Joyas en ‘cuarentena’ y una limpieza exhaustiva: así es volver a comprar en las tiendas de las grandes firmas de lujo
Nos adentramos en la nueva normalidad instaurada en los espacios físicos de Louis Vuitton, Cartier o Loewe, donde las medidas higiénicas son prioritarias para garantizar una experiencia de compra segura.
Ir de compras es solo una más de las tareas cotidianas que quedaron en suspensión por culpa de la crisis sanitaria. Con la paulatina mejora de la situación y a medida que las fases de desescalada han ido permitiendo la apertura de comercios y boutiques, vuelve a ser posible redescubrir lo que era ir de tiendas. En esta nueva normalidad las medidas higiénicas son prioritarias en todos los establecimientos y las grandes firmas están haciendo un esfuerzo extra para garantizar una experiencia de compra segura y placentera. Recopilamos a continuación cuáles son las medidas que están llevando a cabo las etiquetas insignia del lujo, tras la reapertura de sus espacios.
Louis Vuitton, reemprender el viaje
Volver a comprar uno de sus icónicos bolsos o cualquiera de sus piezas de prêt-à-porter ya es posible. Las tiendas de la maison francesa en nuestra geografía ya han abierto sus puertas –a excepción de aquellas ubicadas dentro de El Corte Inglés– y la modalidad de cita previa sigue disponible para aquellos clientes que se sietan más cómodos solicitándola (bien por teléfono, bien en la web).
Siguiendo las medidas impuestas por el Gobierno, aquellas concept store más grandes de 400 metros cuadrados, como la de Barcelona, han adaptado su tamaño operativo a esta limitación y mantienen el aforo al 30%. Además, han incluido señalización para que sea mucho más sencillo cumplir la distancia de seguridad.
Tanto empleados como clientes deben utilizar gel hidroalcóholico, mascarillas y guantes y, si bien los probadores permanecen abiertos, se desinfectan después de cada uso. Igual ocurre con las prendas y accesorios de la firma, que se acondicionan cuando se tocan o se prueban y pasan 48 horas en cuarentena antes de volver a estar disponibles para su compra. Puede que aún no podamos desplazarnos a muchos kilómetros de distancia, pero ya es posible volver a viajar a través de los diseños de la histórica etiqueta.
Cartier, comprar una joya en la nueva normalidad
Aunque ya es posible visitar los espacios físicos de Cartier sin cita previa, la marca joyera también sigue ofreciendo la posibilidad de concertar una visita por teléfono o a través de la web. Una vez en la tienda, los empleados de la firma reciben a cada cliente con gel hidroalcohólico para garantizar la correcta desinfección de las manos y también les ofrecen una mascarilla, en el caso de que no la lleven, siguiendo la obligación recogida en el BOE que dictamina que debe utilizarse en «cualquier espacio cerrado de uso público».
A la hora de tocar las piezas, el cliente ha de colocarse unos guantes. Por supuesto es posible probarse las joyas, pero en el caso de que finalmente no sean vendidas deben pasar un día en cuarentena para garantizar que no existe ningún riesgo. Así, cumplen con la recomendación del Ministerio de Sanidad, que dictamina que, en el caso de las joyas, es suficiente con que transcurran 24 horas para que, de haber habido virus, se elimine por completo. Tras esta cuarentena cada pieza es desinfectada utilizando una toallita específica que no la daña, antes de volver al stock.
Cartier, referencia en el sector joyero desde que fuera fundada en París en 1847, también ofrece un servicio especial –disponible en la Península y Baleares– por el que recogen y entregan en el domicilio del cliente cualquier pieza que necesite reparación.
Loewe, volver al templo de la artesanía
«Nos complace anunciar que reabrimos nuestras tiendas y que esperamos verle pronto». Así comunicaban desde Loewe la vuelta a la (nueva) normalidad de sus espacios físicos en nuestro país. Es posible hacerse con uno de sus codiciados bolsos de piel o con una de las piezas diseñadas por JW Anderson para esta primavera pidiendo cita en el teléfono de la tienda en cuestión o acudiendo directamente, puesto que desde la marca gestionan el aforo evitando aglomeraciones y colas.
Una vez dentro, todo el personal está protegido con mascarillas –las van renovando varias veces al día– y se limpia las manos regularmente con gel desinfectante, que también está a disposición de los clientes y debe ser usado antes de tocar cualquier producto. Aunque los baños permanecen cerrados, sí están abiertos los probadores, que son limpiados después de cada uso. Antes de la reapertura, desde la marca desinfectaron todas las prendas, que vuelven a pasar por un proceso de limpieza cada vez que alguien se las prueba. Por último, todas las superficies de la tienda se limpian cada dos horas para aumentar la seguridad.
Aquellos que prefieran hacer sus compras online deben saber que pueden solicitar la entrega sin contacto, recoger su pedido en la tienda Loewe que elijan o incluso reservar la pieza a través de la página web y completar el proceso de compra físicamente transcurridas 48 horas.
Gucci, invertir (con seguridad) en lujo italiano
Madrid, Barcelona y Marbella. Las tiendas que la etiqueta capitaneada por Alessandro Michele, que hace escasas horas reflexionaba en Instagram sobre el futuro de la marca, tiene repartidas en nuestra geografía también permanecen ya abiertas y poco a poco van llenándose de clientes deseosos de hacerse con una de sus codiciadas prendas y accesorios.
La prioridad, confirman desde la firma, es cuidar de clientes y trabajadores por lo que, además de formar al personal sobre cómo han de actuar dentro de esta nueva normalidad, han desinfectado en profundidad los espacios antes de su reapertura y se están llevando a cabo medidas para garantizar la máxima higiene (desinfectar el mostrador cada vez que es utilizado por un cliente es solo un ejemplo).
Además de proporcionar mascarilla, guantes –y hasta gafas de plástico si son necesarias– tanto al equipo de la marca como a aquellos visitantes que no los tengan, en las tiendas se han colocado varios dispensadores de gel hidroalcohólico y pañuelos de papel. El personal ha de desinfectarse las manos cada vez que recibe a un cliente nuevo y para minimizar el contacto se utiliza una bandeja para presentar la marroquinería y joyería, mientras que la ropa se deja colgada directamente en el vestidor, que también se limpia tras cada uso. Aquellas prendas que no son vendidas pasan a estar en cuarentena en un espacio habilitado para tal fin y no es posible probar los productos de la línea de belleza, mientras que los perfumes solo pueden pulverizarse sobre las tiras de papel secante.
Aunque la cita ya no es necesaria, sí es recomendable. En esta desescalada, las tiendas de Gucci siguen haciendo gala de la cuidada imagen habitual ya que el equipo de visual merchandising permanece en contacto constante con la matriz italiana de forma virtual. No se ha instalado señalización para mantener las distancias, pero el equipo está pendiente de que se cumplan en todo momento. Aquellos clientes que quieran disfrutar de las habituales bebidas y atenciones ofrecidas por la firma, lo harán a partir de ahora utilizando una vajilla de un solo uso. Esta será desechada, al igual que los EPIs utilizados pos los clientes, que pueden depositarse en unos cubos habilitados a la salida de la tienda. Al contrario de lo que sucedía antes, las bolsas de compra no son entregadas en mano al cliente, sino que es este quien las coge del mostrador. Lo que sigue como siempre, es aquello que albergan.
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