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Pekín reacciona a la contaminación

La ciudad eleva el nivel de alerta y pide a niños y ancianos que no salgan a la calle Los efectos de la polución en la salud preocupan a los organismos internacionales

Un suburbio de Pekín (China), envuelto en una nube de contaminación el 14 de febrero.
Un suburbio de Pekín (China), envuelto en una nube de contaminación el 14 de febrero.EFE

Si no fuera por las aplicaciones para los teléfonos móviles inteligentes que dan la medida de la calidad del aire y por el olor que a menudo flota en el ambiente, cualquiera diría que Pekín es la ciudad de la niebla eterna, cuando lo que se ha convertido en los últimos años es en la ciudad del casi eterno smog, esa mezcla de contaminación, neblina y polvo que ha obligado a las autoridades municipales a decretar este viernes por primera vez la alerta naranja —el segundo nivel más alto de un máximo de cuatro— por la polución. Se prevé que la situación de peligro dure al menos tres días.

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La alerta naranja aconseja a colegios y guarderías que cancelen las actividades deportivas en el exterior y a niños y ancianos que no salgan a la calle, pero no suspende las clases ni prohíbe circular a los vehículos gubernamentales, medidas que están reservadas para la roja, la máxima. Las autoridades han instado a la gente a que deje el coche en casa.

Una plaga mundial

Alcance. La Organización Mundial de la Salud (OMS) considera que la contaminación del aire es "uno de los principales riesgos medioambientales para la salud". Y el problema no se circunscribe a las grandes urbes. "Los efectos de las partículas en suspensión se sienten por la mayoría de la población, tanto urbana como rural, de todos los países, desarrollados y en desarrollo".

Peligros. Tres son los efectos principales sobre la salud de la contaminación atmosférica (y del ozono, que la OMS incluye entre los contaminantes): las infecciones respiratorias, las enfermedades cardiovasculares y el cáncer de pulmón. Y no hace falta un elevado nivel de contaminantes para notar su efecto.

Fallecimientos. La contaminación del aire causa unos 1,3 millones de muertes en el mundo, según la OMS. Pero esta cifra es sorprendentemente menor que los fallecimientos atribuidos a otro tipo de polución: la generada dentro de las viviendas por los fuegos que se utilizan para cocinar o para calentar. A esta, la OMS le atribuye dos millones de muertes (que en este caso sí que se circunscriben a los países pobres). De ellas, la mitad son por neumonía en niños menores de cinco años.

Emergentes. Los países emergentes, con sus megaurbes y un desarrollo acelerado son, actualmente, un foco de preocupación en este sentido. Además del caso de Pekín, India, México o Brasil también tienen serios problemas de contaminación en las ciudades.

Nueva Delhi. La capital de India sufrió su último episodio de espesa contaminación en diciembre del año pasado. Solo la llegada de vientos que limpiaron la ciudad levantó la nube de smog (la palabra inglesa que mezcla humo, smoke, y niebla, fog). La ciudad está en todas las quinielas para convertirse en la capital más contaminada del planeta.

México DF. El valle que alberga la ciudad y todos sus alrededores está en estado de "precontingencia ambiental" por la contaminación causada por unas altas presiones que impiden que circule el aire.

Las más sucias. La lista de la OMS es un foco de sorpresas. La encabezan Ahwaz (Irán), Ulan Bator (Mongolia), Sanandaj (Irán), Ludhiana (India) y Quetta (Pakistán). En la lista de las 10 primeras hay una capital: Gaborone, de Botsuana.

Europa. La Comisión Europea, que declaró 2013 Año de la Calidad del Aire, ha decidido emprender medidas legales contra el Reino Unido por no esforzarse para combatir los elevados niveles de dióxido de nitrógeno que se respiran en varias urbes, entre ellas, Londres. En España, también Barcelona y Madrid registran concentraciones superiores a las permitidas, y se enfrentan a posibles multas de Bruselas.

La alerta llega después de las intensas críticas recibidas en los medios de comunicación estatales y foros de Internet por no solucionar un problema que ha empeorado el número de casos de cáncer de pulmón en la capital, que se ha disparado en una década. Han aumentado un 59% —63 por 100.000 habitantes en 2011, frente a 40 registrados en 2002—. Expertos del Hospital de Cáncer de Pekín afirman que el cáncer de pulmón está muy relacionado con el estilo de vida y que fumar sigue siendo la causa principal, pero admiten que la contaminación es también un factor.

