Una proteína ayuda a crecer el riñón cuando se pierde el otro
Cuando a una persona le extirpan uno de los riñones por enfermedad o un accidente traumático o cuando ha donado uno de los órganos, el riñón que permanece a la nefrectomía es capaz de crecer para compensar la pérdida del otro. Lo que no sabía la ciencia hasta ahora eran los mecanismos que facilitaban este crecimiento. Un equipo de investigadores de la Red Española de Investigación Renal (REDinREN) ha descubierto que la proteína Tweak regula la división de las células, hace aumentar su número y por tanto la masa renal, según las conclusiones del trabajo que el grupo dirigido por Alberto Ortiz ha publicado recientemente en la revista Journal of Cellular and Molecular Medicine. En España existen 45.000 enfermos renales, aproximadamente la mitad trasplantados y la otra mitad en diálisis.
Ante la pérdida de uno de los riñones, el otro órgano aumenta de tamaño, crece, intentando compensar la pérdida. Los investigadores españoles han demostrado en ratones que las células del riñón superviviente producen en su superficie grandes cantidades del receptor Fn14, que es el que hace que la célula se divida cuando es estimulado por la proteína Tweak, que se encuentra fuera de la célula, explica Alberto Ortiz.
El crecimiento del riñón superviviente es también necesario para la recuperación del fracaso renal agudo, que sucede en el 1% de los pacientes ingresados, tiene una mortalidad del 50% y todavía no se dispone de tratamientos que aceleren la recuperación de la función del riñón. "Desde la guerra de Corea no ha cambiado la mortalidad de pacientes con lesión renal aguda", asegura el investigador. "Existe un muy buen soporte vital: es decir, si el riñón deja de funcionar, la diálisis permite eliminar toxinas, pero no realizar otras funciones". En el caso de que el riñón deje de funcionar (por algún fármaco tóxico, por falta de riego sanguíneo, por una infección grave o sepsis), no existe ningún tratamiento que permita acelerar la recuperación del riñón. "Hay que cruzarse de brazos, hacer diálisis y dejar que los procesos regenerativos, que son mal conocidos y a los cuales contribuye Tweak, sigan su curso. Lo ideal sería, en vez de esperar a ese proceso, modificarlo con un tratamiento", concluye.
En los experimentos con ratones, en los ejemplares normales la proteína Tweak hizo crecer el 50% el número de células del riñón superviviente; en cambio, a los ratones genéticamente modificados sin proteína Tweak apenas les creció el riñón, "porque las células no se dividían. Eso sugería que la proteína Tweak es uno de los mediadores que hace que el riñón aumente de tamaño", afirma el director del trabajo. Al tercer grupo se le inyectó esa proteína como si fuera un tratamiento médico: el riñón duplicó el número de células respecto al grupo normal. "Sabemos que durante el daño renal, los niveles de la proteína Tweak y, sobre todo, de su receptor Fn14, aumentan mucho, algo así como 10 veces los niveles de un riñón normal y sano". Además, es un proceso muy temprano: el aumento del receptor Fn14 se dispara entre las dos y las cuatro horas después de lesionarse el tejido del riñón.
Ahora, los investigadores españoles, con la ayuda del Fondo de Investigación Sanitaria, realizarán durante los próximos tres años la caracterización completa de las distintas formas de lesiones renales agudas en pacientes. En la actualidad, el REDinREN colabora con varias compañías estadounidenses que producen la proteína Tweak recombinante para realizar ensayos de Fase I para administrarla en pacientes e incitar la división de las células que regeneren el riñón. La idea es conseguir un tratamiento como el de la anemia con eritropoyetina recombinante.
Pero la otra cara de la moneda de la proteína Tweak es que puede inducir la división de otras células, algunas de ellas tumorales; por este motivo, también se investiga el desarrollo de anticuerpos anti-Tweak, de forma que se unirían a la proteína y la destruirían, sugiere Alberto Ortiz.
Cuando sea posible crear riñones en el laboratorio con células madre pluripotenciales, este descubrimiento podría permitir acelerar el crecimiento y mejorar la funcionalidad de los órganos del riñón. Estos mecanismos también podrían tener aplicación para favorecer la división de determinadas células madre de otros órganos como el hígado.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.