La hija-nieta mayor de Fritzl se reúne con su madre y sus hermanos tras salir del coma inducido
Las víctimas del 'monstruo de Amstetten' son trasladadas a un piso para su adaptación a la vida normal
Kerstin, la mayor de los hijos fruto de las violaciones de Josef Fritzl a su hija Elisabeth, se reunió el domingo pasado con sus cinco hermanos, su madre y su abuela, Rosemarie, tras haber sido despertada de un coma inducido. Así lo ha confirmado hoy en una rueda de prensa Albert Reiter, el director del equipo médico que atendió a la joven, de 19 años, en el hospital de la localidad austriaca de Amstetten, al oeste de Viena. "Hola. Una nueva vida", fueron las primeras palabras de la joven al recobrar la conciencia. "El encuentro de Kerstin con su familia hace unos días fue conmovedor. Para nosotros ha sido un gran alivio la sorprendente recuperación de la chica", ha señalado por su parte Berthold Kepplinger, responsable de la clínica Amstetten-Mauer, donde reciben asistencia médica y psicológica las víctimas de Fritzl. Elisabeth, sus seis hijos y su madre han sido trasladados a un piso dentro del complejo sanitario para que vayan acomodándose, poco a poco, a la vida normal. Kerstin ya tiene planes para lograr esto último. Ha expresado su deseo de viajar en barco y asistir a un concierto de Robbie Williams.
Kerstin fue llevada por los médicos a un estado de coma para estabilizar sus constantes vitales después de que su vida estuviera en peligro por una enfermedad de la que no hay diagnóstico preciso y que los medios austriacos relacionan con un mal derivado del incesto. Kepplinger ha afirmado que, gracias a la aplicación de técnicas modernas de medicina intensiva, como el coma inducido, Kerstin ha logrado superar el cuadro clínico de fallo múltiple de órganos vitales que presentaba cuando llegó al hospital de Amstetten.
Los sueños de Kerstin
Según Reiter, el pasado 15 de mayo Kerstin abrió los ojos por primera vez y tuvo "reacciones emocionales". Kerstin no había salido del sótano en el que estaba secuestrada desde su nacimiento, en 1989, mientras que su madre, con quien compartía cautiverio, había pasado los últimos 24 años encerrada por su captor, su propio padre. Una vez que Kerstin abrió los ojos, los médicos permitieron las visitas de su madre, algo que ha sido esencial en la recuperación de la joven, ha contado Reiter. El médico ha relatado que las primeras palabras de Kerstin tras despertar del coma inducido fueron: "Hola. Una nueva vida".
Berthold Kepplinger ha comentado que Kerstin "sabe leer y escribir, es muy buena en comunicación y tiene deseos". Entre otros, la joven ha manifestado su interés por realizar un viaje en barco y por asistir a un concierto del cantante Robbie Williams, cuya música ha estado escuchando en la clínica Amstetten-Mauer.
Según los dos doctores, aunque Kerstin necesitará numerosas sesiones de fisioterapia y un programa de vacunación para estabilizar su sistema inmunológico, su recuperación física será "total", aunque no han querido desvelar cuál es su enfermedad. Respecto a su situación anímica, Kepplinger ha indicado que la joven "está traumatizada" y que precisará terapia psicológica.
Actitudes "ambivalentes" respecto a Fritzl
El psiquiatra ha explicado que las "dos partes de la familia" (los tres niños que vivieron normalmente con sus abuelos y los que nacieron y permanecieron encerrados en el sótano) tienen un ritmo de vida distinto sobre el que aún "han de ponerse de acuerdo". En cualquier caso, todos ellos "están muy felices de estar por primera vez juntos", según el abogado de Elisabeth, Christoph Herbst. "Para todos es muy bonito el sentimento de que, por primera vez, de verdad, pueden encontrarse unos a otros", ha añadido.
Sobre la relación de las víctimas con su verdugo, los doctores han indicado que el asunto está siendo tratado por los terapeutas y que la actitud de los seis hermanos es "ambivalente", con actitudes distintas entre los chicos y la chicas, aunque no han querido entrar en detalles al respecto.
Respeto a la intimidad de Elisabeth y sus hijos
El letrado de las víctimas ha pedido a los medios respeto a la intimidad de Elisabeth y su familia, y ha solicitado que acabe el asedio de fotógrafos a la caza de imágenes, para evitar que el espacio vital de la familia "no se vuelva a limitar". Herbst ha subrayado que para los niños que vivieron toda su vida en el sótano es especialmente importante poder estar al aire libre, disfrutar de la naturaleza y "vivir nuevas experiencias".
También ha insistido en que Elisabeth y sus hijos no se presentarán ante la opinión pública y que su testimonio ante el juez que lleva el caso de secuestro y violación no se producirá aún, tal y como han recomendado los médicos.
Josef Fritzl, un electricista jubilado de 73 años, fue detenido el pasado 26 de abril, acusado de haber mantenido encerrada a su hija en un zulo subterráneo construido en el sótano de su casa familiar y de haberla sometido a incontables abusos sexuales. De las violaciones nacieron siete hijos, aunque uno murió en 1996 al poco de nacer. Tres de ellos fueron adoptados oficialmente por Josef y su esposa, Rosemarie, tras simular que Elisabeth había huido del hogar para refugiarse en una secta desconocida y había abandonado a sus bebés delante de la casa de sus padres. Los otros tres hijos-hermanos de Elisabeth, incluida Kerstin, nacieron y vivieron siempre bajo tierra, sin ver la luz del sol hasta hace unas semanas.
Fritzl, que se encuentra detenido en un centro penitenciario de Sankt Pölten, capital del Estado de Baja Austria, sigue en prisión preventiva, prolongada el pasado viernes.
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