Un alcalde francés desafía al Gobierno al celebrar el primer matrimonio entre homosexuales

El alcalde de la localidad francesa de Begles (Burdeos) y diputado del Partido Verde, Noel Mamere, ha celebrado esta mañana el primer matrimonio entre homosexuales en la historia del país en un claro desafío al Gobierno conservador. Como consecuencia, Mamere podría dejar de ser primer edil, ya que el Ministerio de Justica ha iniciado un proceso sancionador contra él por violar el cógido civil del país. La boda, que se ha celebrado rodeada de un importante dispositivo policial, es el centro de una amplia controversia política, jurídica y social que amenaza con prolongarse durante años.

Betrand Charpentier, de 31 años, y Stephane Chapin, de 34 ya están casados. Al menos de momento. Porque el Ministerio de Justicia francés ya declaró hace varias semanas que declararía nulo el matrimonio, ya que el Codigo civil del país no contempla las uniones de dos personas del mismo sexo. Cuando esto suceda, la pareja ha anunciado que recurrirá hasta agotar todos los recursos internos para poder llevar el caso ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos. Esa Corte, que podría tardar varios años en emitir su decisión, no ha tenido que pronunciarse hasta ahora sobre los matrimonios gays, pero hace dos años, sus jueces, por un voto de diferencia, rehusaron reconocer otro derecho que reclaman los homosexuales: la adopción.

Los novios han llegado a la Alcaldía en un Rolls-Royce entre los aplausos de los defensores de los matrimonios gays y de las protestas de los críticos que han denunciado "esta farsa" y han llamado a las autoridades a intervenir. Esta división es sólo un ejemplo de la fuerte tormenta política que la boda ha provocado entre derecha e izquierda, además de encendidos debates en la sociedad francesa, que parece más avanzada que su Gobierno, a juzgar por el último sondeo publicado sobre la cuestión, en el que un 60% se muestra favorable al matrimonio entre parejas homosexuales.

Villepin no quiere entrar en el debate

En cuanto al futuro del alcalde, que ha desafiado al Gobierno, el ministro de Interior, Dominique Villepin, ha anunciado esta mañana que ya ha iniciado "el proceso de sanción en aplicación de las reglas del código general de colectividades territoriales". Para Villepin, no se trata "de entrar en el debate de fondo, que atañe a la representación nacional", sino de "hacer respetar la ley republicana y la autoridad del Estado, que se aplican a todos en el conjunto del territorio". El alcalde Begles ha decidido, "en contradicción con las reglas del código civil formalmente recordadas por el procurador de la República, celebrar un matrimonio entre personas del mismo sexo", ha subrayado Villepin.

Hace unos días, el primer ministro, Jean-Pierre Raffarin, amenazó a Mamere con "las sanciones previstas por la ley" si seguía adelante con el plan. Por su parte, la fiscalía de Burdeos presentó ayer un recurso de procedimiento al afirmar que Mamere no tenía "competencia territorial" para oficiar esta boda ya que los novios supuestamente habían dado una dirección "ficticia" en Begles. Argumento rechazado por el primer edil y ex candidato a la Presidencia de Francia quien, con el apoyo de los defensores del derecho de los homosexuales y lesbianas a casarse, arguye que el código civil no proscribe la unión de personas del mismo sexo.

Entre las sanciones a las que se enfrenta Mamere figura su suspensión definitiva cómo edil y otras de carácter penal como una multa de 1.500 euros por faltar a las disposiciones relativas a las inscripciones en el registro civil. Aunque las sanciones pueden recurrirse ante el Consejo de Estado, esta institución ha admitido en el pasado suspensiones y revocaciones por otros motivos contra autoridades municipales. A pesar de todo, el alcalde declaró en varias ocasiones que estaba dispuesto a llegar "hasta el final". Y así lo ha hecho.