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Versace para HM enloquece a los fashionistas

Sale a la venta entre colas la colección que anoche pudieron comprar en exclusiva vips y más de 1.000 invitados.

Versace
Sonia López

“Corre, corre, yo no me paro en el photocall”, gritaba Bibiana Fernández mientras corría junto a Carmen Lomana por la tienda de H&M en busca de la colección de Versace. Anoche la cadena sueca y S Moda ofrecieron en exclusiva una preventa madrileña en la que celebrities y más de 1.000 invitados pudieron comprar las prendas y accesorios que hoy han salido a la venta en algunas tiendas de toda España.

A las nueve en punto de la noche los dependientes comenzaron a vaciar tres corners de la flagship store de la Gran Vía de Madrid para colocar las piezas de estampados tropicales, cortes atrevidos y toques griegos al más puro estilo Gianni. Media hora después se abrían las puertas. Primero los invitados vip, en una imagen digna de una primera jornada de rebajas, introducían con rapidez las prendas seleccionadas en una Shopping bag. “¿Esto se puede cambiar? Veo las tallas grandes” nos preguntaba Carmen Lomana con las manos ocupadas con cuatro vestidos de colores llamativos. “Estos vestidos se los regalo a mis sobrinas en Navidad y les encantan”. 

Miranda Makaroff, entre estampados imposibles.

Gerard Estadella

Bibiana Fernández, anoche en la preventa para vips.

Gerard Estadella

Menos entusiasmada se mostró la modelo María José Suárez que nos confesó no sentirse muy afín al estilo Versace. Aún así, mientras hablábamos con ella, cogió una falda plisada con aplicaciones metálicas: “Esta me la llevo, es la misma que llevaba Jessica Alba el otro día en Nueva York”. Anoche esa falda fue una de las prendas más demandas. La cante Soraya también la llevaba en su cesta aunque pasó más tiempo en la sección de hombre: “yo soy mucho de ropa de chico así que me voy a llevar esta chaqueta y la voy a customizar”, decía al mismo tiempo que nos enseñaba un modelo de cuero de inspiración motera. 

20 minutos después las estanterías ya estaban prácticamente vacías y los empleados detenían la cola para reponer los tres corners. Aún así las existencias no duraron mucho más de media hora y los invitados anónimos se movían entre la diversión: "Mañana me voy al trabajo con el vestido de Versace, no me puede hacer más gracia ir de Donatella", nos decía una chica; y la angustia: “No puedo pasar a la zona de chicas y tengo un encargo que llevarme”, nos comentaba un chico que no había recogido la pulsera que se repartía en la cola al entrar y que daba acceso a una determinada zona. 

"Desde la locura que se vivió con la colección de Roberto Cavalli está todo mucho más organizado", nos cuenta una de las responsables de prensa de H&M. "Solo puedes comprar una prenda por modelo y talla, de tal forma que una sola persona podría llevarse toda la colacción pero solo una prenda de cada modelo". Además, nos confesaba que no es lo mismo cuando se pone a la venta una colección menos popular que una como la de Versace: "Todos conocen Versace entendidos o no de la moda y la afluencia de gente es mucho mayor".

La bomber triunfó entre el público masculino.

Gerard Estadella

Y entre la cola perfectamente organizada, la tienda se convertía en una improvisada discoteca, con Vicente Gallard como DJ, en la que la gente en vez de bailar andaba de un lado a otro poniéndose vestidos y chaquetas, unos encima de otros, hasta que los colores predominantes fueron el verde y el dorado, un estampado icónico del Versace de los 90. 

La colección, disponible a partir de hoy en unas 300 tiendas seleccionadas, cuenta con un total de 47 piezas femeninas, entre prendasy accesorios, con precios que oscilan entre 19,95 (unos pendientes dorados con adorno de flor), hasta 249 euros (un vestido de piel con aplicaciones de tachuelas), la pieza más cara de la colección y hasta ahora la que más mediática: la lució Anna Dello Russo en la pasada semana de la moda de París, la misma Donatella también lo llevó en el desfile de Versace para hombre, y antes de salir a la venta ya fue copiado por algunas cadenas low cost.

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