Dunas activas en Marte
Un satélite observa cómo cada año, en primavera, colapsan muchas crestas de arena que se creían firmes
Marte, a medida que se estudia con más y más detalle, está resultando ser mucho más dinámico de lo que se creía. El último descubrimiento de su actividad está en la banda de dunas de arena que rodea el casquete polar Norte, cuya superficie es superior a la de la península Ibérica. Los científicos consideraban hasta ahora que esas dunas oscuras serían estáticas, conformadas hace mucho tiempo, cuando los vientos del planeta rojo eran más fuertes que ahora, explica Candice Hansen, del Instituto de Ciencias Planetarias de Tucson (EEUU). Pero las imágenes tomadas durante cuatro años terrestres -dos años marcianos- por un satélite en órbita marciana muestran una realidad muy distinta: las dunas sufren desplazamientos, sobre todo en las crestas, tanto graduales como repentinos.
Al comparar las fotos de los campos de dunas, tomadas en distintas épocas del año por el Mars Reconnaissance Orbiter (MRO), de la NASA, los científicos han descubierto que muchas crestas colapsan y se producen avalanchas por las laderas más empinadas, o surgen gargantas en los bordes de arena. "La cantidad y la magnitud de estos cambios son realmente sorprendentes", dice Hansen en un comunicado de la Universidad de Arizona. Ella es una de las responsables de la cámara de alta resolución, Hirise, del MRO y lidera el equipo de científicos que ahora presenta y analiza en la revista Science el descubrimiento de las duna activas en el Norte de Marte.
"Pese a las condiciones ambientales radicalmente diferentes, las dunas terrestres y marcianas tienen un gran parecido, lo que indica que hay procesos básicos de transporte y avalancha de arena en las paredes de las dunas que actúan en ambos mundos", escriben estos investigadores en Science. Pero además, en el planeta rojo, las dunas "sufren un proceso adicional de modificación que no se encuentra en la Tierra y es la sublimación estacional de dióxido de carbono (CO2) en los casquetes polares de Marte en la primavera". El CO2 es allí un agente de cambio poderoso, tanto como el viento.
El hielo seco (dióxido de carbono congelado) que cubre la región de las dunas marcianas durante el invierno se convierte directamente en gas (se sublima) al llegar la primavera. "Este flujo de gas desestabiliza la arena de las dunas provocando avalanchas que crean nuevas gargantas, huecos y deslizamientos. El nivel de erosión en sólo un año marciano es asombroso: en algunos lugares, cientos de metro cúbicos de arena se han desplazado", dice Hansen.
Otro motor de este dinamismo de las dunas son los vientos y esto también ha sido una sorpresa. Se ha visto cómo zonas marcadas por avalanchas de arena se borran, al menos parcialmente, en sólo un año marciano, cuando se pensaba que los vientos no alcanzarían velocidades suficientes para arrastrar tanta arena. Además, la sonda de la NASA Phoenix, que descendió al suelo del planeta rojo, mostró que los vientos fuertes son poco corrientes en aquellas regiones.
Los científicos explican que se han producido cambios en la arena en un 40% de las zonas septentrionales del planeta rojo en que han centrado su estudio durante dos años marcianos. El efecto del hielo seco en primavera se había observado ya en la región polar meridional de Marte, que ahora se descubre también en el Norte; además, se aprecia la formación de gargantas asociadas directamente con el CO2.
Estas investigaciones, explican los científicos, ayudan a comprender qué rasgos de la geografía marciana son debidos a procesos actuales y cuáles se asocian a procesos remotos. "El hecho de comprender cómo Marte está cambiando hoy en día es un primer paso clave para comprender los procesos planetarios básicos y cómo ese planeta ha cambiado en el tiempo", dice Alfred McEwen, director científico de la cámara Hirise. "Hay mucha actividad allí ahora en áreas cubiertas de CO2 congelado estacional, un proceso que no observamos en la Tierra, y es importante entender los efectos de estos procesos poco familiares para nosotros para no asociarlos con lo que debieron ser fenómenos del pasado".
Las dunas que rodean el casquete polar Norte fueron fotografiadas por la nave Mariner 9, también de la NASA, a principios de los años setenta del pasado siglo, pero se había considerado que serían estables, con una costra firme en la superficie. La clave ahora, con MRO, es volver a sobrevolar una y otra vez cada zona en diferentes estaciones, lo que saca a la luz las diferencias, la actividad manifiesta en el terreno.
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