El hermano mayor de Kioto
La capa de ozono se recupera lentamente 20 años después de la aprobación del Protocolo de Montreal para eliminar los CFC
Los delegados de 190 países se encuentran desde el miércoles en Montreal para celebrar los 20 años del tratado medioambiental que lleva el nombre de la ciudad canadiense y que busca eliminar las sustancias que deterioran la capa de ozono. Un tratado que, según explica Le Monde, hasta ahora ha sido un éxito, pese a que aún existen amenazas pendientes, y que pretende servir de ejemplo al Protocolo de Kioto, centrado en la reducción de los gases de efecto invernadero.
El Protocolo de Montreal se firmó el 16 de septiembre de 1987 con el fin de limitar las sustancias que deterioran la capa de ozono. Dos décadas después, se ha conseguido eliminar por completo la producción de gases clorofluorcarbonos (CFC), utilizados sobre todo en aerosoles y sistemas de refrigeración. Además, el coste ha sido relativamente moderado, ya que el fondo multilateral creado para ello ha gastado 2.600 millones de dólares, unos 1.900 millones de euros.
"Es la historia de un éxito: un acuerdo multilateral, basado en la ciencia, ratificado por 190 países y que ha alcanzado su objetivo", explica al diario francés el director del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, Achim Steiner.
Así, el Protocolo de Montreal se ha convertido en el ejemplo a seguir por el protocolo de Kyoto. La relación, además, es estrecha: los científicos han descubierto que, como las sustancias que deterioran la capa de ozono son gases con un fuerte efecto invernadero, su eliminación también retrasa el cambio climático. Es decir, si no se hubieran eliminado los CFC, el cambio climático sería más acusado.
La tarea aún pendiente es la eliminación de los principales sustitutos de los CFC, los hidroclorofluorcarbonos (HCFC), menos nocivos pero con potencial para perjudicar a la capa de ozono. Aunque está prevista para 2040, en la reunión de este año se estudiará adelantarlo 10 años. El resultado no se sabrá hasta que termine la conferencia, el 21 de septiembre, pero Estados Unidos y la Unión Europea están de acuerdo al respecto.
Según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, adelantar en 10 años la eliminación de los HCFC permitiría evitar la emisión del equivalente a 35.000 millones de toneladas de CO2, esto es, 15 veces más que lo previsto en el Protocolo de Tokio (2.000 millones de toneladas entre 2008 y 2015).
Por el momento, las previsiones son optimistas, ya que en el hemisferio Norte la capa de ozono mantiene un espesor de un tres o un cuatro por ciento menor que en 1980, mientras que en el hemisferio Sur se ha reducido entre un cinco y un seis por ciento. Según Le Monde, las emisiones de sustancias nocivas previstas permitan avanzar que en 2055 volverá a tener al espesor de ese año, si no hay variaciones significativas en la contaminación.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.