_
_
_
_

Slimane, un ‘indie’ en Yves Saint Laurent

Se confirma el nombramiento de Hedi Slimane como nuevo Director Creativo de Yves Saint Laurent.

Hedi Slimane

Hedi Slimane no es solo un diseñador. Es un artista y, sobre todo, un increíble observador pertrechado con una cámara desde los 10 años. Una personalidad multifacética cuyos vértices hasta ahora visibles, la moda, la fotografía y el arte, abruman por su coherencia. Quizá su éxito rotundo en la industria como director creativo de Dior Homme, de 2000 a 2007, solo fuera un campo de experimentación más en su universo vital. Su irrupción, la de un tímido parisino hijo de tunecino e italiana, transformó los valores empolvados de toda una maison de couture para resurgir con una imaginería eléctrica, rabiosamente contemporánea, el resumen de lo que su ojo, urbano y cosmopolita, había detectado en las calles y en la parafernalia de la cultura del clubbing nocturno.

El diseñador con Kim Gordon, de Sonic Youth.

Cordon Press

1. El concepto

Su aportación no fueron los pantalones pitillo y la estética rock que dejó en estado de catarsis a estilistas de todo el mundo, sino el esbozo de un nuevo hombre, cuya actitud estaba años luz del prototipo musculado y poderoso, y que ahora bebía sin ambages de la cultura pop alternativa. La suya. Porque Hedi presentó unas colecciones precisas y radicales en su trasfondo, que cambiaron la silueta masculina, sabiamente encapsulada bajo el rutilante envoltorio de “alta gama” (el rock nunca conoció ese término hasta entonces y… ¡cómo hizo los deberes después Balmain!). Para completar el concepto, dirigió las campañas de publicidad, donde plasmó a placer su dominio de los códigos visuales más punteros junto a una impecable comunicación de marca e identidad, entre frágil y profunda, que sin duda es su fuerte.

Salida de la colección de Dior Homme primavera/verano 2007.

Cordon Press

2. La comunicación

Hedi Slimane es un comunicador nato con herramientas variadas de lenguaje. Estudiante de historia del arte, sastre de formación, ha flirteado con el periodismo, que fue una de sus primeras obsesiones, con experiencias como editor invitado en Libération y amigos entre los críticos de música de reputadas publicaciones como New Yorker o The Observer. Si a eso le añadimos que ha trabajado como diseñador de tiendas, de fragancias e incluso de muebles, tenemos el perfecto retrato del hombre orquesta siglo XXI. Quizá por ese espíritu neo-renacentista salió un buen día de Dior con paso firme, tras siete prolíficos años, cuando, según dijo, “un proyecto orgánico se convirtió en algo meramente especulativo”. No cuajó a continuación el nacimiento de su propia línea de la mano de LVMH, ni tampoco se dedicó a gravitar ocioso en la órbita de quinielas por el puesto de abeja reina en cualquier marca poderosa. Slimane decidió fundirse en el blanco y negro de su fotografía.

Jamie Hince, de The Kills, fotografiado por Slimane.

Hedi Slimane

3. La música

En todo este tiempo ha seguido conectado con el arte. Quince exposiciones internacionales en nueve años (la última en el MOCA de Los Ángeles) o la que en 2007 le trajo a España de la mano del MUSAC, donde le propusieron retratar la decimoctava edición del Festival de Benicàssim. Trabajos de comisariado, vídeo e instalaciones sonoras, además de editar varias publicaciones y libros de sus proyectos. Pero si hay un pilar fijo e imprescindible en todo su universo personal, ese es la música. Porque Hedi es indie hasta las trancas. Nacido en 1968, su pasión por el mundo del rock ha absorbido mucho de su caudal artístico. Casi un groupie con cámara. Sus imágenes de grupos como Phoenix, The Horrors, The Libertines de Doherty, y en su última etapa bandas californianas como No Age, documentan momentos vitales de la trayectoria de estas formaciones. Ha vestido a The Kinks, The Kills, Franz Ferdinand y Beck, entre otros muchos, además de diseñar portadas (Alphabetical de Phoenix) y disfrutar de privilegios como el que sus “amigos” crearan temas ex profeso para sus desfiles (In the morning de Razorlight es un ejemplo).

Fotografía realizada por Hedi Slimane durante el Festival de Benicàssim.

Cordon Press

4. El arte

Es la obsesión por el tránsito de la adolescencia a la edad adulta la que más se refleja en sus instantáneas. En ellas vemos a jóvenes que flirtean o ignoran su objetivo, que se muestran, bien aislados en su intimidad, bien en una especie de comunión colectiva parapetada por el ritual de los conciertos y de la escena pop con todo sus signos. Dice (en alguna de sus contadas declaraciones, porque jamás se ha prodigado en entrevistas) que su lente busca protagonistas auténticos, vulnerables, “pueden ser músicos emergentes o gente que encuentro por la calle, pero –cuenta– ninguno es consciente aún del talento que hay en ellos”. Admirador de Anton Corbijn y de Pennie Smith, aunque a él se le haya comparado con el fotógrafo suizo Robert Frank. En las ciudades encuentra la inspiración. Sus trabajos de campo le han llevado a vivir, además de en su París natal, en Londres, Berlín, Los Ángeles y Japón.

