Científicos estadounidenses aseguran haber localizado los genes responsables de la longevidad
Un equipo científico coordinado por un neurólogo italiano asegura haber identificado en el cromosoma 4 a los genes responsables de la capacidad de alcanzar y superar los cien años en buenas condiciones físicas y psíquicas.
El equipo del investigador Antonio Puca ha basado sus estudios, desarrollados en Estados Unidos, en la sospecha de que los factores genéticos juegan un papel más importante en la longevidad que los ambientales.
"Nunca hasta ahora se había intentado encontrar el gen de la longevidad", ha asegurado hoy Puca desde Nápoles (sur), aunque durante años los expertos han buscado el origen genético de las enfermedades asociadas a la vejez.
Los esfuerzos del equipo de la Harvard Medichal School de Boston (EE UU) dirigidos por Puca han sido premiados con el hallazgo de un grupo de genes -entre cinco y seis- que podrían determinar la duración de la vida humana y su resistencia al envejecimiento.
Hasta el momento, la comunidad científica mantenía que más de un millar de genes serían los responsables de una vida larga y saludable. Los experimentos de Puca contradicen esta creencia.
El investigador italiano, de 34 años, y que reside desde 1995 en Estados Unidos, ha asegurado que su equipo no busca "la fuente de la eterna juventud, sino el secreto de una vejez saludable", al comprender mejor los mecanismos de las enfermedades degenerativas como el Alzheimer.
"Nuestros experimentos no son de ciencia-ficción", ha precisado al insistir en las ventajas de las nuevas tecnologías utilizadas en el estudio del genoma humano, aunque ha admitido que pasarán "meses o años" antes de poder llegar a una conclusión definitiva.
Análisis del ADN de 137 familias
Su equipo ha analizado el ADN de 308 personas de 137 familias estadounidenses de origen europeo con componentes longevos, en los que han observado un envejecimiento más lento y la práctica inexistencia de problemas cardiovasculares, cáncer, diabetes y otros males de la vejez como la demencia senil.
Las familias elegidas incluían todas un miembro con edad superior a los 98 años, un hermano de más de 91 y una hermana de más de 95, todos ellos con el denominador común de una "salud de hierro".
Los ancianos residían en zonas muy diversas del país y tenían hábitos de vida muy diversos, de manera a excluir cualquier tipo de factor ambiental que incidiese en su longevidad.
El estudio, el primero con seres humanos tras los realizados con animales e insectos en la pasada década, ha demostrado que los sujetos tenían en común una determinada región del cromosoma 4, recibido de forma hereditaria.
Según Puca, sus experimentos, que han durado cuatro años, podrían llevar al desarrollo de un fármaco capaz de reproducir en los pacientes los procesos bioquímicos naturales que experimentan los centenarios y que retrasan las consecuencias del envejecimiento.
Para conseguir los fondos necesarios para una experimentación "muy costosa", el neurólogo italiano ha fundado una sociedad, la "Centagenetics", en colaboración con los investigadores estadounidenses Louis Kunkel y Thomas Perls.
El equipo ha conseguido que su estudio sea publicado por la Academia Nacional de Ciencias de EE UU, aunque no han faltado las críticas y sus autores se lamentan de un cierto escepticismo del mundo científico.
Aunque no reniegan de la importancia de hábitos de vida saludable, como una correcta alimentación y el ejercicio físico, el equipo de Puca asegura que la probabilidad de que las personas con parientes centenarios lleguen a imitarles son "diez veces más altas" respecto al resto de la población.
Como ejemplo figuran los habitantes del Valle del Hunza, en la región de Gilgit (Pakistán), en donde existe gran número de centenarios y en donde se ha comprobado una gran "estabilidad" genética entre la población local, confinado en una región montañosa de difícil acceso.
Puca también ha añadido que las personas longevas tienen un periodo fértil más largo y por tanto una mayor posibilidad de tener hijos a edad avanzada.
El científico italiano, que regresará la próxima semana a Estados Unidos para continuar con sus experimentos, ha lamentado la falta de fondos de investigación en su propio país, lo que según él explica el fenómeno de la "fuga de cerebros".
En este sentido, el ministro de Sanidad, Girolamo Sirchia, se ha apresurado a responder que Italia está "perfectamente capacitada para competir con los grandes centros internacionales de investigación.
El ministro ha admitido, no obstante, la necesidad de que los científicos italianos en el extranjero tengan "condiciones más favorables" para poder regresar, entre ellas las mejoras de sus condiciones económicas.
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