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Cataluña requiere 15.000 enfermeros para equipararse con los países europeos

El Colegio de Enfermería lamenta la improvisación de la Generalitat ante la carestía de personal

Cataluña carece de enfermeros. El déficit de asistentes, problema estructural del que los hospitales advierten desde hace lustros, ha sido cuantificado por la decana del Colegio de Enfermería Pública de Cataluña, Mariona Creus: hay 15.694 profesionales de menos en los centros sanitarios catalanes. Es la cantidad que les permitiría equiparar sus 5,4 enfermeros por cada mil habitantes con los 8,4 de la media de los países europeos desarrollados. Los 40.000 enfermeros colegiados deberían ser casi 56.000. Parte de esta carestía se explica por la escasez de plazas que ofrece la Universidad catalana (1.630), según el estudio elaborado por la directora de la escuela universitaria del Hospital de Sant Pau, Júlia Esteve. Ésta ha lamentado que la Universidad pública sólo ofrece el 30% de las plazas, factor que frena y encarece la formación de profesional sanitario. El porqué de esta situación "descontrolada" es evidente, según Esteve: "Mucha improvisación y poca planificación por parte de la Generalitat".

La situación de la enfermería en el ámbito universitario arroja un escenario inquietante: de 2000 a 2006, el número de titulados ha caído el 22%, de 1.742 a 1.353; la oferta de plazas se ha reducido el 10,6% y la demanda lo ha hecho el 12,5%. El único factor en alza ha sido el precio de la matrícula, que se ha encarecido el 48%.

Frenazo universitario y precariedad laboral

El frenazo universitario se alía con una precariedad laboral que hace mella entre la profesión. "No es de extrañar que muchas enfermeras recomienden a sus hijos escoger otra profesión", ha resumido Esteve. Elena, enfermera de una clínica privada que pidió no revelar su apellido, lo ilustra en dos frases: "Desde 2001 trabajo 24 horas al día y tengo que estar pendiente 365 días al año. Nunca me han revisado el sueldo: 1.300 euros brutos al mes". La encrucijada de Elena tiende a resolverse mediante una salida perjudicial para el sistema sanitario: encontrar empleo en otros países europeos, como Suiza o Gran Bretaña, dónde el sueldo se multiplica hasta por tres.

La Europa desarrollada acentúa el problema al combatir su propio déficit de enfermeros a golpe de una mejor remuneración: Cataluña se está perfilando como región formadora y exportadora de personal sanitario, agravando las lagunas de personal que padecen los hospitales. El Gobierno británico, por ejemplo, prevé contratar hasta el año 2012 a unas 5.000 enfermeras españolas para cubrir la construcción de 80 nuevos hospitales. Sólo en el área de Barcelona, 400 enfermeras marcharon al extranjero en 2007. Según una encuesta realizada entonces, dos de cada tres estudiantes de enfermería catalanes se mostraron dispuestos a seguir su camino en busca de nóminas con más ceros.

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