“Siempre sospeché que me habían mentido”
La mujer que logró que se reabriera el caso del supuesto robo de su bebé declara ante el juez
"Me ha dado buenas vibraciones, pero ya veremos qué pasa". Satisfecha pero cautelosa. Así ha salido Felisa Tomico esta mañana de los juzgados de Plaza de Castilla, en Madrid, adonde ha tenido que ir para ratificar la denuncia por el supuesto robo de su bebé en 1978, en el que podría estar implicada la monja sor María, ya imputada en otro caso similar. A su llegada ha exigido "que pague quien tenga que pagar".
Felisa dio a luz el 26 de mayo de aquel año en la Casa de la Madre, situada en la calle de Goya de la capital, y nunca creyó que su hijo naciera muerto como le dijeron entonces. "Siempre he tenido la sospecha de que me mintieron", lamenta. La Audiencia Provincial de Madrid ordenó que se reabriera su caso a principios de octubre, después de que hubiese sido sobreseído por el Juzgado de Instrucción número 47 en noviembre del año pasado.
Durante aproximadamente media hora, Felisa ha repasado con el juez lo que ocurrió hace ya más de 34 años. "Todo me hace sospechar, hay tantísimos indicios", asegura. Lo que no recuerda es cómo era aquella "sor María" que les comunicó a ella y a su marido que el bebé había fallecido y les convenció para que no vieran el cadáver, según consta en el auto. "Era más o menos de mediana estatura, delgada quizás... No sé, son 35 años, cómo me voy a acordar", responde ante las preguntas de los periodistas.
Felisa Tomico: “Que pague quien tenga que pagar”
"Hay una contradicción palmaria, porque mientras a ella una monja le dijo que a su hijo le quedaba un hilito de vida, en el certificado de la hoja de aborto pone que nació muerto. Estamos intentando aclarar esa contradicción y la identidad de la religiosa que le aseveró tal cosa. Ella habla de una tal sor María, sabía el nombre por cómo la llamaban allí, pero no sabe a qué sor María puede hacer referencia", explica Guillermo Peña, su abogado. Hasta el momento no se ha podido determinar si se trata o no de sor María Gómez Valbuena, la hija de la Caridad que está imputada por el robo de una niña en la maternidad Santa Cristina, también en Madrid, en marzo de 1982. Es el caso de María Luisa Torres y su hija, Pilar Alcalde.
Precisamente hoy, antes que Felisa, ha declarado el doctor que firmó la documentación como asistente al parto de María Luisa. "Era el jefe de guardia y ha aclarado que el jefe de guardia no interviene necesariamente en el parto. Interviene la matrona. El jefe de guardia simplemente firma la documentación", señala el letrado. "En cualquier caso también ve muy extraño que no exista un consentimiento. No aparece por ningún sitio", continúa. La defensa ha pedido la presencia de nuevos testigos, sobre todo del patronato del que dependía la maternidad Santa Cristina.
Mientras estas declaraciones tenían lugar en el Juzgado de Instrucción número 47, fuera, un grupo de unos 15 miembros de la asociación SOS Bebés Robados se concentraba como muestra de apoyo a Felisa y a su marido, quien también ha sido llamado por el magistrado. El matrimonio ha sido recibido entre aplausos, abrazos y al grito de "Felisa, Felisa" cuando ha salido del edificio. Pese a la cautela, la mujer dice haberse quedado a gusto tras su declaración: "Ha sido positivo, ya no para mí sino para todos, para la asociación y para otros que buscan a sus hijos, hermanos...". Y por una vez se ha marchado del juzgado con la esperanza dibujada en el rostro.
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