Un 'avispero' en el centro de la Vía Láctea, impactos en Júpiter y otros descubrimientos
Decenas de resultados y nuevos problemas por resolver son el legado de la reciente IX Reunión Científica de la Sociedad Española de Astronomía
¿Existe realmente un cúmulo de miles de agujeros negros estelares alrededor del agujero negro supermasivo en el centro de nuestra Galaxia? ¿Qué nos dice el campo magnético del Sol cuando observamos estructuras con dimensiones de tan sólo 100 kilómetros? ¿Cuál es el ritmo de impactos de cuerpos masivos en Júpiter? ¿Cuál es la causa de la transformación de algunas galaxias espirales en lenticulares? La estructura del universo tal y como hoy la conocemos, ¿se gestó cuando el reloj cósmico marcaba unas pocas sextillonésimas de segundo (¡cero, coma, seguida de 35 ceros y un 1!) después del Big Bang?,¿Cuándo descubriremos el primer planeta extrasolar similar a nuestra Tierra? ¿Qué nos están desvelando las observaciones del telescopio espacial infrarrojo Herschel en áreas tan dispares como el estudio de los objetos transneptunianos, la formación estelar o la Cosmología?...
La IX Reunión Científica de la Sociedad Española de Astronomía (SEA), celebrada en Madrid desde el 13 al 17 de septiembre, coordinada en su logística por el Centro de Astrobiología y el Departamento de Astrofísica de la Universidad Complutense, ha sido un hervidero de conferencias (casi 200), presentaciones de descubrimientos, reuniones, mesas redondas, encuentros y discusiones entre los 315 astrónomos que hemos disfrutado de la hospitalidad del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, cuyo campus central nos ha acogido. Las empresas del sector aeroespacial no han faltado a este encuentro.
Las reuniones de astrónomos no son solamente exposiciones de resultados en campos muy distintos, sino semilleros de cientos de preguntas. Los científicos -y los astrofísicos no somos una excepción- nunca acabamos realmente un proyecto, nunca damos carpetazo a un tema: a raíz de cada resultado, fruto de la observación y de la interpretación teórica, surgen decenas de nuevos interrogantes. Los que enumero en el primer párrafo de este artículo son solamente un puñado de los muchos que en cada sesión hemos podido escuchar.
La física solar y planetaria, la Vía Láctea y sus componentes, las galaxias lejanas y la Cosmología, la divulgación y enseñanza de la Astronomía, y la instrumentación astronómica han sido los cinco pilares en los que se ha apoyado el programa científico de la reunión. En todas esas áreas se han alcanzado resultados espectaculares en los últimos años.
Es imposible en un espacio tan limitado hacer una compilación de todos ellos, de modo que ahí van unas pinceladas, viajando desde nuestra casa, el Sistema Solar, a los confines del universo; en prácticamente todos estos resultados hay participación activa de astrónomos españoles. El experimento IMaX a bordo del globo SUNRISE ha proporcionado datos acerca del magnetismo solar con un nivel de detalle sin precedentes; las tres colisiones con Júpiter en 2009 y 2010 de cuerpos relativamente masivos parecen sugerir que la frecuencia de impactos en el gigante del Sistema Solar puede ser mayor de lo que hasta ahora se creía; ya estamos comenzando a analizar las atmósferas de los planetas extrasolares (planetas que orbitan en torno a estrellas distintas del Sol); el observatorio Herschel ha desvelado la presencia inesperada de discos de polvo muy fríos en estrellas similares al Sol que se encuentran a la vuelta de la esquina en términos cósmicos (a menos de 60 años luz de nosotros); las nubes de formación estelar, también oteadas por ese telescopio infrarrojo, muestran que ese proceso germinal tiende a darse en filamentos de materia interestelar; el avispero de objetos en torno al centro de nuestra Galaxia se conoce cada vez con más detalle; algunas galaxias espirales de nuestro entorno, observadas con telescopios pequeños -¡de tan sólo 10 centímetros de díámetro!, en una espectacular colaboración entre profesionales y aficionados- muestran los restos de galaxias satélite destruidas por fuerzas de marea miles de millones de años atrás; y por último, hemos sido capaces de observar el brillo de una estrella que explotó cuando el universo tenía sólo 600 millones de años, es decir, la luz de la explosión ha viajado 13.000 millones de años antes de alcanzar nuestros telescopios.
Y no nos olvidemos de las herramientas de los astrónomos. Las perspectivas que proporcionan los nuevos telescopios, los observatorios espaciales y la instrumentación asociada son realmente excitantes. La integración de España en ESO, el Observatorio Europeo Austral, nos permite un acceso directo a todas sus instalaciones científicas: los telescopios VLT (del inglés Very Large Telescope), y la puesta en marcha de ALMA (Atacama Large Millimiter Array), el gran interferómetro en la alta planicie chilena, son excepcionales oportunidades que, usadas con inteligencia, deben dar un salto de calidad a nuestra Astronomía; después de un tímido comienzo parece que los astrónomos españoles van alcanzando el número de propuestas de observación y la tasa de éxito que corresponden al nivel de nuestra Astronomía.
El Gran Telescopio Canarias, GTC, con el instrumento OSIRIS instalado, la cámara CanariCAM a punto de ser montada, y una segunda generación de instrumentos en proyecto, constituye hoy por hoy el "ojo astronómico" óptico e infrarrojo de mayor diámetro del mundo. Herschel, en tan solo un año de observaciones, ha abierto puertas insospechadas en muchos campos, y GAIA, cuyo lanzamiento está previsto para 2012, revolucionará el estudio de la estructura de la Vía Láctea con la observación de 1000 millones de estrellas. El interés de la comunidad española en el desarrollo de nuevos instrumentos, tanto para observatorios espaciales como para GTC y el observatorio de Calar Alto, es un hecho importante: hace pocos años sólo unos cuantos centros, que se podían contar con los dedos de una mano, se interesaban en esta área, hoy es difícil encontrar un departamento o instituto que no esté involucrado en alguno de esos desarrollos. La colaboración entre científicos y tecnólogos es crucial para el avance de nuestro tejido industrial, y así se ha demostrado en la Reunión Científica.
Hace 30 años la astronomía en España tenía una presencia meritoria por pionera, pero insignificante en el marco internacional; hoy -y esto no es ningún mantra de autocomplacencia- tiene una salud más que excelente si comparamos la productividad de nuestros astrónomos y otros índices de calidad con los de otros países. Corren malos tiempos debido a la crisis global y a los temidos recortes en los presupuestos para ciencia e investigación, que esperamos no tengan un impacto significativo en el ritmo de descubrimientos que todos deseamos.
En la página web de la SEA, y en concreto, en el espacio dedicado al seguimiento de la Reunión, se pueden encontrar vídeos y entrevistas a los conferenciantes invitados e información adicional de la IX Reunión Científica.
Benjamín Montesinos es investigador del Centro de Astrobiología y miembro de la Sociedad Española de Astronomía
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