Hormonas poco alteradas
El hipotiroidismo en mujeres embarazadas aumenta el riesgo de aborto, partos prematuros y daño neuronal del bebé. En España se las trata desde hace un año con un sistema unificado a nivel mundial
Afinales de julio, Natalia Gaitán, de 34 años, embarazada de cuatro meses de su primer hijo, salió de la consulta del endocrinólogo con diagnóstico y tratamiento de hipotiroidismo. Forma parte del grupo de primeras mujeres embarazadas en España a las que se trata esta afección siguiendo las recomendaciones de la única Guía clínica unificada de todas las sociedades científicas internacionales del tiroides.
Las guías clínicas para el manejo de la disfunción tiroidea durante el embarazo y el posparto se aplican en España desde hace menos de un año y se publicaron en The Journal of Clinical Endocrinology and Metabolism en 2007. El embarazo trae consigo grandes cambios en la función tiroidea de la mujer que si se vuelven patológicos pueden tener efectos adversos en la madre y en el feto. Más concretamente, el hipotiroidismo materno (y fetal) puede causar daños en el tubo neuronal del feto, incrementar la incidencia de abortos y partos prematuros.
Los síntomas son aumento de peso, cansancio e intolerancia al frío
En algunos trabajos realizados en hijos en edad escolar de mujeres hipotiroideas no tratadas durante el embarazo se ha observado también que hay mayor incidencia de retraso psicomotor y en la capacidad de aprendizaje.
El hipotiroidismo afecta a entre el 7% y el 10% de la población. Es más frecuente en la mujer que en el hombre, a partir de los 40 años, aunque puede aparecer a cualquier edad.
Su causa fundamental es autoinmune. El colesterol alto, los antecedentes de enfermedad tiroidea o de irradiación en el cuello, enfermedades autoinmunes como diabetes tipo 1, algunos fármacos y la infertilidad se asocian a esta enfermedad endocrina. La terapia para el hipotiroidismo se lleva a cabo con levotiroxina sódica, una hormona sintética semejante a la hormona tiroidea humana.
Metabolismo a prueba
En el hipotiroidismo, el tiroides, que es la glándula que regula el metabolismo, libera menos hormonas tiroideas, triyodotironina (T3) y tiroxina (T4). Al disminuir el metabolismo, en algunos pacientes aparece el cansancio, aumento de peso, estreñimiento e intolerancia al frío.
El funcionamiento del tiroides está regulado por la hormona estimuladora del tiroides (TSH), segregada por la hipófisis, una pequeña glándula situada en la base del cráneo y cuyos valores normales se sitúan entre 0,4 mililitros unidad/litro (mlU/litro) y 4,0 mlU/litro.
"Para evaluar la función del tiroides, lo primero que hay que determinar es que la TSH se encuentre dentro de los límites normales. Cuando se produce menos hormonas tiroideas, la hipófisis aumenta la secreción de TSH para compensar la disminución de estas hormonas. Al no funcionar el tiroides, la TSH aumenta por encima de los valores normales y da lugar al hipotiroidismo primario, que se caracteriza por tener una T4 o T3 baja y una TSH aumentada", explica Francisco Javier del Cañizo Gómez, jefe de servicio de endocrinología y nutrición del hospital Universitario Infanta Leonor de Madrid.
Hasta la aparición de las guías, muchas mujeres embarazadas no se trataban porque se consideraba que si una mujer durante el embarazo tenía una TSH por debajo de 4 estaba normal.
"Ahora se tiene en cuenta que los niveles de TSH durante el embarazo son siempre más bajos porque están influenciados por la hormona gonadotropina coriónica, que estimula el receptor de la TSH. Actualmente se considera que los niveles de referencia normales para la TSH son de hasta 2,5 microunidades mililitro en el primer trimestre y por debajo de 3 durante el segundo y el tercero. Para todos los valores superiores hay que administrar tratamiento", subraya el experto.
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