Un grupo de 18 vecinos de Albuñol se mantiene en huelga de hambre contra el traslado de su párroco

Diez vecinos de Albuñol (Granada) se sumaron ayer a la huelga de hambre iniciada en la medianoche del sábado por ocho personas, en protesta por la decisión del Arzobispado de Granada de trasladar a su párroco, Gabriel Castillo, con el que se sienten muy identificados.

Unos 200 vecinos continúan su encierro pacífico en la iglesia de Albuñol, para exigir al Arzobispado que haga regresar a Gabriel Castillo, un joven párroco de 27 años que ha estado dos destinado en el pueblo. Aunque en un principio se plantearon renunciar a la huelga de hambre, por petición expresa del propio Castillo, los vecinos han decidido continuar con ella, e incluso nuevos vecinos se han sumado a la misma, hasta un total de 18, según Javier Noguer, un portavoz de la plataforma vecinal desde la que se están coordinando los actos de protesta.

Los vecinos tienen intención de secundar la huelga de hambre "indefinidamente" en la iglesia parroquial, en la que se encerrarán todas las noches entre semana y durante todo el día los fines de semana "hasta que Gabriel vuelva al pueblo", ha precisado Noguer.

La marcha de Gabriel Castillo, un párroco muy querido en Albuñol por su implicación en problemas sociales de la localidad, como la inmigración, provocó las protestas de los vecinos, que, en lugar de disuadir al arzobispo de Granada, Francisco Javier Martínez, consiguieron que éste adelantara la fecha de su traslado. Según los vecinos, la marcha del párroco tiene su origen en rencillas con unas monjas de la localidad, cuya madre superiora está en desacuerdo con los métodos de Gabriel.

Tal y como vienen haciendo desde que Gabriel Castillo llegó al pueblo, las monjas optaron ayer por oír misa en Sorvilán, un pueblo vecino, mientras que el vicario territorial que el sábado ofició misa en Albuñol no apareció por la iglesis, ha apuntado el portavoz vecinal.