_
_
_
_

Por qué todos hablan de la lolita con hijab

Japón e Islam unidos por una moda: Hijabi Lolita es toda una estrella de la red que defiende la estética kawaii y sus creencias religiosas.

lolita con hijab
Instagram @alyssa_loveskitties
Clara Ferrero

Enaguas bajo el vestido, lazos por todas partes, bolso en forma de unicornio… y pañuelo a juego cubriendo la cabeza. Así es el atuendo de Alyssa Salazar, una joven de 25 años que sigue a pies juntillas la estética lolita (subcultura de origen japonés que mezcla manga, prendas naïf y moda victoriana) sin renunciar al hiyab. Es precisamente la combinación entre el universo kawaii y la fe islámica que profesa lo que la ha convertido en una de las chicas más populares de la comunidad digital de lolitas. Sus looks, recopilados en el Tumblr The Hijabi Lolita, congregan a más de 10.000 seguidores desde que abriera el blog hace dos años y han llamado la atención de numerosos medios y webs internacionales como Vice, Refinery 29 o Bored Panda. Tal ha sido el interés mediático que ha despertado las últimas semanas que, aunque hemos intentado contactar con ella para entrevistarla, ha decidido dejar de atender a la prensa por el momento.

Salazar no vive en Japón ni pertenece al mundo islámico. De ahí que el contraste entre su estética, sus creencias y la cultura del sur de California (Estados Unidos), donde reside, multipliquen por diez el impacto de sus looks. “Al verme con pañuelo me han llegado a gritar 'Quítatelo, esto no es Irak'. Pero cuando visto de lolita es distinto. La gente piensa que es un disfraz”, explicaba recientemente a Vice. Salazar empezó a introducirse en esta subcultura tras hacerse con una falda que vendía una amiga suya. Poco después, dudaba si el hiyab sería un impedimento o se convertiría en fuente de críticas por llevarlo con vestidos de tul, botas rosas acordonadas hasta la rodilla o lazos de proporciones desmesuradas. Tenía miedo de exponerse a un escarnio digital como el que sufrió Sugarnoor, una lolita hiyabi británica que ha sido la comidilla en varias ocasiones de Behind the Bows, un foro en el que las chicas de esta tribu urbana se critican unas a otras.

Instagram @alyssa_loveskitties

Instagram @alyssa_loveskitties

No todo el mundo ve con buenos ojos mezclar vestidos victorianos con hijab. “Qué triste, una chica tan joven vestida así y casándose a los ocho años con un marido que la maltrata” o “un vestido demasiado bonito para acabar manchado de sangre”, son algunos de los comentarios que tienen que soportar (ambos recogidos en Ban Lolita Muslims, una web que pretende banear a las lolitas musulmanas). No obstante, Salazar se siente acogida por la comunidad de lolitas. Sus 'coordinaciones' –así llaman a sus 'modelitos' en los que todo tiene que ir a juego– son aplaudidos por muchas chicas kawaii. “No he recibido comentarios negativos por su parte. Son muy abiertas, me aceptaron sin juzgarme e incluso piensan que soy cool […] Me he sentido peor acogida por la comunidad musulmana".

Salazar pone hincapié en que no quiere sexualizar su forma de vestir. "No somos muñecas vivientes y no tenemos nada que ver con la Lolita de Vladimir Nabokov. Si hay chicas que se disfrazan así para practicar sexo, pero nuestra estética es algo totalmente distinto", aclara. Esto no evita que muchas estén expuestas al acoso callejero. “A mí todavía no me ha pasado pero a mis amigas sí. Si lo hacen, estoy preparada y les echaré espray pimienta en la cara. Lo más repugnante que me ha dicho un tío es "Little Bo Peep, ¿dónde está tu ovejita? –la frase hace referencia a una popular nana en inglés–. Pero normalmente se me acercan mujeres para decir lo mono que es mi vestido o hacerme fotos".

Instagram @alyssa_loveskitties

Así, despertando admiración y críticas a partes iguales, Alyssa Salazar es el ejemplo de que la edulcorada estética de la que hace apología lo kawaii va más allá de Japón. La maquinaria comercial que rodea a esta moda traspasa el mundo oriental y suma millones de adeptos, con sus adaptaciones estéticas correspondientes, en distintos lugares del globo. No olvidemos que Angelic Pretty fue más reblogueada en 2014 que marcas mundialmente conocidas como Prada o Saint Laurent.

Instagram @alyssa_loveskitties

Instagram @alyssa_loveskitties

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Clara Ferrero
Es redactora en S Moda, revista en la que ha desarrollado la mayor parte de su carrera. También es cocreadora de 'Un Podcast de Moda', el primer podcast en castellano especializado en la temática. Es licenciada en Periodismo y Comunicación Audiovisual, y especialista en Comunicación de Moda por la Universidad Complutense.
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_