La OMS alerta del auge de la tuberculosis resistente en la zona europea
Cuatro países de la UE -Bulgaria, Estonia, Letonia y Lituania- están entre los más afectados
La tuberculosis no es una enfermedad lejana. Aunque en Europa Occidental se piense que está erradicada, no es así, advierte la Organización Mundial de la Salud (OMS). Y, peor aún, la zona europea (que incluye a los países de la antigua URSS, incluidas las repúblicas centroasiáticas) es de las más afectadas por la variante multirresistente (MDR-TB) y la más peligrosa, la extremadamente resistente (XDR-TB). Estas cepas se llaman así porque no responden a muchos o a la mayoría de los fármacos que existen actualmente. En total, la OMS calcula que en 2009 hubo en la zona europea 81.000 casos de estas variantes (un 20% del total mundial, donde los más afectados son China e India). Y la cifra aumenta año tras año.
La UE no se libra. Entre los 15 países más afectados están Bulgaria (460 casos de tuberculosis resistente, el 12,5% de las personas con tuberculosis del país), Estonia (94 casos, el 15,4%), Letonia (170, el 12,1%) y Lituania (330, el 9%). Pero prácticamente ningún país del continente se libra. Y todos han informado de algún caso de estas características.
125.000 vidas
La alarma ha llevado a elaborar un plan específico para intentar disminuir estas variedades. El objetivo es salvar 120.000 vidas entre 2011 y 2015. Ello pasa por diagnosticar a 225.000 personas (se calcula que actualmente solo el 34% de los afectados es identificado) y que el tratamiento llegue a 127.000 (hoy día solo lo recibe el 62% de los detectados). Con ello se quieren evitar 250.000 transmisiones de tuberculosis resistente y 13.000 de la extremadamente resistente. Y se espera no solo salvar vidas, sino ahorrar 12.000 millones de dólares (unos 8.800 millones de euros) en tratamientos. El plan costaría 5.000 millones de dólares (3.600 millones de euros).
El presidente de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ), Juan Ruiz Manzano, afirma que en España la tasa de tuberculosis es relativamente alta (17 por 100.000 habitantes), pero que en cambio la de las variedades resistentes es muy baja. "Entre los autóctonos es del 1,6%, y entre los inmigrantes del 8%". Manzano atribuye la diferencia a que muchos extranjeros han sido mal tratados en sus países de origen, o no completaron el tiempo de medicación (de seis a 18 meses), lo que favorece que aparezcan resistencias.
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