La 'icebergmania' invade Nueva Zelanda
Los neozelandeses han encontrado una nueva atracción turística volando en helicóptero sobre el centenar de icebergs que se están desintegrando frente a las costas de la Isla del Sur, la primera vez en 70 años que se observa ese fenómeno tan cerca de las costas de Nueva Zelanda.
La atracción que generan estos enormes bloques de hielo es tal, que hay gente que está pagando 500 dólares por un rápido pero espectacular vuelo en helicóptero o en avioneta sobre la masa de agua congelada que flota a unos 60 kilómetros de la región de Otago, informan los periódicos neozelandeses. Según la cadena One News, el primer vuelo comercial partió este fin de semana y los pasajeros de la avioneta tuvieron la suerte de observar de cerca la fractura de uno de los más grandes bloques de hielo del grupo.
Una boda peligrosa
El caso más extremo de la icebergmanía fue el de una pareja de novios, la abogada Bridget Byers y el constructor Donald Wyattl, que esta semana anunciaron su boda sobre una de las placa heladas, aunque tuvieron que descartar la idea al no encontrar ningún piloto de helicópteros que asumiera el peligro, informa el Otago Daily Times. El piloto que debía llevar a la pareja hasta el iceberg se negó a hacerlo consciente de que los mastodónticos bloques van deshaciéndose en su peregrinar hacia el norte y hacen del aterrizaje una misión muy arriesgada. Aparte de las dificultades técnicas, la pareja se encontró con un escollo de tipo legal: la ley del país exige que el matrimonio se celebre a un máximo de 12 millas nauticas de la costa para que sea considerado legal. Los icebergs navegan al doble de esta distancia.
Los iceberg constituyen una flota de 60 millones de toneladas de hielo capaces de llenar 24.000 piscinas olímpicas, según cálculos de Mike Williams, del Instituto Nacional de Agua e Investigación Atmosférica. Este experto ha dicho entender las prisas de algunos neozelandeses por acercarse a esas montañas heladas, ya que éstas serán pronto tragadas por el mar debido a la subida de las temperaturas.
Las costas de Nueva Zelanda no recogían un fenómeno de estas características desde 1931, cuando un "ejército de iceberg" se paseó por una playa cerca de Dunedin, unos 250 kilómetros al noreste de Invercargill.
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