64.000 personas llevan en Cataluña más de 90 días a la espera de un diagnóstico
Las cifras que maneja Salud están alejadas de las que publica cada semestre
En diciembre de 2009, un paciente de las comarcas del Ebro debía esperar una media de 43 días para que la sanidad pública le realizara una prueba diagnóstica ?por ejemplo una mamografía, una endoscopia o una ecografía? esencial para identificar con exactitud su dolencia. Dos meses más tarde este plazo ya superaba los 61 días. Este es un ejemplo ilustrativo de los datos reales sobre las abultadas y crecientes listas de espera sobre pruebas diagnósticas que maneja internamente el Departamento de Salud, muy alejadas de las que publicita cada semestre. En febrero de este año, nada menos que 137.629 personas en Cataluña estaban a la espera de un diagnóstico, el 46,7% de las cuales ?64.296? llevaban aguardando más de tres meses saber con exactitud qué enfermedad padecían.
El Departamento de Salud piensa aprobar en breve un decreto que garantizará un periodo máximo de espera de 90 días para las 12 pruebas diagnósticas más comunes (cuatro tipos de ecografías, tomografía computarizada, resonancia magnética, colonoscopia, mamografía, etcétera). Transcurrido este plazo ?como ocurre con las intervenciones quirúrgicas después de seis meses? el paciente podrá reclamar al Servicio Público de Salud un diagnóstico en otro hospital o centro catalán de la red sanitaria. Si este decreto, que todavía está en fase de estudio, ya estuviera aprobado, el 46,7% de las personas que actualmente esperan un diagnóstico superarían el límite de tres meses que prevé la futura norma.
Este documento sobre la situación real de las listas de espera sobre pruebas diagnósticas se analizó el pasado mes de mayo en una reunión de seguimiento del Servicio Catalán de la Salud. Y los datos son bastante preocupantes porque demuestran que el Departamento de Salud es incapaz de frenar la espiral de crecimiento.
El periodo medio de espera desde diciembre de 2009 a febrero de este año ?dos meses? ha aumentado en un día, de 46 a 47. Pero se producen situaciones contradictorias. Así, mientras que en las comarcas del Ebro la espera se ha disparado y ha pasado de 43 a 61 días, en otras como las comarcas de la Cataluña central y Barcelona se ha reducido considerablemente, pasando de 50 a 42 días y de 52 a 47 días, respectivamente, lo que indica que se ha multiplicado la actividad sanitaria. Pese a ello, el número de pacientes que en febrero aguardaban un diagnóstico era de 137.629, es decir, 14.739 más que a finales de 2009.
En las listas de espera solo se incluyen las programaciones diagnósticas de carácter preferente y ordinarias, ya que las urgentes para diagnosticar patologías más graves se realizan en el plazo mínimo de tiempo. Un análisis detallado evidencia que las resonancias magnéticas son las pruebas que acumulan mayor retraso, pues más del 61% de los pacientes lo hace desde hace más de tres meses. Le siguen las tomografías computarizadas (TC), las gammagrafías y las mamografías \[véase cuadro adjunto\].
El documento, al que ha tenido acceso este periódico, no diferencia esperas entre los hospitales de la red pública del Instituto Catalán de la Salud (ICS) y los concertados, pues son los primeros los que normalmente se comportan peor tanto en intervenciones quirúrgicas como en pruebas diagnósticas. Esta circunstancia se explica, en parte, porque los centros del ICS sufren mayor presión asistencial y las dolencias que tratan, mucho más complicadas y graves, requieren también de un mayor número de pruebas.
El recuento del pasado mes de febrero confirma la tendencia alcista de los plazos de espera que se inició en diciembre de 2008, cuando hasta entonces la curva era descendente en los ocho hospitales que gestiona el ICS. Los centros concertados, por el contrario, mantienen un comportamiento de constante reducción de plazos en sus programaciones de diagnóstico.
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