Absueltos los acusados en una trama de prostitución que actuaba en La Jonquera
La Audiencia Provincial de Girona anula las escuchas que incriminan a un guardia civil, su mujer y un portero
El agente de la Guardia Civil Víctor Manuel Ameijeiras; su mujer, Natalya Rusanova, y el portero de un burdel, Nicanor Báez, han sido absueltos de explotar sexualmente a tres mujeres entre 2001 y 2002 en locales de La Joquera, en Girona, y de Barcelona. La Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Girona ha decretado la nulidad de las escuchas telefónicas que les incriminan porque considera que no estaban debidamente justificadas. Eso implica que también se anule todo lo que se deriva de ellas, como es el testimonio de Olena, una de las mujeres que fue presuntamente explotada por los hombres y que se sentó ante el tribunal para relatar su caso.
La sentencia insiste en la "falta de motivación" del auto del juzgado de instrucción número 4 de Blanes que autorizaba las escuchas telefónicas. Se basa en la jurisprudencia para decir que las fuentes que esgrimieron los agentes de la Guardia Civil son "insuficientes" para fundamentar la restricción del derecho fundamental del secreto de las comunicaciones. Los indicios, dice la sentencia, "carecían de consistencia incriminatoria al centrarse en confidencias policiales no corroboradas por el resultado de la investigación llevada a cabo, tratándose de meras sospechas o suposiciones que no justificaban la necesidad de la intervención telefónica".
El tribunal añade que las investigaciones policiales, al margen de las escuchas, solo demuestran que Ameijeiras "frecuentaba locales de alterne y pernoctaba en ocasiones con una mujer en un hotel". "No pueden razonablemente considerarse indicios de los que poder inferir su posible dedicación a la comisión de actividades relacionadas con la prostitución coactiva", añade.
En las escuchas telefónicas que se reprodujeron en la sala, y a las que tuvo acceso este periódico, se oía a Ameijeiras amenazando a Olena. "¡Como vaya te voy a romper la cabeza!", le gritaba en una de las conversaciones. En otra ocasión, Báez preguntaba a una de las chicas por los servicios que hacían cada noche. "¿Ayer solo uno?", inquiría, para luego regañarlas: "Estoy hasta los cojones de vosotras. Ya me parece que os estáis riendo demasiado de mí".
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