La concentración de partículas finas o PM2,5 alcanzó el viernes por la tarde 378 microgramos por metro cúbico, según las mediciones de la embajada de Estados Unidos en Pekín. La Organización Mundial de la Salud (OMS) aconseja un máximo de 25 microgramos de media en 24 horas. La Agencia de Protección Medioambiental estadounidense considera valores por encima de 300 como muy peligrosos. Llegado este nivel, se recomienda que ni siquiera se ventilen las viviendas. El pasado fin de semana el índice superó 500. Para hacerse una idea, basta comparar con Madrid o Barcelona, donde la media diaria oscila entre 12 y 20.

La contaminación y sus efectos en la salud figuran cada vez más en la agenda de los países y de los organismos internacionales. La Organización Mundial de la Salud (OMS) actualizó hace unos meses lo que se conoce como la enciclopedia de los cancerígenos, una clasificación que elabora la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC, en sus siglas en inglés): la contaminación ambiental ya figura en el nivel 1, el más alto en la escala, el de las sustancias sobre las que no cabe duda científica. Con esta decisión, basada en la revisión exhaustiva de centenares de publicaciones, la OMS confirma lo que los investigadores han ido desgranando en distintos trabajos a lo largo de los años. El estudio de la agencia, publicado en The Lancet Oncology, señala que en 2010 se produjeron 223.000 muertes por cáncer de pulmón en el mundo atribuibles a la contaminación.

Las partículas PM2,5 no solo preocupan a Pekín. Los científicos coinciden en que son las más dañinas para la salud, ya que pueden penetrar fácilmente en los pulmones, llegar a la sangre y causar tumores o cáncer. “Coincide toda la comunidad científica en que las partículas en suspensión y el ozono son los dos contaminantes más perjudiciales para la salud. Dentro de las partículas (que es una mezcla compleja de componentes) no se puede identificar un único causante de dicho efecto, pero se apunta al hollín de los procesos de combustión, los metales y algunos hidrocarburos como los componentes con mayor efecto”, explica Xavier Querol, investigador del Instituto de Diagnóstico Ambiental y Estudios del Agua (IDAEA) - CSIC. 

En Pekín, la crisis contaminante se ve agravada en invierno por las condiciones atmosféricas y el funcionamiento de las calefacciones. La preocupación por la polución en China va en alza, en particular en las grandes ciudades, y las autoridades han tomado medidas, que, por un lado, tardarán años en hacer efecto, y, por otro, son implementadas a veces de forma irregular a nivel local, ya que los responsables locales dependen a menudo de los impuestos que reciben de empresas contaminantes, y que, por tanto, se resisten a cerrar.

Buena parte del problema es causado por la combustión de carbón en centrales térmicas e industrias, y el tráfico rodado, pero se ve empeorado por factores climáticos. “Pekín está ubicado en una llanura con clima continental sin mucha ventilación. Cuando se instala un anticiclón potente, funciona como la tapa de una olla, que no deja salir los humos. Estos episodios son más frecuentes en enero y febrero. En marzo y abril se producen además episodios de transporte del polvo de Gobi muy intensos que elevan los niveles”, explica Querol.

No hay que olvidar que China es el mayor consumidor de carbón del mundo —representa el 70% del consumo energético del país— y que las previsiones de la Agencia Internacional de la Energía apuntan a que su uso seguirá aumentando. El Gobierno chino se ha comprometido a limitar su dependencia del carbón, en un momento en que los líderes chinos se esfuerzan por responder a la creciente preocupación pública por los asfixiantes niveles de contaminación. En septiembre pasado anunció su intención de reducir un 25% el nivel de contaminantes en la región de Pekín-Tianjin-Hebei, y más del 10% a escala nacional, entre 2012 y 2017.

El sistema de alertas fue introducido en Pekín en octubre pasado, pero no se habían aplicado sus estrictas medidas pese a haberse producido varios periodos de fuerte contaminación. Desde hace más de un año, la capital y otras ciudades chinas han sufrido grados de polución récord, lo que ha obligado a las autoridades a tomar medidas de emergencia que incluyen la retirada de las calles cada día de la mitad de los cuatro millones de coches privados de la capital cuando se prevea mala calidad del aire. El sistema se basa en el número de la matrícula, par o impar. También se prevé limitar o detener la producción en las fábricas, la actividad en las obras, y suspender las clases.

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