"Marisol Yagüe me llamó para ver si podíamos hacer algo por el detenido"

El policía local de Marbella número 441 derribó ayer con una breve intervención la vehemencia de la exalcaldesa de la localidad, Marisol Yagüe, al asegurar que nunca se le ocurriría telefonear a un agente de la autoridad para interesarse por un asunto. Lo hizo al relatar una detención por alcoholemia en la que estaba implicado Borja Fraile, sobrino del periodista José María García, practicada el 6 de agosto de 2005. "Me llamó a mi teléfono personal y se identificó como la alcaldesa. Entonces me preguntó si Borja Fraile estaba detenido y si podíamos hacer algo por él", relató el agente. "Yo le contesté que había quedado en libertad y que, si quería podíamos llamarle un taxi", añadió.

El policía declaró como testigo en el juicio en el que la exregidora comparte banquillo con cuatro miembros de la Policía Local por eliminar tres atestados de tráfico entre 2004 y 2005, época en la que gobernaba en el Ayuntamiento de Marbella el Grupo Intependiente Liberal (GIL).

Los otros cuatro procesados son el inspector Javier Martín; el exjefe de Policía Local Rafael del Pozo; el agente Alberto Rodríguez y el sindicalista José María Sánchez Morilla, que curiosamente también es denunciante del caso.

Marisol Yagüe se ofuscó cuando escuchó el testimonio del agente 441. Minutos antes había defendido justo lo contrario. "Nunca en mi vida he dicho que separaran una multa. Ni yo mismo me lo permitiría como persona", defendió. La exregidora dijo no entender el motivo de su implicación el caso: "Será porque me llamo Marisol Yagüe y estoy implicada en el caso Malaya".

Las intervenciones policiales que no llegaron a tramitarse fueron dos denuncias por conducir bajo los efectos del alcohol, una interpuesta a Borja Fraile y otra al paparazzi Diego Arrabal; y la intervención de un ciclomotor sin permiso conducido por un empleado de la grúa municipal.

El fiscal pide para Yagüe nueve meses de inhabilitación por omisión del deber de perseguir delitos. Para Del Pozo, Martín y el agente que denunció el caso tres años de prisión, siete de inhabilitación para empleo o cargo público y una multa de 13.500 euros. Además de omisión del deber de perseguir delitos, los policías están acusados de infidelidad en la custodia de documentos.

El periodista José María García y su sobrino, Borja Fraile, estaban citados como testigos, pero no comparecieron. Tampoco lo hizo el también testigo, Alberto Cervera Tirado, el empleado de la grúa municipal al que sorprendieron circulando con un ciclomotor dado de baja y con matrícula falsa.