El Papa convoca a los cardenales de EE UU por los casos de abusos sexuales
La Iglesia norteamericana se halla en posición delicada por un buen número de sacerdotes implicados en escándalos sexuales
El papa Juan Pablo II ha convocado en el Vaticano para principios de la semana próxima a todos los cardenales de EE UU, tras los escándalos sexuales en los que están implicados prelados y sacerdotes estadounidenses, según han informado fuentes oficiales vaticanas.
Las fuentes han declarado que entre los asistentes estará el obispo Wilton Gregory, presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de EE UU, así como Monseñor William Fay, secretario general de dicha organización.
Además de los 13 cardenales de EE UU, a la reunión con el Pontífice también asistirán responsables de varios dicasterios del Vaticano, entre ellos, presumiblemente, el prefecto de la Congregación para el Clero, Dario Castrillón Hoyos.
También puede estar presente, el cardenal Josep Ratzinger, prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe (ex Santo Oficio).
Juan Pablo II encargó recientemente a esa Congregación que se ocupe de los "graves delitos contra los sacramentos y contra la misión educativa de los sacerdotes hacia los jóvenes, entre ellos la pederastia".
El Papa manifestó recientemente que estaba "dolido en lo más íntimo" por los escándalos de abusos sexuales con mayores o de pederastia en los que se han visto implicados numerosos prelados de varios países.
El cardenal Castrillón Hoyos manifestó también las pasadas semanas, en medio del vendaval causado en EEUU por estos escándalos, que la Iglesia Católica siempre ha deplorado el "gravísimo delito del abuso sexual" y sus leyes son "muy serias y severas" para estos "crímenes".
Los casos de abusos sexuales y pederastia se han multiplicado en los últimos tiempos en EE UU, destacando el del obispo de Palm Beach, Anthony J. O'Connell, que se vio obligado a presentar su renuncia -aceptada por el Papa el pasado 13 de marzo- tras reconocer que había abusado de un seminarista.
Se da el caso de que O'Connell sustituyó en el cargo a otro obispo, J. Keith Symons, que tuvo que dimitir por el mismo motivo.
El caso de O'Connell fue el último de una serie que ha golpeado a la Iglesia estadounidense: el sacerdote Michael Hands, de Nueva York, se declaró culpable de haber mantenido relaciones con un adolescente; el sacerdote Michael Doucette fue denunciado por abusar de un menor en el Estado de Maine y en Pensilvania 58 sacerdotes están acusados de haber cometido abusos sexuales durante décadas.
En Nueva Hampshire hay 14 sacerdotes acusados de este delito, en Arizona otro y en Boston, 70 sacerdotes han sido acusados en los últimos años. Esta archidiócesis, una de las más importantes de EE UU, llegó a un acuerdo para pagar entre 15 y 30 millones de dólares como compensación a las víctimas.
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