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Operación sándwich, por Eva Hache

¿Por qué, si tengo tipín, no puedo conformarme si no tengo un tipazo?

eva
Science & Society Picture Librar

No sé por qué me da que, últimamente, estás viendo anuncios de bikinis y pareos, artículos sobre cremas solares y monográficos sobre lugares paradisiacos. Y sé que lees sobre dietas, consejos para estar mejor, más saludable y mucho más que guapa.

Veo en tus ojos que no veo una preocupación que te viene de fuera a dentro, que te hace plantearte que, por supuesto, has de quererte a ti misma: por lo que eres, por lo que vales, por lo que has conseguido con esfuerzo. Así debe ser. Pero si te quieres como eres… ¿de qué te preocupas?

Pues ya te lo digo yo. Te preocupas porque, aunque fueras la hermana guapa de Gisele Bündchen, además de estar siempre perfecta para ti (aunque a ti te valdría con estar simplemente bien) has de estar Siempre Perfecta para tus amigas, tus amigos, tu pareja, tus amantes, tu familia, tus compañeros de trabajo y toooooodo el resto de personas con ojos y lengua que habitan este mundo. Es demasiada gente a la que agradar y no es necesario. Relaja. Solo eres una mujer.

Nos sugieren, nada sutilmente y con mucha impertinencia, que para ser feliz en verano hay que cuidar la salud, la energía y tener un cuerpo 10. ¿No vale con un cuerpo 6 o 7? ¿Qué hay que hacer para subir nota? ¿Por qué, si tengo tipín, no puedo conformarme si no tengo un tipazo? Resulta que hay que perder kilos, pero solo los malos. Para eso es vital (¡vital!) tener una báscula de bioimpedancia (suena pedante). Mide, mientras te da calambres en los dedos de los pies, la masa magra y la masa grasa. Yo solo de oírlo, no se si es grasa o magra, pero me estoy convirtiendo en Hulk. Mi consejo:  si no puedes evitarlo, pésate, pero sin mirar.

No sé cómo pero hay que acelerar el metabolismo ¡corre que hay prisa! Solo se me ocurre aprovechar cuando pasa una moto, tirarle el metabolismo encima y mirar para otro lado. Aquí no ha pasado nada. Circulen. Para disminuir los radicales libres (aunque yo siempre pensé que un radical libre era uno que habían soltado después de una manifestación) se recomienda la inmersión enológica, o sea, bañarse en vino. Espérate que me da la risa y, sin querer, me pego un trago.

Has de practicar yoga, 
spinning y meditación; usar vaselina para fortalecer las pestañas y dormir con el moño mojado para conseguir rizos naturales (¿ha dicho el moño?); frotarte fresas en los dientes para blanquearlos y utilizar los posos del café como exfoliante. ¡Gana de una vez la batalla a la celulitis! ¿Qué batalla? ¿Dónde está la guerra?; échate polvos, pero de espirulina, porque es hora de verse bien con un pequeño esfuerzo. ¡¿Pequeño?! Todo esto por tan solo… ¡Como lo oyes! ¡¡No lo oigo, estoy leyendo! ¡¡¡Dioss que estrésss!!!

Sinceramente, no puedo estar tranquila pensando que para hacer todo esto, para disimular lo que nosequién dice que son mis imperfecciones, me haría falta mucha pasta y que el día tuviera treinta y ocho horas. Solo de pensar en lo que no me va a dar tiempo me salen arrugas hasta en los lóbulos de las orejas. «Di adiós a las inseguridades», dicen. Pero… ¡si las inseguridades me las has creado tú!

No. Voy a decir adiós a todas esas revistículas que me infravaloran como mujer y como persona. ¡Ahí te quedas, mundo amargo! Convierte la operación bikini en operación sándwich y disfruta. Si ves que la delgada línea roja entre estar bien y parecerlo te amarga lo más mínimo, busca de verdad el equilibrio: cómete un bocata de panceta en el alambre de un circo y saluda desde arriba.

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