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DERECHOS HUMANOS

Estrasburgo condena a Francia por discriminar a un homosexual en una adopción

Philippe Fretté, de 47 años, lleva más de diez luchando por ser padre

Francia ha sido condenada hoy por el Tribunal Europeo de Derechos Humanos por violar el derecho a un juicio equitativo a un profesor francés, que trató de adoptar un niño sin ocultar su homosexualidad.

Sin embargo, la Corte ha rechazado la parte más controvertida de la demanda cursada por Philippe Fretté, al dictaminar que Francia no ha violado los derechos del profesor en cuanto a su vida privada y familiar, ni tampoco le ha discriminado.

Fretté, un profesor parisiense de 47 años, soltero y homosexual, emprendió hace más de diez años su particular combate para ser padre.

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El tribunal ha considerado hoy que Francia ha violado el derecho de Fretté a un juicio equitativo, porque no pudo asistir, por falta de convocatoria, a la audiencia del Consejo de Estado que examinó su recurso, en última instancia.

Los siete magistrados han decidido por unanimidad condenar al Estado francés a pagar 3.500 euros al demandante más el correspondiente Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA), por gastos.

No obstante, la Corte ha considerado, por cuatro votos contra tres, que la justificación de la Administración francesa para denegarle la adopción "parece objetiva y razonable" y, por tanto, no se puede alegar "trato discriminatorio".

"Diferencia de tratamiento"

En la audiencia pública del pasado 2 de octubre, el abogado del Estado subrayó que la Administración perseguía un "objetivo legítimo: proteger el bienestar psicológico del menor".

El director de asuntos jurídicos del Ministerio de Exteriores francés, Ronny Abraham, reconoció entonces que "en parte fue verdad" que hubo una "diferencia de tratamiento" del caso "por la homosexualidad" de Fretté.

"La cuestión de la adopción por homosexuales divide fuertemente a los especialistas de la infancia", subrayó Abraham, quien consideró que el papel de la Corte de Estrasburgo "no es sustituir a las autoridades sociales y judiciales para solucionar una controversia tan delicada e imponer una solución única en Europa".

El abogado del demandante, Robert Wintemute, ha argumentado que el rechazo de la Administración a la petición de Fretté de adoptar un niño era una injerencia en la vida privada de su cliente, ya que se había basado en su homosexualidad.

Wintemute ha calificado de "prejuicio social" y "miedo irracional" la objeción sobre la eventual falta de referentes maternos de un niño si éste es educado por un homosexual, al tiempo que ha asegurado que "estudios científicos han demostrado lo contrario".

Por tanto, solicitó a los magistrados europeos que se condenase a Francia y se le obligara a cambiar su legislación.

Desde 1991

El combate de Fretté comenzó en 1991, cuando pidió a los servicios del Ayuntamiento de París los documentos necesarios para adoptar a un niño.

El responsable del citado servicio reconoció en su informe que Fretté, que entonces tenía una pareja estable, "posee cualidades humanas y educativas seguras" y que "un niño sería probablemente feliz con él".

No obstante, el funcionario, que definía a Fretté como un hombre "sensible, reflexivo y atento", se preguntaba si el hecho de ser "soltero y homosexual permitían confiarle un niño".

La Administración estimó que no y rechazó la demanda del docente por su "elección de vida" y la "ausencia de referentes maternos" para el menor.

Fretté recurrió a la Justicia y el Tribunal Administrativo de París le dio la razón en 1995, pero el Consejo de Estado se la quitó un año más tarde alegando el "interés del menor".

El profesor acudió entonces a la Corte de Estrasburgo, que en la audiencia pública del pasado octubre calificó de "seria" la petición de Fretté, fundador en 1986 de la Asociación de padres gays y madres lesbianas.

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