Anaïs Vauxcelles: “Que Dua Lipa o Kylie Minogue lleven tus prendas te da prestigio, no ventas”

La valenciana Anaïs Vauxcelles empezó a diseñar ropa a los 14 años. “Estudié patronaje por mi cuenta, siempre estaba haciéndome vestidos en el cole, pero hoy no tengo ninguno, mis amigas se quedaron todos los que hice en Bachiller”, recuerda esa vocación temprana. Pero al finalizar el instituto no estudió moda, sino Bellas Artes: “No me sentía segura de mí misma en ese momento, hay mucha competitividad, y al acabar la carrera quise hacer un máster de moda, pero no me atreví, así que estudié uno de dirección de arte en Elisava, porque sabía que me iba a ayudar a comunicar lo que yo quería hacer”. Fue la base sobre la que cimentó su carrera como emprendedora; cumplidos los 25, en 2016, creó su marca, 404 Studio, y ahora, cinco años después, acaba de ganar el premio Mercedes-Benz Fashion Talent de la pasarela madrileña con su colección La Planète Sauvage. Tomó el nombre de la película homónima francesa, dirigida por René Laloux, porque el cine suele ser la inspiración detrás de sus propuestas: “Hago de curator, por mi formación de Bellas Artes, cojo la película, analizo el color, la forma, el concepto, y lo traslado a prendas”.

Pero ¿cómo ha sido llegar hasta ahí?, ¿cuáles son las mayores dificultades que se encuentra la creadora de una nueva marca? “La moda emergente en España es complicadísima, y quien diga lo contrario miente. Mis compañeros están igual que yo, donde más vendemos es fuera de España. Y eso es difícil, porque cuando empiezas una empresa y directamente tienes que internacionalizar sin haber tenido mercado nacional antes es tres veces más complicado”, explica Vauxcelles por teléfono desde México, donde precisamente se prepara para participar en la semana de la moda de Los Ángeles a principios de octubre. Porque el estadounidense es el mayor mercado de su pequeña firma: “Es donde más estoy vendiendo, pero no me gustaría dejar de desfilar en Madrid, he participado tres ediciones y creo que no tiene nada que envidiar a otras pasarelas del mundo”. Tras Los Ángeles, a finales de octubre cerrará la temporada en la pasarela valenciana Clec Fashion Festival, y todo este proceso de su paso por tres semanas de la moda va a ser objeto de un documental de Nop films y Mediterraneo Media Entertainment. “Van a mostrar cómo es ser diseñador emergente y enfrentarse al mundo siendo pequeñita, sin tener nada”, apunta.

404 Studio no nació de la noche a la mañana. Vauxcelles dio pequeños pasos que la fueron llevando hasta crear el concepto que ahora ha sido premiado. Pensó a fondo cómo hacerlo, recalca, y eso fue fundamental para ella: “Tras hacer el máster me volví de Barcelona a Valencia sabiendo que quería emprender, y tardé un año más o menos en definir lo que quería hacer, cómo lo quería comunicar, de qué iba a tratar mi firma, cómo la quería diferenciar… Vi que estaba realmente preparada para enfrentarme a los problemas que conlleva tener una firma propia, pero me puse una fecha límite, el proyecto tenía caducidad”. Ese límite estaba en 2020. “No soy la hija de la Preysler, no tengo un colchón económico grande… Siempre se dice en tema negocios que una empresa tarda tres o cuatro años en empezar a funcionar, así que me di ese margen. Si en 2020 no alcanzaba algo, reconocimiento, margen de ventas, algún avance, lo iba a dejar, porque me parece absurdo ver a gente que lleva 10 años intentándolo”, reflexiona.

