La otra faceta de Moneo
La Fundación Príncipe de Asturias le otorgó el Premio de las Artes 2012. Pero, además, Rafael Moneo produce buenos vinos. Su objetivo es hacer arte con todo lo que toca.
La temperatura y la luz habían acordado que este día de otoño amaneciera perfecto. Entre viñedos se encuentra la finca de La Mejorada (a cinco kilómetros de Olmedo, Valladolid), propiedad que el arquitecto Rafael Moneo comparte con su mujer Belén Feduchi, sus tres hijas y sus cinco nietos. «Al ser de Tudela, siempre me ha interesado el vino. Y a Belén también, aunque ella es madrileña. Por eso nos hemos metido en esta aventura», nos cuenta con ese hablar pausado, culto e inteligente, tan característico suyo. Es tiempo de recogida de la uva y los vendimiadores salpican el paisaje mientras hacen su trabajo: 23 hectáreas de Tempranillo, 8,5 de Cabernet Sauvignon, 5,5 de Syrah, 6 de Merlot y 0,9 de Malbec. «El mundo del vino es apasionante. El cuidado empieza en el viñedo y en el tratamiento que se le da», explica. «La poda se hace en verde y en seco, y el proceso es largo y meticuloso.
Es muy importante seleccionar bien los racimos, por eso la vendimia debe ser manual, como la selección de la uva en mesa. Luego viene un periodo de maceración prefermentativa en depósito y la fermentación alcohólica, para después terminar con la maloláctica en la barrica», continúa diciendo mientras observa una copa de vino y se lo lleva a la nariz.
Rafael y su familia son los dueños únicos de la finca y la bodega desde finales del año 2007, aunque en un principio las adquirieron con más socios. A pesar de que Olmedo es uno de los 53 municipios englobados bajo la zona de producción de vinos blancos (Denominación de Origen de Rueda), en La Mejorada se apuesta por el tinto en dos versiones, Las Cercas y Las Norias. «Venimos casi todos los fines de semana, porque, además, también llevo la dirección de las obras de restauración del monasterio jerónimo del mismo nombre que la finca, que fue fundado a comienzos del siglo XV por el infante Don Fernando de Trastámara, quien más tarde sería Fernando I de Aragón», cuenta. «Este lugar lo visitaron con frecuencia los reyes católicos, Carlos V y Felipe II».
Los restos del monasterio se encontraban en situación de ruina cuando el arquitecto se hizo con la propiedad. Queda mucho trabajo por hacer, como la restauración de la capilla mudéjar, cuya planta se ha convertido en imagen de la bodega. Pero el arquitecto observa el entorno como un preciado reto. Ya ha empleado aquí muchas horas de su tiempo, gran parte de su esmerado talento, hasta conseguir convertir este lugar, guardando la esencia del medievo, en una bodega; y que sus vinos tengan unas características muy concretas, gracias a todos los factores que les rodean: climatológicos, altitud del terreno, suelo y, muy importante, el factor humano.
«El año 2012 ha sido bueno en La Mejorada. Más reducido que otros en cantidad de uva, pero con fruto de muy buena calidad. Ha sido caluroso y eso ha permitido una buena maduración. Cuando no hemos tenido buena cosecha, debido principalmente a factores climatológicos, si la uva finalmente no tiene suficiente calidad para representar la marca, hemos eliminado esa añada. De ahí que no todos los años se pueda encontrar vino de las marcas que comercializamos», comenta mientras observa el color y el olor, a copa parada y en movimiento. La esencia de mosto envuelve la conversación mientras Moneo sigue explicando que cuenta con Florent Dumeau y Xavier Choné –dos reputados enólogos franceses que visitan la bodega todos los meses– y que con tan solo siete personas realiza toda esta labor. Para este año se calcula que la producción será de 70.000 botellas.
Los caldos Las Cercas y Las Norias han sido distinguidos con varios premios.
Germán Sáiz
El vino La Mejorada permanece un mínimo de 12 meses en barrica.
Germán Sáiz
La uva Tempranillo prevalece en su bodega.
Germán Sáiz
El arquitecto está dirigiendo la restauración de este monasterio del siglo XV bajo el asesoramiento de la Junta de Castilla y León.
Germán Sáiz
El 65% del vino La Mejorada se vende en Europa y China. El resto, en el mercado nacional.
Germán Sáiz
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