El excesivo consumo de antibióticos aumenta la resistencia de las bacterias
Los expertos alertan de que España es uno de los países europeos con mayores tasas Los españoles están entre los que más antibióticos consumen y más se automedican
España, junto con Portugal, Italia y Grecia, es uno de los países europeos con mayores tasas de resistencia a algunos antibióticos, según ha alertado hoy la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (Seimc), que estos días celebra su congreso anual. La sociedad incide en la importancia de utilizar los antibióticos de forma adecuada para evitar que las bacterias se vuelvan resistentes y que estos fármacos dejen de tener eficacia.
El último informe del Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades (ECDC en sus siglas en inglés), con datos de 2011, muestra que España presenta unas tasas muy altas, de hasta el 30%, de resistencia a las fluoroquinolonas en Escherichia coli, una bacteria que suele provocar infecciones urinarias. Hay otros patógenos, como Streptococcus pneumoniae, asociado a las neumonías, para los que la resistencia a la penicilina y los macrólidos sigue siendo en España de las más altas de Europa, con cifras cercanas al 30% y el 25%, respectivamente, según ha explicado hoy en un comunicado la Seimc.
"La resistencia de las bacterias a los antibióticos es un problema de salud pública que pone en riesgo a aquellos pacientes que necesitan o van a necesitar los antibióticos en situaciones críticas para su salud", señala la sociedad. "Es de vital importancia que la población haga un uso responsable de los antibióticos y que siga rigurosamente la prescripción médica. Se deben tomar las dosis recomendadas, a las horas indicadas y durante los días establecidos por el médico, o se corre el riesgo de favorecer la aparición y el aumento de las resistencias", añade.
Los antibióticos son un medicamento que puede matar a las bacterias o inhibir su crecimiento. Sin embargo, no curan infecciones causadas por virus, como el resfriado común o la gripe. De ahí que los dos objetivos en el control de las resistencias sean el uso prudente de los antibióticos, es decir, no usarlos cuando no se necesitan (resfriados, gripes...), y el control de la infección mediante el lavado de manos, por ejemplo.
"El objetivo que persigue la sociedad desde hace años es concienciar a la población y a los médicos que prescriben este tipo de medicamentos para disminuir el riesgo que supone para los ciudadanos hacer un uso abusivo o incorrecto de los antibióticos", señala la Seimc en el comunicado. "Nos encontramos entre los ciudadanos europeos que más consumen antibióticos y que más se automedican, lo que favorece enormemente la aparición de resistencias", añade.
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