protagonistas a través de sus voces. Además, escuchar sus experiencias y trayectorias vitales me ha permitido reflexionar sobre lo que significan nuestras capacidades y lo que hacemos con ellas.
Derechos para todos
Cuando pensamos en la defensa de nuestros derechos solemos hacerlo desde una perspectiva restrictiva: tenemos en cuenta a una mayoría de la sociedad e incluso a las personas con discapacidad física. Sin embargo, en la mayoría de los casos, no están presentes en esas reivindicaciones quienes tienen discapacidad intelectual.
Me hice consciente de esta importante omisión al escuchar a Óscar Pueyo, presidente de la Cooperativa Altavoz, durante la entrevista para este reportaje. Óscar habla de su trayectoria hasta formar parte de este proyecto empresarial para “mejorar la vida de todas las personas”. Quiere lo mismo que puede desear cualquiera como, por ejemplo, "tener una pareja, aunque si no sale no pasa nada porque la vida sigue". Y encarna con orgullo la filosofía de Altavoz: "Si no es divertido, no es Altavoz. Es decir, que si no vamos contentos a la oficina es que algo pasa”. Alguien que de pequeño quería "conducir un tren de largo recorrido" ha acabado siendo parte del motor de una iniciativa pionera que supone un gran impacto social.
Óscar defiende la importancia de conocer nuestros derechos como un aspecto central de su trabajo. Conocerlos y facilitar que los demás los conozcan. Pero cuando él y Carlos Villota, otro cooperativista de Altavoz, hablan de derechos, tienen en cuenta a todo el mundo. “Entender lo que pone en un contrato o en un libro es un derecho fundamental y ayudamos a otras personas a que puedan ser independientes”, explica Carlos refiriéndose a una de las líneas de trabajo que tienen sobre lectura fácil.
Visibilizar otras realidades
Según el último informe sobre el estado de la pobreza en España, el Observatorio Estatal de la Discapacidad advierte de que "las personas con discapacidad soportan un riesgo de pobreza y/o exclusión mucho más elevado que aquellas que no tienen discapacidad". Este hecho hace imprescindible a una empresa como Altavoz porque abre otras posibilidades sobre cómo construir nuevos modelos empresariales. No se trata de que haya lugares en los que determinados roles sean desarrollados por personas con discapacidad, sino que haya personas con y sin discapacidad trabajando juntas para que hablemos de verdadera integración.
Después de conocer el trabajo de Altavoz, me he hecho consciente de la cantidad de personas y colectivos invisibilizados que existen en nuestra sociedad, de cómo subestimamos sus aportaciones al mundo y lo necesarios que resultan estos proyectos.
Descubrir los límites
Si os dais cuenta, las cosas que se nos dan bien de pequeños son reforzadas por las personas de nuestro entorno. Vamos creciendo y nos definimos en función de esas capacidades, hasta incluso llegar a negar nuestros propios límites por miedo a ser rechazados. Así, cuando nos hacemos adultos, la mayoría no sabemos decir que no y desarrollamos en demasiadas ocasiones una vida emocional y laboral basada en la exigencia, hacia uno mismo y hacia los demás.
En el caso de personas con discapacidad intelectual, el proceso suele ser el contrario. A este colectivo, la sociedad le señala el límite de sus capacidades desde que nacen y, durante su crecimiento, tienen que romper esas barreras que les han impuesto y permitirse vivir y equivocarse. En Altavoz combinan diariamente estas dos situaciones: la aceptación de los límites de unos y la lucha por romper barreras impuestas desde fuera de otros. Como dice Arancha Cejudo, socia voluntaria de Altavoz: “Estamos en una mesa de operaciones y, si nos equivocamos, no pasa nada”.
Perder el miedo
Sara Rodríguez, cooperativista de Altavoz, habla de "soltar el miedo a encontrarnos con personas con discapacidad y empezar a tratar a personas". Además, pone un ejemplo perfecto al hablar de la importancia de renunciar a nuestros privilegios para escuchar al otro, dándole su tiempo. Yo, como Sara, soy impaciente y me cuesta bajar el ritmo frenético en el que vivo. Por eso, al funcionar desde la prisa y la urgencia, ¿cómo vamos a parar para escuchar a quienes anteponen su vida al trabajo? Nos asusta lo que no conocemos y lo que puede plantearnos un conflicto interno, pero estamos perdiendo la oportunidad de conocer otras formas de vivir y a otras personas de las que tenemos mucho que aprender.
Sumar capacidades
En una sociedad muy centrada en la intelectualidad y en la que ocultamos lo que no podemos hacer por miedo a lo que piensen los demás, un equipo de personas se preocupa de que todos podamos acceder de forma fácil y sin restricciones al conocimiento. Estos profesionales trabajan diariamente combinando su diversidad de saberes y miradas. Tenemos la suerte de contar con las capacidades de Óscar, Carlos, Arancha y Sara. ¿Cómo no vamos a querer multiplicar las voces que salen de este altavoz?
¿Quieres conocer la historia completa?
Mírala
Escúchala
Contenido adaptado del vídeo de Óscar
00:30
Yo de pequeño estuve en un colegio de integración donde iban algunas personas con discapacidad, pero me cambié de casa y fui a parar a un colegio ordinario donde… no me fueron tan bien las cosas. Los profesores no sabían cómo tratar con personas con discapacidad. Sin saber mucho lo que hacíamos, diseñamos un proyecto y nos costó muchísimo más encontrar emprendedores sin discapacidad.
01:13
Óscar fue una de las primeras personas seleccionadas para el primer equipo de socios antes de arrancar en el año 2013 y cuando le llamamos para decir, "Oye, Óscar, que contamos contigo", nos dijo que no.
01:25
Como era tanta responsabilidad, a lo mejor no estaba preparado para ser empresario y dirigir mi propia empresa.
01:36
Y cuando él estuvo preparado, pegó el salto. Altavoz es una cooperativa de integración social donde estamos personas con y sin discapacidad y nos dedicamos a mejorar la vida de todas las personas. Realizamos estudios de accesibilidad cognitiva. Es todo lo que tiene que ver con los espacios, los objetos y el entorno. Cómo puedo yo usar un entorno y moverme por él sin problemas. Hemos estado en algunos museos, por ejemplo, en el Thyssen.
02:17
Vosotros imaginad ir a un aeropuerto de un país en el que no conoces el idioma, que os habrá pasado alguna vez, cómo es vuestra experiencia si la señalización no es buena. Vale, pues esto es la accesibilidad cognitiva, o sea, hay muchísimas personas que se enfrentan a eso a lo que nosotros nos enfrentamos puntualmente durante todos los días de su vida.
02:35
Aplicamos una visión innovadora y mostramos al mundo cómo nos podemos adaptar a cualquier persona. Yo creo que es un derecho, ¿no?, que todo el mundo pueda acceder a la información. Altavoz hasta ahora está consiguiendo, yo creo, día a día demostrar que las personas son capaces. Creo que hay dos tipos de personas… Las que se dan un golpe, se caen y se quedan en el suelo y las que se dan un golpe y, a pesar del dolor, se levantan y siguen adelante.
Este contenido ha sido elaborado por Yoigo.