Por qué el ‘Low’ es el festival más auténtico del verano

El festival

Benidorm es muchas cosas: una serie de televisión inglesa (en la que aparecerán Joan Collins y Loles León en su nueva temporada), el lugar de vacaciones de Belén Esteban, la cuna del kitsch español, la ciudad costera de los rascacielos, la casa del Benidorm Palace… Un destino vacacional que ha ido mutando desde los años 60 y que todavía sigue en boga, manteniendo su éxito comercial año tras año. Desde 2009, la ciudad levantina acoge además el Low Cost Festival, que en 2014 abrevia su nombre a Low Festival.

El festival nació con la clara intención de atraer a un público más joven y principalmente nacional con una agresiva campaña de precios (los abonos de la primera edición costaban 45€ por 2 días, mientras que la oferta de lanzamiento en 2014 fue de 50€ por 3 días) y un cartel que si bien no incluía al último grito de aquel año, estaba formado por bandas de renombre. Una fiesta en toda regla a finales de julio mucho más barata que el FIB, con menos pretensiones intelectuales que el Primavera Sound, menos especializado que el Sonar y en uno de los enclaves turísticos más conocidos de Europa.

En tan solo 6 años el Low ha sufrido una transformación más que notable, tanto por el éxito como por la competencia. La principal razón de este cambio puede ser la aparición de otros festivales con los bajos precios por bandera y de características similares, con el Arenal Sound de Burriana (Castellón) como estandarte. La cita castellonense, que se celebrará una semana después del Low, ha colgado el cartel de agotado en todas sus ediciones. No es casual, pues, que el nombre del festival cambie y busque nuevos aliados entre sus asistentes. Echando un vistazo a los servicios que ofrece en 2014, la búsqueda de nuevo público por parte del festival es más que evidente: abonos VIP, ausencia de zonas de acampada gratuitas, actividades complementarias o un recinto que promete no generar aglomeraciones (aseguran que solo ocupan la mitad del aforo).

El cartel cuenta con representantes del ‘indie’ de la primera década del siglo XXI como The Hives, Kaiser Chiefs (en la imagen), Los Campesinos! o Editors.

Lowfestival.es

Una oferta diferente

Pero, ¿qué hace especial al Low Festival? Es complicado encontrar festivales únicos en España, un país en el que durante el verano uno puede saltar de festival en festival cada fin de semana. Por supuesto, cada cita veraniega ofrece sus particularidades. En el caso del festival de Benidorm, la apuesta clara viene por la innovación, el buen trato a sus asistentes y la nostalgia por tiempo no tan lejanos. Como ya hacen festivales tan punteros como Coachella o Tomorrowland, este año los lowers (que así llaman a su público) recibirán una pulsera inteligente con el sistema 'Facebook Connect' integrado que permitirá acceder a la red social para actualizar el estado o subir fotos sin necesidad de 3G. Además, los asistentes VIPs podrán utilizarla como forma de pago. También la ecología es parte esencial del festival, que cuenta con reconocimientos por su labor en este terreno: los vasos son reutilizables, la moneda del festival está elaborada con fécula de patata y fomenta el uso de bicicletas y de transporte compartido, entre otras muchas medidas.

El festival promete, además, un recinto con 30.000 metros cuadrados de césped, alimentación de todo tipo y adaptada a las necesidades de cada uno (desde vegetarianos a celíacos) y una zona VIP que sí que puede ser uno de los aspectos que definan el festival. Hay dos tipos de acceso: el 'VIP regular' ofrece precios especiales, zonas exclusivas tanto para descansar como para ver conciertos y una suscripción a la plataforma Deezer; por su parte, el 'VIP Pool' añade cerveza gratuita (e ilimitada) y el acceso a las dos piscinas del recinto. Todo un lujo eso de darse un chapuzón después de sudarlo todo en un concierto.

El cartel se mueve entre la música española de vocación masiva, el rock internacional y las bandas que ya tuvieron su momento hace años pero que continúan al pie del cañón. En el terreno nacional no faltan algunos de los nombres más repetidos en los festivales de 2014 como Vetusta Morla, Izal, Love of Lesbian o Triángulo de Amor Bizarro, mientras que la primera década del siglo XXI tendrá como representantes a bandas como The Hives, Kaiser Chiefs, Los Campesinos! o Editors, que comparten haber vivido un éxito más o menos masivo hace algunos años. Aunque estos se puedan considerar como parte de la nostalgia por tiempos pasados mejores, el cabeza de cartel que ocupa este año ese honor es, sin duda, Massive Attack. Para ser justos, hay que destacar la presencia de algunas figuras completamente actuales y muy singulares, como la danesa Mø o la gallega BFlecha, que se ha convertido en una de las productoras más aclamadas a nivel internacional gracias a su debut Beta.

Curiosidades

El festival ha cuidado siempre su imagen, siempre referida al verano y a la diversión. En 2013 tiró de creatividad y, para celebrar su quinto aniversario, rindió homenaje a la ciudad que lo acoge con un vídeo que dio la vuelta a internet: en él, la mítica María Jesús y su acordeón hacían una versión del hit español del momento, Dramas y Comedias de Fangoria, con la colaboración especial de artistas relacionados con la ciudad costera: La Prohibida, La Centollo o el Doble de Lady Gaga. Todo un golpe de efecto que consiguió todavía más visibilidad para el evento.

En 2014 han optado por una estética más cercana a Instagram y un tratamiento emocional de la comunicación, sin descuidar ni un detalle. Incluso han abandonado Youtube para irse al moderno y creativo Vimeo, desde donde lanzan teasers y explican algunas de las novedades de esta edición.

Como curiosidad final, y sin intención de dar ideas, el Low Festival ha salido como la opción preferida en una encuesta del portal AshleyMadison.com, especializada en contactos extramatrimoniales. La web ha preguntado a sus usuarios cuál es el festival idóneo para tener una aventura veraniega y el Low ha sido elegido por el 17,7% de los encuestados, superando a otras citas como el BBK, el FIB o el Sonorama. Quizá, una razón más para asistir.