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Glaxo registra la primera vacuna de bajo coste contra la meningitis

La mayor farmacéutica europea comercializará Globorix en 21 países de África a un precio bajo que no cubriría los gastos de investigación y desarrollo

GlaxoSmithkline, la mayor farmacéutica europea, ha decidido registrar por primera vez una vacuna de bajo coste contra la meningitis que distribuiría exclusivamente en 21 países del África subsahariana. El bajo precio de venta haría imposible la recuperación de los costes de investigación y desarrollo, según ha afirmado la empresa.

El fármaco, cuyo nombre será Globorix, es eficaz contra los tipos de meningitis A y C y sucede a otra vacuna más vieja llamada Titanic, que cubría la hepatitis, el tétanos, la tosferina, la difteria y la gripe hemófila. "La vacuna podría estar lista comienzos de 2008" ha afirmado Jean Stephenne, el presidente de reparto de biología de GSK.

El desarrollo de Globorix, que se fabricará en Bélgica, tendrá un coste superior a los 400 millones de dólares, pero se comercializará y utilizará exclusivamente en África, por lo que difícilmente será rentable. La Agencia europea del Fármaco ha dicho hoy que tomará en consideración las aplicaciones del fármaco propuesto por GlaxoSmithKline.

Nueva forma de financiación

Según el director ejecutivo de GSK, Jean-Pierre Garnier, citado hoy por la BBC, no se trata de una simple operación de relaciones públicas, sino de una nueva manera de hacer negocios. "Hemos dado con una forma muy buena de financiar soluciones terapéuticas destinadas al mundo en desarrollo sin poner en peligro nuestras investigaciones tradicionales en torno a todo tipo de enfermedades", ha explicado Garnier, sin aclarar exactamente cuál es la forma con la que ha dado GSK.

Demanda contra Sudáfrica

Hace seis años, la mayor empresa farmacéutica europea, y otros cinco gigantes del sector trataron de demandar al Gobierno surafricano por comprar genéricos -medicinas no sujetas a patentes- a fin de combatir el sida y otras enfermedades epidémicas.

El escándalo que provocó aquel intento de defender los derechos de propiedad intelectual frente al derecho a la salud de millones de personas de un país en desarrollo hizo que finalmente los laboratorios dieran marcha atrás.

Financiación gubernamental

Las compañías farmacéuticas sufrieron entonces un auténtico desastre de relaciones públicas y comprendieron que debían introducir algunos cambios en un modelo que daba prioridad absoluta a la obtención de beneficios. Las empresas buscaron entonces financiación de los gobiernos y empezaron a colaborar con firmas más pequeñas de países emergentes como China o la India.

Algunos críticos se quejan, sin embargo, de que el paso dado por GSK es insuficiente y argumentan que de los doce gigantes farmacéuticos que hay en todo el mundo, sólo cuatro cuentan con centros especializados en enfermedades como la tuberculosis, la malaria y el sida.

Empleados de la farmacéutica Glaxo Smith Kline.
Empleados de la farmacéutica Glaxo Smith Kline.EFE

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