Aprender a cantar modifica el cerebro en los pájaros
El canto de las aves y el habla humana son más semejantes de lo que parece, explican los investigadores
Aprender a cantar incrementa la actividad sináptica y promueve cambios estructurales en el cerebro, según indica un estudio sobre jóvenes pájaros cantores. El trabajo científico, publicado en la revista Nature, ayuda a establecer la función física del aprendizaje y la memoria y sugiere el mecanismo neuronal por el cual los más jóvenes aprenden comportamientos culturales imitando a sus semejantes adultos.
Imágenes en alta resolución de ejemplares vivos revelan cambios en la estructura de las espinas dendríticas, pequeñas proyecciones neuronales que son la sede de conexiones sinápticas. Al cabo de las 24 horas de aprender el primer canto, las espinas dendríticas del pinzón cebra se agrandan y se vuelven más estables. Ello viene acompañado de un incremento de la actividad sináptica, según afirman los investigadores liderados por Richard Mooney, de la Universidad de Duke, en EE UU. (Ver vídeo).
El estudio del canto de los pájaros también puede servir para estudiar en los humanos trastornos relacionados con el habla y el lenguaje, según otro estudio de la Penn State University, presentado durante el último congreso de la American Physical Society. Jin Dezhe y Alexay Kozhevnikov han estudiado cómo los pájaros cantores transmiten impulsos a través de las células nerviosas en sus cerebros para producir un comportamiento complejo, como es el canto. Los pájaros que cantan están particularmente bien adaptados para estudiar la producción y la sintaxis del habla (las reglas de secuencia de la sílaba o de la palabra) y hay más semejanzas entre esos cantos y el discurso humano de lo que uno puede pensar inicialmente, afirman estos científicos. "Las semejanzas entre las redes nerviosas de los pájaros cantores y de los seres humanos las hacen importantes para entender el trazado del circuito cerebral, que es la base de la producción del habla y del lenguaje", añaden.
Muchos animales se comunican de forma vocal, pero los pájaros cantores están entre los pocos que aprenden sus sonidos de comunicación de una forma similar a los seres humanos. Aunque los cerebros del ser humano y del pájaro sean diferentes, los investigadores creen que los procesos de aprendizaje del habla y de la canción implican mecanismos nerviosos similares.
Como es muy duro realizar experimentos con humanos, Dezhe dice que prefieren utilizar los pájaros cantores. Además, estos animales son mucho más simples que los seres humanos y poseen pocas neuronas. En el laboratorio estudiaron imágenes cerebrales durante el canto para intentar determinar cómo la interconexión de las redes neuronales lleva a la producción de sílabas y de sintaxis. Al igual que la lengua humana, el canto de los pájaros está compuesto por sílabas y la unión de sílabas es similar a unir palabras en una frase. "Pero cuidado, porque no hay que pensar que los pájaros hablan", advierte.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.