El diseñador con Emmanuelle Alt en 2006.

Gtres

5. La herencia

Pero la pregunta es ¿qué tiene que ver todo este festival de ídolos musicales, museos reputados, proyectos con estrellas del cine alternativo como Gus Van Sant (que también los ha tenido) y retratos de adolescentes con un buen modisto, al fin y al cabo? Pues todo o nada, según se mire. Porque los utensilios de un creador de moda que haya trascendido siempre se han afilado en la esfera social. Déjà vu son los legados que triunfaron dando forma a expresiones que en un determinado momento recogieron una rotura o hablaron de una evolución de la humanidad. Los corsés femeninos de cientos de años pulverizados (Cocó), el New Look antiausteridad tras la segunda guerra mundial (Dior), la revolución sexual femenina (Yves Saint Laurent)… Visionarios que plasmaron la esencia de lo que se estaba cociendo y magistralmente lo presentaron al mundo que lo consumió con devoción. En este terreno, puede decirse que Hedi Slimane apunta maneras.

Imagen del último desfile de Yves Saint Laurent con Stefano Pilati al mando.

Getty

6. La maison Saint Laurent

Puede que él sea, por fin, la persona idónea para que la mítica Yves Saint Laurent vuelva a deslumbrar, algo huérfana de allure desde que Tom Ford la dejara en 2004. Una firma que, con más de ocho años de Stefano Pilati al frente, sí ha rentabilizado con creces bolsos y zapatos (Arnault, aún con el despido en la mano, no ha sido mezquino en tal reconocimiento), pero no ha disfrutado de la unanimidad –demasiado irregulares sus colecciones, según muchos– que una firma como esta debería de atesorar. De todas formas, su último desfile en la actual Semana de la Moda de París ha sido algo más que una salida digna. Tampoco durante todo este tiempo se lo han puesto fácil al italiano, especialmente cuando la sombra alargada del hombre que dio su nombre a la casa por poco le aplasta.

Nunca en vida Yves Saint Laurent alabó su trabajo y se supone que cuando murió todavía fue peor: no se le invitó al funeral (Valentino, Jean Paul Gaultier, Karl Lagerfeld, entre otros, sí fueron) y también se le excluyó de homenajes y grandes retrospectivas en museos. Pilati asistió mudo al renacer de la figura del genio itself en 2008 tras su desaparición y a la publicidad indirecta que su fundador/socio/amante/artífice del éxito, Pierre Bergé, se ha dedicado a divulgar en los últimos años con millonarias subastas y prolíficas entrevistas. Eso, también, qué duda cabe, puede haber influido en las millonarias ventas de accesorios. La muerte es en la moda, como en el arte, una revalorización instantánea. Sin embargo, la biblia del sector, WWD, ya contaba hace unos días que la vieja guardia de la orden (Bergé, Catherine Deneuve, Catroux…) sí apoya a Slimane. Y eso es una valiosa garantía. También recordó cómo, incluso durante los primeros años en que Stefano Pilati defendía la plaza en la maison, Pierre Bergé acudía a los desfiles de Hedi Slimane o a los de Riccardo Tisci, alabando sus respectivos talentos ante los medios. Sin duda, casi una opereta de amores y odios.

Pete Doherty fotografiado por Slimane.

7. El nuevo álbum

Ahora, toca escribir otra historia, porque a este francés mezcla de razas le queda un pedazo de reto por delante: deslumbrar a la más caníbal y despiadada industria, la de la moda femenina, un terreno completamente virgen para él. Aunque los entresijos de la marca en la que a partir de ahora trabaja no le son ajenos, ya que fue director artístico de las colecciones masculinas, puesto que abandonó en el año 2000. Cabría aquí recordar que, durante todo el tiempo en el que se ha mantenido alejado de las pasarelas, Slimane nunca cortó su cordón umbilical con la moda: así lo atestiguan los numerosos editoriales fotográficos para las más prestigiosas revistas del sector: Vogue Japón, Vogue París, V Magazine, Dazed & Confused… páginas talentosas, siempre acordes a su impronta y a su sempiterno blanco y negro. Hoy, suena otra canción, porque puede que el parisino empiece a tener en la cabeza la banda sonora que moldeará su próxima y primera colección de mujer, que verá la luz en la primavera de 2013. El fashion world espera ansioso sus primeros acordes.

*Empar Prieto es la Directora de S Moda.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_