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Un equipo de médicos opera en EE UU a dos niños egipcios unidos por la cabeza

Mohamed y Ahmed sufrirán una intervención de hasta 48 horas que en tres de las últimas cinco ocasiones ha terminado con éxito

Mohamed y Ahmed Ibrahim son dos hermanos siameses egipcios unidos por la cabeza; tienen cada uno su cuerpo, cada uno su cerebro, pero comparten la parte superior de sus cabezas, y, sobre todo, una importantísima vena que puede ser su pasaporte al otro mundo durante la arriesgada operación a la que un equipo de médicos estadounidenses van a someterles para separar sus cuerpos y sus vidas.

No les quedan a estos hermanos muchas opciones alternativas al quirófano, en cualquier caso. Fruto de su unión tienen problemas para mover el cuello (el resto del cuerpo sí goza de cierta independencia), tragar saliva e incluso para cerrar los ojos, y los médicos les auguran un negro panorama de problemas de salud en el futuro. Mohammed y Ahmed nacieron en Qus el 2 de junio de 2001, según informa la BBC.

Un año de pruebas en Estados Unidos

El equipo de especialistas al cargo de la operación ha advertido a sus padres del riesgo que entraña, pero ellos han decidido seguir adelante para darles una oportunidad de tener una vida normal. Los niños llegaron a Estados Unidos recién cumplido el año de vida gracias a la Fundación Mundial Craniofacial, y desde entonces llevan preparándose para la intervención, que puede durar hasta 48 horas.

A nadie se le escapa que la sombra de un precedente trágico sobrevolará el quirófano del Centro Médico Infantil de Dallas, dónde han ingresado los niños esta mañana para ponerse en manos de 20 cirujanos y otros 40 especialistas dirigidos por el cirujano Kenneth Salver.

Un precedente trágico

Las siamesas iraníes Laleh y Ladan Bijani, de 29 años, fallecieron en el quirófano el pasado mes de julio en una intervención similar a la que se sometieron por voluntad propia pese a que los médicos les advirtieron de que sólo tenían una posibilidad entre seis de sobrevivir. Nunca antes se había intentado separar a siamesas adultas craneópagas (unidas por la cabeza); tras 52 horas de operación, el equipo médico liderado por el neurocirujano singapurés Keith Goh no pudo controlar la hemorragia cerebral masiva que acabó con ellas. La causa del fallecimiento fue, en ambos casos, la hemorragia cerebral provocada por la rotura del seno venoso longitudinal, una vía de drenaje que compartían al 30%.

Sin embargo, abriendo el objetivo un poco más los datos se tornan esperanzadores: tres de las cinco intervenciones realizadas a siameses craneópagos en los últimos tres años terminaron con éxito, y ninguno de los pacientes falleció.

El padre de los siameses juga con ellos en el hospital de Dallas.
El padre de los siameses juga con ellos en el hospital de Dallas.AP

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