Para que el proyecto funcionara contó con la experiencia de su madre –que se encarga de la administración de varias empresas– y, desde hace dos años, con la incorporación de una socia que está al frente de una gestoría. “Todo woman power”, subraya la diseñadora. Ahora, con el empujón del reconocimiento recibido en la pasarela madrileña, acaban de “ampliar y renovar el business plan de aquí a cinco años” y están buscando inversión. De cómo se desarrolle esta nueva etapa dependerá el enfoque futuro de la compañía, dado que hasta ahora 404 Studio solo hace ropa por encargo. “Es lo más sostenible, lo más lógico y lo más viable”, explica Vauxcelles, “pero en la última colección además de crochet hemos metido denim, camisas, pantalones de popelín… Porque si la marca crece hacerlo todo por encargo no será viable económicamente, habrá que hacer una mezcla de las dos cosas”.

Hasta el momento el punto ha sido la seña de identidad de 404 Studio. Su madre enseñó a Anaïs a hacer crochet cuando ella estaba pensando cómo enfocar su empresa, y la diseñadora incorporó la técnica a su primera colección cápsula. “La tradición está ahí para usarla, rescatarla y darle una vuelta, y a veces hay un poco de miedo a cambiar esa tradición. Yo intento crear un punto de vanguardia”, dice la creadora. Ahora esta misma tendencia puede verse en colecciones como la colaboración de Ella Emhoff –la hijastra de Kamala Harris es otra crochetera empedernida– con Batsheva, pero cuando Vauxcelles apostó por ella no era tan común. “Entender tu estética y tus valores requiere tiempo, no es algo banal. Cuando empecé a pensarlo tuve la suerte de que en ese momento tenía una amiga trabajando en Net-a-porter y le pedí que le enviara mi cápsula a un buyer. Se lo mandó justo a un comprador de emergentes y él me mandó un mail duro pero que cambió mi vida: me dijo que dejara de hacer tela y que el punto que estaba haciendo era muy interesante, que siguiera por ahí porque podía llegar lejos”, rememora.

El consejo surtió efecto, las creaciones de 404 Studio han llegado lejos, hasta figuras como Kylie Minogue y Dua Lipa, aparecido en un vídeo musical de Ed Sheeran –Beautiful People– y en la última temporada del fenómeno televisivo Élite –el personaje de Cayetana lleva algunas de sus creaciones–. Vauxcelles señala que la clave de esta difusión son los estilistas: “A este tipo de estrellas se llega por los quienes las visten, que buscan siempre algo nuevo, lo diferente, lo que nadie lleva. Están ojo avizor, si tienes una prenda diferente, única, te van a llamar, seas Dior o seas 404 Studio”. El impacto de esas apariciones se nota en likes, pero no siempre se traduce en ingresos, constata la diseñadora: “Es interesante porque lo que te da es prestigio, no ventas. Al menos es lo que yo he vivido. Para mí es más importante que se ponga mi ropa mi vecina de al lado que Kylie Minogue, porque eso significa que estoy llegando a cualquier persona”.

Esa fama puede incluso traducirse a veces en problemas, como ya le ha ocurrido a la creadora de 404 Studio. Vauxcelles denunció que uno de sus modelos, el Rainbow Dress que lució Kylie Minogue, fue copiado por la marca de una influencer brasileña. “Me acaba de pasar ahora otra vez con una diseñadora taiwanesa… Los diseñadores emergentes estamos muy desprotegidos ante las copias. Estaría bien que esto se regulara. Pero es verdad que a través de las redes sociales yo logré que se retirara el vestido, me da la sensación de que las redes y la presión social a veces son más poderosas que un abogado, porque pelear la copia es difícil”, lamenta. Ahora, mientras se enfrenta al paso de desprenderse de la etiqueta de ‘creadora emergente’ (“Ya tengo 30 años, pero es complicado pasar de ser emergente a consolidada, es un paso difícil”, afirma) piensa nuevos diseños para un mundo que ha quedado, también en la estética, marcado por la pandemia: “Hoy en día hay dos visiones: la gente que se ha quedado un poco apagada tras la pandemia y recurre a los básicos y los que estamos en plan El gran Gastby, después de una gran depresión llega una gran fiesta. Para mí la moda siempre ha sido eso, una gran fiesta, tiene el poder de elevar el espíritu de la gente”.