Ay Bilbao, Bilbao
Era la corrida de José Tomás en Bilbao y ni lo uno ni lo otro. Ni estuvo José Tomás ni esto parece Bilbao. Falta el sello de esta plaza: el toro serio. En las dos corridas del fin de semana han salido ovacionados todos los picadores por no ejercer su profesión, por limitarse a simular la suerte de varas. Y aplausos al toreo despegado o a labores de enfermero ante moribundos astados con excelsa nobleza, pero escaso poder.
Muchos aficionados llegados de otras latitudes se quedarían sorprendidos de la pérdida de identidad de esta plaza, que no protestó la pésima presentación de los toros del sábado y ayer quiso premiar anodinas faenas de figuras.
Casi tres horas de corrida para no llevarnos ni un par de detalles en el recuerdo, pero la corrida debió de parecerle buena a aquellos que ovacionaron a los toros en el arrastre, unos astados que metieron la cara con nobleza, pero siempre sin fuerza. Será lo que quieren las figuras, toros para pegar quinientos muletazos, iguales los de hoy a los de mañana.
NÚÑEZ DEL CUVILLO / EL FUNDI, CASTELLA, PERERA, HERMOSO
Toros de Núñez del Cuvillo, justos de presentación. El primero de Ortigao Costa, manso. El cuarto para rejones, de Ángel Sánchez.
El Fundi: pinchazo y cinco descabellos (silencio); estocada y tres descabellos (silencio).
Sebastián Castella: tres pinchazos, estocada y descabello (silencio tras dos avisos); estocada (oreja).
Miguel Ángel Perera: pinchazo, estocada y descabello (saludos tras un aviso); estocada y descabello (saludos tras un aviso).
Hermoso de Mendoza: pinchazo y rejón trasero (vuelta).
Plaza de Vista Alegre. Domingo, 23 de mayo. Corrida del centenario del club Cocherito. Tres cuartos de entrada.
Ni estuvo José Tomás ni esto parece Bilbao. Falta el toro serio
El festejo fue un continuo entierro de ilusiones. Puede ser que desde que nació el cartel y, por la desgracia de la cogida de José Tomás, se fueron cayendo las expectativas que levanta el madrileño. El Fundi, el único de los originarios, quiso pasar de puntillas y lo consiguió. No intervino en banderillas y con la muleta tuvo muchas precauciones. Se esperaba algo más de un torero cuya ausencia el pasado agosto lamentó Bilbao.
Castella sacó su repertorio. A su primer enemigo, muy justo de fuerza, le recetó un inicio de faena por bajo aún sabiendo que así se acabaría antes. El de Cuvillo duró dos tandas, suficiente para ligar buenos derechazos y largos que arrancaron el aplauso de unos tendidos deseosos de premiar lo medianamente bueno que pasase. De nuevo abusó de cercanías al final de la faena. Volvió a tirar de recursos para encandilar al público en el sexto y, como mató de estocada fulminante, cortó una oreja.
Perera quiso en todo momento, pero le costó entenderse con sus enemigos, sobre todo con la izquierda. Con la derecha hubo momentos buenos en su primero, de mucha clase y poca fuerza.
Y menos mal que Hermoso de Mendoza levantó la tarde. A lomos de Chenel dejó momentos estelares tanto al clavar como llevando pegado a la grupa los cuernos de su enemigo. Cambió de cabalgadura para que Ícaro diese auténticos muletazos de pecho a la grupa con el toro encelado. La suerte suprema con un feo rejonazo apagó la posibilidad de tocar pelo.
Bilbao ya bajó muchos escalones en las Corridas Generales de 2009 y esta miniferia del centenario del club Cocherito ha dejado entrever que no hay muchas intenciones de cambiar el rumbo y recuperar la seriedad que siempre ha caracterizado a esta plaza. La afición debe exigir a su representante, el presidente, que devuelva el listón al lugar donde se había colocado de nuevo hace pocos años. Él es quien debe decir a la empresa que los anovillados palhas del sábado no deben saltar al ruedo de Vista Alegre y quien debe evitar que los inválidos morlacos lleguen a protagonizar patéticos tercios de varas y moribundas faenas de muleta.
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