Cómo Rejina Pyo se convirtió en la marca más deseada del año
La diseñadora coreana con sede en Londres está detrás de los vestidos predilectos de las que más saben de moda. No se llevó el premio en los pasados Fashion Awards, pero ella ya ha ganado.
Dicen que lo importante no es ganar. Por eso, aunque Rejina Pyo no se hiciera con el premio a mejor ‘talento emergente de ropa femenina’ en los Fashion Awards, sigue siendo una de las diseñadoras más estimulantes del panorama internacional. Esta coreana con sede en Londres ha camelado en tiempo récord a los popes de la industria (no en vano estaba nominada al prestigioso reconocimiento de la moda británica) y ha conquistado las calles de las semanas de la moda vistiendo, una y otra vez, a rostros tan ubicuos como Pandora Sykes, Leandra Medine o Kate Foley. Ella está detrás del vestido ‘namarillo‘ de mangas abullonadas que proliferó hace unos meses y de otros tantos diseños relajados, coloridos y voluminosos que campan a sus anchas ante el aluvión de flashes. En S Moda ya apostamos por ella como uno de los nombres imprescindibles para entender la moda en 2017 y reafirmamos el envite: lo seguirá siendo en 2018.
«Estoy muy agradecida de que todas estas increíbles mujeres tomen la decisión consciente de usar mis piezas. La visibilidad que me dan las influencers es muy valiosa, ya que ayuda a los clientes ajenos a la industria a familiarizarse con la marca, y es genial ver cómo diferentes mujeres interpretan la ropa para expresar su estilo personal», cuenta Rejina Pyo a S Moda. Sin necesidad de tener su propio show en la semanas de la moda hasta hace unos meses, la coreana ya había logrado más repercusión que muchos de los diseñadores que llevan desfilando varias temporadas. La clave del éxito radica en su olfato para crear piezas originales y contemporáneas con un sello de identidad muy marcado. «Creo que la marca está conectando muy bien con las mujeres debido a que las prendas son ponibles, la paleta cromática es energética y las siluetas sientan bien», explica ella.
Pyo dejó su Corea natal para mudarse a Londres y estudiar en la prestigiosa Central Saint Martins. De allí pasó a trabajar con la reconocida creadora Roksanda Illincic de quien, según dice, «aprendió mucho sobre el aspecto comercial de ser diseñador». Con la serbia también comparte el gusto por crear vestidos que, lejos de oprimir el cuerpo femenino, le dan libertad y lo liberan. «Me gusta experimentar con la forma, el volumen y el color para crear una estética femenina moderna», asegura. Los vestidos midi son su prenda estrella pero también son famosas sus blusas y tops de volantes, los abrigos oversize y sus zapatos feístas de proporciones geométricas y mezclas de color inesperadas. Lo próximo será ampliar su colección de complementos incluyendo joyas a cargo de Anissa Kermiche.
La diseñadora, que cita entre sus referencias e inspiraciones la obra del escultor Constantin Brâncuși o del pintor Milton Avery, ha encontrado en Instagram un gran aliado para popularizar su firma. Allí supera los 92.000 seguidores y multiplica las notificaciones cada vez que una prescriptora de renombre luce una de sus creaciones. Pero por fundamental que sea para ella esta pasarela virtual, Pyo quiso estrenar su propio show en la pasada fashion week londinense. Allí volvió a meterse a todos en el bolsillo. La coreana eligió a amigas y mujeres de su círculo cercano como modelos apostando por visibilizar distintos colores de piel, edades y cuerpos. «Tuvimos una acogida abrumadora tras nuestro primer desfile. Solo quise celebrar la época que vivimos y la gente que me rodea. Las veo como mujeres hermosas más allá del lugar en el que nacieron, su color o su talla. También seleccionamos cuidadosamente el lugar, la música… ese ambiente no puede crearse online«, reconoce.
Sus piezas ya se venden en venerados escapates virtuales como los de Net a porter, Moda Operandi o Farfetch y están presentes en tiendas de todo el mundo (Europa, Asia, Medio Oriente, Australia y América del Norte). «Nuestras clientas tienen entre 20 y 40 años. Tengo el privilegio de contar con una amplia gama de mujeres disfrutando de mis piezas», presume ella. Pocas diseñadoras tan jóvenes acumulan logros semejantes en la competitiva industria de la moda. Rejina Pyo ya ocupa los armarios más codiciados y atrae la atención de las mejores revistas especializadas. Dicen que lo importante no es ganar. Pero ella ya ha ganado.
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