Juan Pablo II proclama cinco nuevos beatos, dos de ellos españoles

Juan Pablo II ha proclamado esta mañana beatos en el Vaticano a cinco siervos de Dios, entre ellos los religiosos españoles fundadores de congregaciones Bonifacia Rodríguez Castro y Juan Nepomuceno Zegrí y Moreno. Los otro tres son el italiano Luigi María Monti, la francesa Rosalia Rendú y el fraile franciscano belga Valentín Paquay.

En latín y con la voz clara y fuerte, el Papa ha pronunciado la larga fórmula de beatificación en latín y con la voz clara y fuerte. Así, los nuevos beatos han sido proclamados a las 10.25 horas, mientras las decenas de miles de presentes en la plaza de San Pedro rompían en aplausos con música sacra de fondo. En ese momento, se han descubrieron cinco retratos gigantes de los nuevos beatos en la fachada principal de la basílica de San Pedro. Tras proclamarles beatos, el Papa, con mejor aspecto físico que los días pasados, ha estipulado que la fiesta del beato Juan Nepomuceno Zegri se celebre el 11 de octubre y la de la beata Bonifacia Ropdríguez Castro el 6 de junio.

El obispo de Málaga, Antonio Dorado Soto, y el de Zamora, Casimiro López Llorente, fueron los encargados de solicitar al Papa la beatificación, respectivamente, de Juan Nepomuceno Zegrí (fallecido en esta ciudad andaluza) y Bonifacia Rodríguez (muerta en la ciudad castellano-leonesa). Estos dos prelados han leído sendas biografías de los nuevos beatos y, tras la proclamación, han donado donadas al Papa reliquias de los nuevos beatos.

Contra el materialismo

Las de Bonifacia Rodríguez fueron extraídas de las vértebras y las costillas y las de Juan Nepomuceno Zegrí son pequeños huesos de la falange de un dedo. Con estas beatificaciones, el número de siervos de Dios elevados a la gloria de los altares por Juan Pablo II en sus 25 años de pontificado asciende a 1.324. La hasta ahora última beata proclamada por el Obispo de Roma había sido la madre Teresa de Calcuta, el pasado 19 de octubre. En estos 25 años de pontificado también ha proclamados 476 santos, lo que supone que el anciano Pontífice polaco ha canonizado y beatificado a más de la mitad de los santos de toda la historia de la Iglesia.

La misa ha sido siendo concelebrada por tres cardenales, el mexicano Javier Lozano Barragán, el italiano Dionigi Tettamanzi y el francés Jean Marie Lustiger, y 35 entre obispos y religiosos. A la ceremonia asiste una numerosa delegación española presidida por la ministra de Sanidad, Ana Pastor, y de la misma forman parte el presidente del Gobierno regional de las islas Baleares, Jaume Mata; el presidente del Consejo de Estado, José María Romay Becaria; la subsecretaria de Justicia, María José García Beato, y la subsecretaria de Interior, María Dolores de Cospedal García.

En la homilía, el Papa escribió que la sociedad no puede convertir todo en mercancía, dejando a un lado los valores y la dignidad del hombre, "que no tienen precio". "No hagáis de la Casa de mi Padre una casa de mercado. Estas palabras de Jesús interpelan a la sociedad actual, tan tentada a veces a convertir todo en mercancía y ganancias, dejando al lado los valores y la dignidad que no tienen precio", reza el texto. También se ha arrodillado durante la consagración.