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Un barco con cenizas tóxicas de centrales térmicas españolas se hunde en Turquía

El ministro turco de Medioambiente cree de que el hundimiento pudo ser causado por un sabotaje y dijo que pedirá compensaciones al Gobierno de Madrid.

Un barco que transportaba 2.200 toneladas de cenizas tóxicas se hundió anoche en el golfo de Iskenderun, en el sur de Turquía, en el Mediterráneo, amenazando la región, según ha advertido hoy la organización ecologista Greenpeace Turquía. El MV Ulla, un barco con bandera del Estado de San Vicente (Caribe), transportaba cenizas tóxicas provenientes de las centrales térmicas españolas y se hundió en el lugar donde se encontraba desde hacía cuatro años, ha precisado la organización de defensa del medioambiente.

El barco había llegado en febrero de 2000 al puerto de Iskenderun procedente de Argelia donde las autoridades se negaron a recibirlo a causa de su cargamento potencialmente cancerígeno, según Greenpeace. Las autoridades turcas anunciaron hoy que estaba prohibido acercarse al lugar del naufragio a causa de los riesgos para la salud.

El centro de situaciones de crisis de Ankara ha señalado en un comunicado que por el momento ignora si se han producido escapes de la carga, pero señala que en caso de que se produzca el vertido al mar por lo menos 308.000 toneladas de agua podrían ser contaminadas por el cromo, un metal pesado sumamente cancerígeno, contenido en las cenizas.

Posible sabotaje

El ministro turco de Medio Ambiente y Bosques, Osman Pepe, considera que la causa del accidente podría haber sido un sabotaje. "En mi consciencia, este acontecimiento podría deberse a un sabotaje" ya que, ha dicho, "¿por qué un barco que estaba en espera desde hace cuatro años se hunde justo en el momento en el que iba a partir hacia España?".

Pepe ha explicado que las negociaciones llevadas a cabo por Turquía con el Gobierno español sobre la repatriación de los desechos tóxicos, conforme a la Convención de Basilea, relativa principalmente a los movimientos transfronterizos de desechos peligrosos, estaban a punto de llegar a un resultado cuando se produjo el accidente.

"Una orden de embargo pesaba sobre el barco, que complicaba su alejamiento de la región. Esta orden acababa de ser levantada gracias a un acuerdo firmado con el Gobierno español", declaró el ministro, que anunció que el navío habría podido moverse hacia España unos días después. Por último, el ministro afirmó que el Gobierno español deberá asumir todos los daños causados al medio ambiente por este accidente.

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