El volcán de El Hierro cumple un mes
Nadie es capaz de predecir la evolución del proceso.- Por si acaso, el IGN ya hace planes para las Navidades
Hace un mes que se detectaron las bocas submarinas del volcán de El Hierro. Era la salida natural del magma que se veía presionado por los movimientos sísmicos que sacuden la isla desde julio. Desde entonces, la población de la isla -unos 11.000 habitantes- vive pendiente de los caprichos de un proceso que se está caracterizando por dos aspectos: en líneas generales, como se encarga de repetir cada vez que le preguntan la directora del Instituto Geográfico Nacional (IGN) en Canarias, María José Blanco, "dentro de lo esperado". Pero, en el día a día, lleno de incertidumbres. Este es un resumen de lo que se sabe y lo que no.
Situación actual. El fenómeno se encuentra en estos momentos dividido: al norte de la isla se producen los terremotos; al sur, el volcán, o los volcanes, ya que se le han contado hasta tres bocas, aunque hay una, la más cercana a la costa -a unos 1.800 metros-, que es la que acapara las observaciones de vecinos, periodistas y curiosos.
Efecto en la población. Hay unas 650 personas desalojadas. La mayoría, los aproximadamente 600 habitantes de La Restinga, al sur de la isla, que solo pueden ir al pueblo de día (de 08.00 a 18.00). Pero hay otras 51 del norte que llevan una semana fuera de sus casas por riesgo a que los temblores provoquen desprendimientos.
Infraestructuras. En el norte está cortado el túnel de Los Roquillos, que une la capital de la isla, Valverde, y la principal zona económica, El Golfo, cuya capital es Frontera. La diferencia para la población es que un trayecto por una buena carretera de 10 minutos se ha convertido en un recorrido de 45 por una carretera de montaña. Aparte de eso hay otra media docena de cortes de tráfico en el norte. En el sur, aparte del acceso restringido a La Restinga, está prohibida la entrada a Tacorón y Puerto Naos, por miedo a los gases.
Daños personales. Hasta ahora, no ha habido. Solo ha sido necesario atender de una posible intoxicación por gases -aún por confirmar- a un investigador del IGN. No se cuenta la ansiedad y los trastornos de la población desplazada, que han llevado a algunos de sus representantes a pedir la asistencia de psicólogos.
Daños económicos. No hay un cálculo, pero La Restinga, que vivía de la pesca y el buceo, lleva un mes sin actividad. Las autoridades están estudiando medidas como exenciones fiscales o créditos ICO que no satisfacen a los afectados, que quieren planes individuales.
Intensidad del fenómeno. Hasta ahora, los temblores se han mantenido dentro de lo esperado: un máximo de 4,4 (se esperan hasta de 4,6). Ha habido más de 10.000 sismos menores. Raro es el día que la población no siente uno (el umbral para notarlo está alrededor de la magnitud 3). Hoy ha habido, de momento, muy pocos (una decena), todos menores.
Emisiones del volcán. Al sur de la isla hay una enorme mancha en el mar de lava y gases disueltos. La vida marina ha desaparecido en la zona, y no es raro ver peces muertos. Los análisis indican que se debe a dos fenómenos: la falta de oxígeno en el agua y la despresurización que acompaña a las erupciones. No se han detectado concentraciones altas de metales pesados, lo que es una buena noticia.
Gases. Aparte de las burbujas que de vez en cuando afloran, es el fenómeno que más preocupa a las autoridades en este momento, porque pueden afectar a la salud de los habitantes de La Restinga. De vez en cuando se detecta un olor a huevo podrido o sumidero (azufre), pero también hay concentraciones de CO2 y CO, que son las que han llevado a impedir el acceso a algunas calas. El SO2, que produciría una lluvia ácida, queda diluido en el agua marina.
¿Aparecerá un volcán? Hay tres posibilidades. La más probable, el del sur. Este ya existe, pero como se está formando en un valle marino, no parece fácil que emerja. No se descarta que haya bocas en el norte (también submarinas) o, incluso y muy remotamente, en tierra firme.
Duración del proceso. Es la pregunta del millón. De media, las erupciones en Canarias han durado un mes, indica Blanco. Este plazo ya se ha cumplido, y el asunto parece que va para largo. El IGN ya está haciendo planes para cubrir la vigilancia del proceso en Navidad. Lo mismo, pero dicho más de broma, fue lo que manifestó el martes el vulcanólogo Rubén López, cuando declaró que ya estaba haciendo planes con los guardias civiles desplazados a la zona para la celebración de fin de año.
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