Los restos de las siamesas Ladan y Laleh llegan a su pueblo natal

Los féretros con los restos de las siamesas Ladan y Laleh Bijani, de 29 años, llegaron hoy al aeropuerto de la ciudad de Shiraz, capital de la región meridional de Fars. Una multitud de conciudadanos esperaba los cuerpos con los rostros cubiertos de lágrimas.

En el aeródromo se ofició un emotivo funeral previo al traslado de los cadáveres a la pequeña y alejada villa de Lohrasb, en la provincia de Firouzabad, de donde eran originarias.

A la ceremonia asistieron sus octogenarios padres adoptivos, Dadollah Bijani y Mariam Safari, quienes con la voz quebrada agradecieron al presidente iraní, Mohamed Jatamí, la atención y la ayuda prestada por el pueblo de Irán, que llora hoy la muerte de las siamesas, fallecidas el pasado martes en Singapur durante una complicada operación para separarlas.

Las siamesas iraníes, nacidas en Lohrasb en 1974 unidas por la cabeza, fueron adoptadas a los dos años por una familia pudiente de Karaj, en el este Teherán, donde crecieron y se licenciaron en Derecho.

Recibidas con todos los honores

Sus cuerpos regresaron el jueves a Teherán, donde fueron recibidos en la gran mezquita que acoge los restos de 300 soldados de la guerra con Irak, un honor sólo reservado para héroes y grandes personalidades.

"Ahora están separadas y descansan en paz. Murieron mientras luchaban por una vida independiente y separada", subrayó Noushin Mehran, una de sus mejores amigas mientras los féretros, cubiertos con flores blancas, abandonaban el aeropuerto de Teherán al ritmo que marcaba una banda militar.